
Las películas y los relatos fantásticos siempre han retratado al prehistórico megalodón (Carcharocles megalodon) como a un escualo de aspecto similar al tiburón blanco (Carcharodon carcharias) pero en una escala colosal. Su boca era lo suficientemente grande como para engullir a una persona entera de un solo bocado y su cuerpo musculoso podía nadar a gran velocidad, convirtiéndolo en un cazador implacable y letal. Sin embargo, un grupo de científicos asegura que es muy improbable que el megalodón tuviera ese aspecto.
El estudio recientemente publicado en la revista Palaeontologia Electronica está firmado por el profesor Kenshu Shimada, del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad DePaul (Chicago) junto a una veintena de expertos. Todos ellos se cuestionan si, de haber tenido el aspecto de un tiburón blanco gigantesco, el megalodón habría podido pasar a la historia como uno de los mayores y más poderosos depredadores.
Para empezar, es muy complicado saber cómo era el megalodón porque hay muy pocos restos fósiles, sólo algunas vértebras, fragmentos de dientes y trozos de cartílago. Todas esas mandíbulas gigantescas que hay en algunos museos o esas fotografías de familias enteras dentro de la boca de un tiburón son sólo recreaciones. Pero como en un primer momento, los científicos creían que el megalodón era miembro de la familia Lamnidae y pariente cercado del tiburón blanco, le otorgaron ese aspecto.
Hoy en día existe un consenso casi unánime de que pertenece a la familia extinta Otodontidae, lo que ha llevado a reevaluar su apariencia. De hecho, según el estudio, si el megalodón hubiera tenido el cuerpo de un tiburón blanco gigante, apenas habría podido nadar: "Las consideraciones alométricas indican que un plan corporal robusto como el del tiburón blanco actual para el megalodón podría haber incurrido en costos hidrodinámicos excesivos, lo que respalda aún más la interpretación de que el megalodón probablemente tenía un cuerpo más delgado que el tiburón blanco".
Según estas estimaciones, los científicos calculan que un megalodón de 24,3 m de largo habría tenido un peso de alrededor de 94 toneladas y su velocidad de crucero habría sido de entre 2,1 y 3,5 kilómetros/hora (más o menos la misma que la de los tiburones blancos).
Extrapolando las medidas del megalodón a los tiburones modernos, los científicos consideran que el gigante prehistórico podría haber sido una réplica gigante del actual tiburón cailón (Lamna nasus) o del tiburón limón (Negaprion brevirostris), más largos y estilizados que el tiburón blanco.
Del mismo modo, el estudio señala que un megalodón recién nacido posiblemente medía entre 3,6 y 4 metros, lo que le convierte en la cría más grande del mundo en la historia evolutiva de los peces. De este modo, se confirmaría la tesis de que el megalodón era ovovivíparo (los huevos se forman dentro del vientre de la hembra y sólo se expulsan cuando están a punto de eclosionar). Además, los embriones "probablemente exhibieron canibalismo intrauterino oófago (se comían los huevos hermanos dentro del útero de la madre) para alimentarse antes de su nacimiento", señala el informe.

