La curiosa forma en que una araña usa luciérnagas vivas para atraer a sus próximas víctimas

Una estrategia de caza poco común ha sido observada en los bosques subtropicales del este de Asia: una araña nocturna que no consume de inmediato a sus presas, sino que las deja vivas en su red para atraer a otras utilizando su luz.

El comportamiento ha sido documentado por investigadores de la Universidad de Tunghai, en Taiwán, quienes estudiaron a la araña Psechrus clavis, una especie de araña de tela de lámina que se alimenta de insectos nocturnos. Según el estudio, publicado en el Journal of Animal Ecology, estas arañas retienen luciérnagas bioluminiscentes vivas en sus redes hasta durante una hora para aprovechar su luz como un señuelo natural.

Las luciérnagas actúan como cebo

Durante sus observaciones en el Área Educativa Natural Xitou de la Universidad Nacional de Taiwán, los investigadores vieron cómo las arañas dejaban deliberadamente atrapadas a las luciérnagas, revisándolas ocasionalmente pero sin consumirlas de inmediato. Estas luciérnagas, de la especie Diaphanes lampyroides, emiten una bioluminiscencia continua como parte de su ritual de apareamiento, lo que parece atraer a otros insectos voladores.

Para comprobar si esta conducta respondía a una estrategia intencionada por parte de la araña, el equipo diseñó un experimento. Colocaron luces LED que imitaban la señal luminosa de las luciérnagas en redes reales de arañas, mientras que otras redes sin LED sirvieron como control.

Más presas en redes con luz

Los resultados del experimento mostraron diferencias notables. Las redes con iluminación LED atrajeron tres veces más insectos que las redes sin luz. Cuando se utilizaron luciérnagas reales en lugar de luces artificiales, el número de presas capturadas fue diez veces superior respecto al grupo de control.

Los investigadores también observaron que la mayoría de las luciérnagas atrapadas eran machos, probablemente atraídos por la señal luminosa que confundían con la de posibles parejas. Esta circunstancia refuerza la hipótesis de que la araña aprovecha un mecanismo de comunicación sexual propio de las luciérnagas para su beneficio como depredador.

Un comportamiento que ahorra energía

Según el Dr. I-Min Tso, autor principal del estudio, esta estrategia permite a la araña atraer presas sin necesidad de producir su propia bioluminiscencia, como ocurre en otras especies depredadoras que utilizan luz para cazar, como el rape. "Este estudio arroja nueva luz sobre cómo los depredadores nocturnos que se sientan y esperan pueden afrontar los desafíos de atraer presas", declaró.

Las arañas Psechrus clavis son depredadores nocturnos que construyen telarañas en forma de sábana en la vegetación de los bosques subtropicales. A diferencia de otras especies, estas arañas parecen distinguir entre diferentes tipos de presas. Según las imágenes recogidas por los investigadores, las polillas eran consumidas de inmediato, mientras que las luciérnagas eran retenidas vivas en la red.

Posible reconocimiento de señales

El Dr. Tso plantea que esta diferencia en el tratamiento de las presas podría indicar que las arañas utilizan señales bioluminiscentes para identificar y manipular a sus víctimas de forma distinta. "Creemos que probablemente sean las señales de las luciérnagas las que se utilizan para identificarlas, lo que permite a las arañas ajustar su comportamiento de manejo de presas en consecuencia", afirmó.

Aunque los LED utilizados en el experimento imitaron con precisión la longitud de onda y la intensidad de la luz natural, los investigadores reconocen que el uso de luciérnagas reales podría ofrecer resultados más precisos en futuros estudios, aunque su implementación resulta compleja en condiciones de campo.