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Descubren en Australia restos de un impacto de meteorito ocurrido hace 11 millones de años

Las esferas analizadas revelan un evento cósmico desconocido sin cráter identificado en la Tierra.

Earth & Planetary Science Letters

Un equipo internacional de geocientíficos ha identificado en el sur de Australia un conjunto de diminutas esferas de vidrio con una composición única, formadas tras el impacto de un meteorito hace unos 11 millones de años. El hallazgo, liderado por la investigadora Anna Musolino, de la Universidad de Aix-Marsella (Francia), describe un tipo de material de fusión nunca antes documentado, que confirma la existencia de un gran impacto cuya localización exacta sigue siendo un misterio.

Las muestras, denominadas ananguitas, fueron identificadas a partir de un nuevo análisis de tectitas australianas conservadas en el Museo de Australia Meridional. Estas esferas se diferencian claramente de las conocidas australitas, formadas hace unos 788.000 años y vinculadas al campo de dispersión de Australasia, procedente de un impacto meteorítico ocurrido en el sudeste asiático.

Las ananguitas presentan menor contenido de dióxido de silicio y niveles más altos de óxidos de hierro, magnesio y calcio que las australitas. También muestran mayor densidad, distinta estructura de burbujas y susceptibilidad magnética superior, lo que sugiere un origen distinto.

Una pista olvidada desde 1969

El origen de este descubrimiento se remonta a 1969, cuando los investigadores Dean Chapman y Leroy Scheiber, de la NASA, detectaron ocho muestras químicamente anómalas dentro de un conjunto de 530 australitas analizadas. Aunque en aquel momento se propuso que podrían proceder de otro impacto, la hipótesis no fue desarrollada.

El equipo de Musolino retomó décadas después aquella observación, comparando los datos originales con las muestras actuales del museo australiano. Identificaron seis nuevas tectitas que coincidían con la composición descrita en 1969, lo que permitió establecer un vínculo entre los análisis históricos y las nuevas evidencias.

La datación por argón-argón realizada en dos de las muestras determinó una edad de 11 millones de años, significativamente mayor que las tectitas del campo de dispersión australiano. Según los investigadores, esto demuestra que las ananguitas proceden de un evento de impacto distinto y mucho más antiguo, posiblemente ocurrido en una región aún no localizada.

El coautor del estudio, Fred Jourdan, geocronólogo y geoquímico de la Universidad Curtin (Australia), señala que estos vidrios "registran un antiguo evento de impacto del que ni siquiera teníamos conocimiento".

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