Los próximos años van a ser los de la consolidación del libro electrónico y, como consecuencia de ello, los de la reestructuración de la industria editorial a la que, muy probablemente, le pase algo parecido a lo que le ha sucedido a la discográfica en esta primera década del siglo. Y no digo esto porque que quiera ver a los de Planeta morder el polvo por darle un premio a Maria de la Pau Janer (¡la madre que los parió!), sino porque está siendo ahora cuando el coco, es decir, la otra industria, la tecnológica, está empezando a ofrecer cacharros lo suficientemente útiles y baratos como para que merezca la pena dejar de leer en papel.
Esta misma semana han anunciado dos dispositivos que apuntan maneras. Los dos en Estados Unidos, y los dos irresistiblemente atractivos para el gadgetero. No hace falta que recuerde a mi estimadísima audiencia que no estarán disponibles ni en Espein, ni en el resto de Yurop al menos en el corto plazo, luego, si ven que eso, pues ya lo venderán aquí por un riñón. El primero se llama "Que"
- ¿Sabes que Lorenzo ha vendido el capote de su tío abuelo y se ha comprado un "Que"?
- ¿Qué?
- No, que no qué, que se ha comprado un "Que"
- ¡Qué de qué!, ¿me estás vacilando o qué?
- ¡Qué no, que se ha comprado un "Que"!
- Oye, ¿me estás toreando o qué?
- Mira que te doy...
- ¿Con qué me vas a dar berberecho?
- Pues con el "Que" de Lorenzo.
Y ya se ha liado. Propongo al CEO (inglés: SIOU) de Plastic Logic que cambie el nombre en los países de habla hispana, vamos, que lo cambie en Estados Unidos, que en breve va a ser la primera nación hispana del mundo mal que le pese a los hablantes de la lengua de Chespir.
Si alguna vez tengo uno de ellos ya le contaré con más detalle. Entretanto, no olvide leerse la sección de Internet completa, incluyendo, claro está, la columna de Daniel Rodríguez Herrera y los mensajes de nuestros patrocinadores. Total, a usted no le cuesta nada y a nosotros nos da la vida... y el plato de la comida.