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OFTALMOLOGÍA

El campo visual

Dr. Jiménez Alfaro

Biografía del doctor Ignacio Jiménez-Alfaro Morote



Nacido en Sevilla, Ignacio Jiménez-Alfaro Morote es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid. Después de sacarse el doctorado se especializó en Oftalmología. Aparte de ser experto en Gestión de Unidades Clínicas, master en Dirección Médica y Gestión Clínica y profesor Asociado de la Universidad Autónoma de Madrid, Jiménez-Alfaro es Jefe de Servicio de Oftalmología de la Fundación Jiménez Díaz. Además de numerosas ponencias, congresos, libros y publicaciones (muy ligado al mundo editorial) es Doctor vinculado del Instituto de Optica Daza de Valdés del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Dr. Jiménez Alfaro

La función visual responsable de la visión fina y discriminativa y de la capacidad de lectura es la agudeza visual. Ésta se define como la capacidad de diferenciar dos estímulos separados por un ángulo. Cuando el ángulo que separa dos puntos es demasiado pequeño, nuestro sistema visual no es capaz de diferenciarlos y lo interpreta como uno sólo. En este concepto se basa la exploración de la agudeza visual en la consulta mediante la lectura de optotipos, que son letras de tamaño decreciente (realmente lo que va disminuyendo es el ángulo que forman los extremos de las letras con el ojo) que nos permiten determinar la máxima capacidad de discriminación del sistema visual de un sujeto.

La agudeza visual es responsabilidad de la mácula, una pequeña área de la retina central donde se localiza la mayor densidad de fotorreceptores. El resto de la retina carece de esa capacidad de discriminación, pero es responsable de otro aspecto importante de la función visual: el campo visual. El campo visual se define como el espacio que se ve con un ojo en una posición fija y en una dirección determinada, es decir, la porción de espacio que abarca un ojo con la mirada fija dirigida al frente. El campo visual binocular es la adición de ambos campos monoculares. El campo visual es lo que nos permite percibir que existen objetos y movimientos a nuestro alrededor aunque no fijemos directamente la mirada en ellos.

La exploración del campo visual se denomina campímetría o perimetría computerizada, y emplea modernos programas informáticos que permiten la detección de cualquier defecto del mismo. La campimetría es una prueba subjetiva en la que al paciente se le presentan estímulos luminosos en una pantalla parabólica que representa de manera esquemática la totalidad del campo visual, explorándose cada ojo por separado. Los estímulos presentados van variando en localización y en intensidad luminosa. El paciente, siempre con la mirada fija en un punto central, tiene que apretar un interruptor cada vez que detecte un estímulo luminoso. De este modo, en unos minutos, se elabora un mapa con todas las respuestas del paciente, obteniéndose una representación gráfica del campo visual.

Los defectos en el campo visual se denominan escotomas. Un escotoma es un área del campo visual en el que existe una disminución parcial o total de la visión y que está rodeada por zonas de visión normal. Cuando la disminución de la sensibilidad es total, es decir, que no se detecta ningún estímulo luminoso, hablamos de escotoma absoluto. Si en dicha área no es posible detectar un estímulo luminoso de intensidad normal, pero sí un estímulo de intensidad superior a la normal, hablamos de escotoma relativo.

El estudio del campo visual se emplea fundamentalmente en el diagnóstico y seguimiento del glaucoma y de diversas patologías retinianas, así como en el estudio de las lesiones de la vía óptica. La importancia de la exploración campimétrica en el glaucoma es que los defectos del campo visual no son percibidos por el paciente. En el glaucoma, la presión intraocular elevada va dañando las fibras del nervio óptico, lo que se traduce en la presencia de defectos en el campo visual. En los estadios iniciales, estos escotomas afectan al área paracentral, alrededor del punto de fijación, y pasan desapercibidos para el paciente. La superposición de los campos de ambos ojos hace que los defectos de un campo sean suplidos por el otro. Los defectos tienen que ser muy extensos para que el paciente sea consciente de que tiene un problema visual, lo que ocurre en estadios muy avanzados. El campo central, y por tanto la agudeza visual, se conserva hasta el final de la enfermedad, por lo que el paciente no percibe ningún problema con su visión. Por ello es tan importante la determinación de la presión intraocular en la consulta y la realización de un campo visual siempre que exista una sospecha de glaucoma.

En el estudio de las lesiones de la vía óptica, la alteración del campo visual permite no sólo el diagnóstico sino la localización de la lesión responsable (un adenoma hipofisario, un tumor o una hemorragia cerebral) dentro del sistema nervioso. En este caso, los escotomas suelen ser de suficiente tamaño como para ser detectados por el paciente. Cuando el defecto abarca todo un cuadrante del campo visual hablamos de cuadrantanopsia, y cuando afecta a todo un hemicampo, hemianopsia. Además, el entrecruzamiento de las fibras nerviosas procedentes de ambos ojos en el sistema nervioso central hace que las lesiones neurológicas afecten al campo visual de ambos ojos. La campimetría va a tener también un importante valor en la evaluación y seguimiento de estos procesos neurológicos.

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