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¿Cómo afectan el té y el café a los riñones?

El café y el té se asocian con una menor incidencia de enfermedad renal, aunque en ciertas condiciones podría ser un riesgo para cuidar los riñones.

El café y el té se asocian con una menor incidencia de enfermedad renal, aunque en ciertas condiciones podría ser un riesgo para cuidar los riñones.
té, corea, el té de hierbas | Pixabay/CC/allybally4b

Si hay unas bebidas que todo el mundo considera necesarias en el día a día, esas son el café y el té. Además del agua, que es indispensable para la supervivencia de los seres vivos. Por la mañana, a mediodía después de comer, por la tarde... numerosos son los momentos de la jornada en los que uno se para a tomarse uno, pero ante la gran ingesta que se hace como sociedad de ellas, es conveniente saber qué efectos tienen sobre los riñones.

Pero, el motivo principal para que el té y el café sean dos de las bebidas más consumidas en todo el mundo es debido a sus efectos estimulantes y sabores. Sin embargo, es importante tener en cuenta cómo afectan a los riñones, órganos vitales responsables de filtrar los desechos y mantener un equilibrio adecuado de líquidos en el cuerpo.

Más concretamente, el café es la segunda bebida más consumida en el mundo, después del agua, su reacción es distinta en cada persona, ya que uno de sus principales ingredientes es la cafeína, que en algunas provoca placer, estado de alerta y concentración, mientras que en otras trae consigo temblores, ansiedad e insomnio. Pero, a rasgos generales, un consumo moderado de café, que serían de 3 a 5 tazas diarias, se ha asociado con una dieta saludable, pues es bajo en calorías y contiene: cafeína, vitamina B2 (riboflavina), magnesio y sustancias químicas vegetales: polifenoles como el ácido clorogénico y el ácido quínico, y diterpenos como el cafestol y el kahweol.

Además, a lo largo del tiempo, mucho se ha hablado de si es mejor tomar café descafeinado, café con cafeína o té para la salud. Como en todo lo que tiene que ver con la alimentación existen muchas creencias populares, pero la ciencia va aumentando el conocimiento sobre su efecto protector. Hasta la fecha ya es conocido que tomar café a diario -de 3 a 4 tazas- puede ser protector a la mortalidad por cáncer y por enfermedad cardiovascular, además de aumentar la longevidad y reducir el riesgo de deterioro cognitivo. Sin embargo, esta recomendación es válida para personas sanas y que siguen una dieta equilibrada. En el caso de personas mayores con exceso de peso y síndrome metabólico, un conglomerado de enfermedades que abarcan la diabetes, la obesidad, la hipertensión, los triglicéridos altos y el HDL bajo, la cosa cambia.

La enfermedad renal es un importante problema de salud pública en todo el mundo, ya que afecta a un 10% de la población adulta. Cuando se habla de población mayor, es decir, a partir de los 60 - 65 años, la frecuencia es mayor y puede llegar a afectar al 20%. El envejecimiento produce que el riñón pierda ciertas facultades y empeore su capacidad para depurar la sangre, lo que provoca que se acumulen tóxicos en el organismo. Esta capacidad de filtración se mide con la tasa de filtración glomerular.

La cara A y B del café

A pesar de las leyendas urbanas que afirman con contundencia que el café es malo para la salud, lo cierto es que no es así. De hecho, el café puede ayudar a prevenir la muerte por cáncer o las enfermedades cardiovasculares, a parte de reducir el riesgo de deterioro cognitivo y hacer vivir más años. Sin embargo, hay que ir con cierto cuidado. El café contiene polifenoles, vitaminas, minerales... pero lo que más destaca es su alto contenido en cafeína.

La cafeína se ha considerado siempre que aumenta la hipertensión y, por tanto, produce un aumento de la hiperfiltración, y esa hiperfiltración mantenida a lo largo del tiempo es lo que va a producir un deterioro del riñón. Este deterioro viene provocado porque cuando se mantiene esta hiperfiltración de forma prolongada, la función se acaba agotando. Por lo tanto, para las personas que sufran enfermedades renales, obesidad, diabetes, etc., lo recomendable es pasarse al café descafeinado.

Cómo influyen el té y el café en el riñón

En el caso del café, su principal componente activo es la cafeína. La cafeína actúa como un diurético, lo que significa que aumenta la producción de orina y, por lo tanto, puede aumentar la carga de trabajo de los riñones. Sin embargo, los estudios han demostrado que el consumo moderado de café no tiene un impacto significativo en la salud renal de personas sanas. Es importante tener en cuenta que el exceso de café o la sensibilidad individual pueden causar deshidratación, lo que puede afectar negativamente la función renal.

Por otro lado, el té contiene compuestos llamados oxalatos, que se pueden encontrar en mayor cantidad en variedades como el té negro y el té verde. Estos oxalatos pueden formar cristales en los riñones y contribuir a la formación de cálculos renales en personas susceptibles, sin embargo, el consumo moderado de té generalmente no representa un riesgo significativo para la salud renal en individuos sanos. Además, algunos estudios han sugerido que ciertos compuestos presentes en el té verde pueden tener propiedades protectoras para los riñones al reducir el estrés oxidativo y la inflamación.

En general, mantener una hidratación adecuada es fundamental para el buen funcionamiento de los riñones. Si se consume té o café, hay que asegurarse de equilibrar la ingesta de líquidos con agua u otras bebidas no cafeinadas para mantener un adecuado estado de hidratación.

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