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¿Qué le pasa al cerebro cuando uno se queda embobado?

Quedarse embobado es algo habitual pero puede ser peligroso para la salud. ¿Cómo es posible? ¿Qué le pasa al cerebro?

Quedarse embobado es algo habitual pero puede ser peligroso para la salud. ¿Cómo es posible? ¿Qué le pasa al cerebro?
Portrait of European woman in balinese costume | Unsplash/Artem Beliaikin

Cuando uno está concentrado trabajando, estudiando, leyendo o haciendo cualquier actividad pero de repente el cerebro parece desconectarse unos instantes, la vista se nubla y uno se queda mirando un punto fijo durante unos segundos. Eso es embobarse. Además, uno es incapaz de salir de ese estado y continuar con la actividad que se estaba realizando por lo que se confía en que el cerebro sea quien salga de ahí y vuelva a activarse como si nada hubiera ocurrido. ¿En qué momentos sucede? ¿Por qué pasa? ¿Afecta a la salud?

Hay que destacar que es una sensación extraña, ya que, por más que la actividad que se está llevando a cabo sea algo urgente de atender, no se puede salir voluntariamente de ese estado de bloqueo mental, es más, uno puede incluso llegar a encontrarse a gusto. El cerebro, de manera inconsciente, obliga a hacer un parón. Esto es lo que coloquialmente se conoce como "empanarse" o "embobarse". Pero, ¿Qué le pasa al cerebro cuando se experimenta esta sensación?

En concreto, hay que tener claro que que se trata de un estado en el que los estímulos externos se atenúan. En el cerebro se produce una menor actividad eléctrica cerebral con un incremento de la frecuencia de ondas lentas y una disminución de las ondas rápidas en el electroencefalograma. Todo ello lleva incluso a una sensación placentera debido a la desconexión relativa con el medio externo que puede ir acompañada de un estado de relajación.

Cuando uno se queda embobado, su cerebro experimenta una serie de cambios y procesos fascinantes que pueden explicar por qué uno se pierde en sus pensamientos o en una tarea específica sin siquiera darse cuenta. Este estado de embobamiento, a menudo conocido como "zona" o "estado de flujo", es un fenómeno en el que se está completamente inmersos en una actividad, perdiendo la noción del tiempo y del entorno que rodea. Uno de los cambios más notables que ocurren en el cerebro es la reducción de la actividad en la red neuronal conocida como la "red de modo por defecto". Esta red está relacionada con la mente errante y la autorreflexión pero cuando uno se queda embobado, esta red se desactiva en gran medida, lo que significa que se deja la preocupación por el pasado o el futuro, y uno se concentra completamente en la tarea presente.

Además, durante el embobamiento, el cerebro libera una serie de sustancias químicas que mejoran la concentración y la sensación de bienestar. Por ejemplo, la dopamina, un neurotransmisor asociado con la recompensa y el placer, se libera en mayores cantidades. Esto motiva a continuar con la actividad y proporciona una sensación de satisfacción. El estado de embobamiento también está relacionado con un aumento en la producción de endorfinas, que actúan como analgésicos naturales y hacen sentirse bien.

Pero, para lograr explicarlo mejor, el neurocientífico Yuval Nir, profesor de la Universidad de Tel-Aviv, lideró una investigación para responder al por qué de la interrupción de las neuronas en determinados momentos. Junto con su equipo, pusieron electrodos intracraneales en dos pacientes de neurocirugía para registrar la actividad de sus neuronas mientras realizaban una tarea de vigilancia psicomotriz. El experimento lo repitieron durante varias sesiones y en una de ellas, los pacientes habían pasado la noche sin dormir.

De los registros de la actividad neuronal observaron que, los estímulos visuales durante la actividad psicomotriz provocan una respuesta neuronal de alto rendimiento, mientras que, durante los períodos de lapsus temporales o bloqueo mental, las reacciones cerebrales eran mucho más débiles y lentas. Además, detectaron que estos lapsus temporales, no solo afectaban a la memoria, sino que también intervenían en la percepción visual.

Un aspecto clave para entender estos pequeños lapsus temporales es la capacidad atencional, que no es otra que aquella que mantiene atento a los estímulos que pueden ocurrir en el ambiente de forma voluntaria. Eso sí, en realidad, esta atención no es 100% voluntaria, sino que se trata de una habilidad cognitiva que depende de cada individuo.

Cuando uno está embobado, utiliza su capacidad atencional para estar centrado con uno mismo y en sus propios pensamientos. Hay que tener claro que esto no es siempre voluntario porque, por ejemplo, si de repente se tiene un problema serio, la tendencia natural es rememorarlo e intentar buscarle soluciones. En el momento en que esto ocupa gran parte del componente emocional, se está poco atento a lo que ocurre alrededor y se rumia la situación interna.

Falta de sueño, ¿posible causa?

La escasez de sueño podría ser causa de somnolencia próxima a estados superficiales del sueño, con más o menos contenido en el pensamiento, pero la somnolencia podría no estar asociada a soñar despierto debido a que es posible que se dé también durante la vigilia. Así, en los casos de personas somnolientas, estos lapsus temporales pueden ser indicativos de una importante presión de sueño por llevar muchas horas sin dormir.

En cuanto a soñar despierto, desconectar de la continua actividad es un efecto beneficioso porque podría reducir el estrés y la ansiedad, así como mejorar la creatividad. Puede contribuir a llevar a cabo procesos cognitivos, asimilar metas y preocupaciones.

¿Debe preocupar si ocurre mucho?

En los niños y los jóvenes, este fenómeno es muy frecuente y fisiológico, no obstante, puede ser un problema si afecta a la atención sobre algo que se debe hacer o aleja del momento presente. Pero, en algunos casos este signo se ha asociado con una sintomatología depresiva.

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