
Los termogénicos, conocidos coloquialmente como quemadores de grasa, son sustancias comercializadas como suplementos dietéticos, suponiendo su eficacia como reductores de peso. Pero, obviamente por sí solos no van a hacer milagros aunque algunos pueden ser de ayuda junto a un plan de dieta.
Normalmente la gente, especialmente las mujeres, tras una etapa de excesos, como puede ser el verano o la Navidad, deciden recurrir a dietas milagro para bajar esos kilos de más de manera rápida, por ello en ocasiones se recurren a los quemadores de grasa. Con estos métodos se pretenden conseguir resultados visibles en poco tiempo. Pero, ¿Son realmente saludables este tipo de técnicas?
Actualmente con Internet y las numerosas tiendas de nutrición y herbolarios es muy sencillo encontrar todo lo que se quiere, de hecho, en las tiendas de nutrición deportiva, herbolarios y comercios online se venden infinidad de pastillas y preparados alimenticios que contienen L-carnitina, té verde, guaraná, cafeína, colina y mil sustancias más. La promesa de los fabricantes de estos productos es casi siempre la misma: tienen un poder quemagrasas que potencia la pérdida de peso. ¿Es realmente así? No hay que confundirse y pensar que es un milagro ya que los quemagrasas no son productos mágicos que hacen desaparecer la grasa del cuerpo. Sin embargo, son unos complementos muy útiles que, junto a una dieta equilibrada y ejercicio pueden ayudar a perder peso. Es decir, pueden dar ese pequeño empujón necesario para quemar grasa. Pero, ¿Cómo funcionan? ¿Son malos para la salud?
Hay que tener en cuenta que los productos promocionados como quemagrasas suelen contener una variedad de ingredientes, como cafeína, extractos de plantas, vitaminas y minerales, que supuestamente aceleran el metabolismo y aumentan la quema de grasas. Si bien algunos de estos ingredientes pueden tener efectos leves en la pérdida de peso, su eficacia es generalmente limitada. Además, el uso de pastillas quemagrasa puede conllevar riesgos para la salud, esto es porque algunos no están regulados adecuadamente y pueden contener ingredientes no declarados o potencialmente peligrosos. También pueden causar efectos secundarios como nerviosismo, insomnio, taquicardia y problemas gastrointestinales.
Otro aspecto importante es que las pastillas quemagrasa no abordan la causa subyacente de la obesidad o el sobrepeso, que generalmente está relacionada con la dieta y el estilo de vida. Por ello, si no se realizan cambios en la alimentación y la actividad física, es poco probable que estos suplementos tengan un impacto significativo a largo plazo en la pérdida de peso. La pérdida de peso sostenible se logra a través de una dieta equilibrada y la incorporación de ejercicio regular.
Qué son los quemadores de grasa y cómo actúan en el cuerpo
Los quemadores de grasa o termogénicos son un tipo de sustancia que provoca un aumento de la temperatura corporal. Con ello, se activan una serie de reacciones metabólicas que provocan la quema de grasas, reduciéndose el tejido adiposo. Para iniciar este proceso, cualquier sustancia termogénica actuará sobre el metabolismo, acelerando la tasa metabólica basal. Ahora bien, hay que tener en cuenta que el consumo de suplementos quemadores de grasa no funciona por sí solo sino que tiene que estar acompañado de otros factores básicos: una buena alimentación y deporte. Hay que dejar claro también que los productos para quemar grasa suelen actuar sobre cuatro áreas distintas:
- Mejorar la termogénesis. La termogénesis funciona incrementando la tasa metabólica basal. El cuerpo humano quema calorías de forma natural, lo que se conoce como tasa metabólica basal. Al incrementar el metabolismo, el cuerpo quema más calorías de lo normal y, para ayudar a esto, ingredientes como la cafeína, la pimienta cayena o la teanina aceleran el metabolismo. El efecto no es inmediato sino que con el paso de los días se crea un proceso acumulativo que se refleja en una pérdida de peso.
- Suprimir el apetito. Es una de las maneras más eficaces para la pérdida de peso. Los suplementos quemagrasas suelen contener un supresor de apetito como el glucomanano.
- Aumentar la energía. Durante la dieta es posible encontrarse bajo de energía debido al déficit calórico, esto significa que el cuerpo no está consiguiendo suficiente energía de la alimentación y usa la grasa corporal para producir la energía que necesita. Un buen quemagrasas incrementará los niveles de energía y reducirá la sensación de fatiga incluso en déficit de calorías.
- Bloquea la absorción y almacenamiento de grasas. Ciertos ingredientes naturales, como L-carnitina, son capaces de vincularse o adherirse a los receptores de grasa del cuerpo reduciendo la capacidad de absorción de grasa de la comida o incluso reduciendo el almacenamiento.
Tipos de termogénicos
Los suplementos termogénicos se dividen en dos grupos: naturales o artificiales. Los primeros son aquellos alimentos o sustancias naturales que contribuyen a transformar el calor en energía a través de la quema de grasas. En cambio, los artificiales son el resultado de procesar los productos naturales.
- Termogénicos naturales
- Cafeína. Esta sustancia natural eleva la adrenalina e inhibe las enzimas fosfodiesterasas.
- Té verde. Además de la teína, contiene catequinas, que hacen que las catecolaminas se degraden y, por tanto, prolongan su efecto.
- Algunas frutas. Aunque no sea tan común su consumo para quemar grasa, el guaraná, la cayena o las frambuesas son otros termogénicos naturales.
- Suplementos termogénicos artificiales
Estos suplementos están hechos de sustancias naturales procesadas. Se pueden consumir en forma de comprimidos, cápsulas o líquidos.
- Sinefrina. Compuesto activo de la cáscara de la naranja amarga que aumenta la adrenalina, propiciando la quema de grasa.
- Forskolina. Funciona como la cafeína y proviene de la planta Coleus Forskohlii.
- Ácido clorogénico. Extracto de café verde que reduce la glucosa en sangre.
- Garnicia cambogia. Fruta asiática en forma de calabaza, su compuesto activo a base de ácido hidroxicítrico (AHC) favorece el uso de glucógeno y reduce el apetito.
¿Tienen cabida en un plan global para adelgazar?
Antes de entrar en materia es preciso entender que las causas de la obesidad son múltiples, hay muchos tipos de obesidad con causas distintas, tanto es así que puede haber alteraciones achacables a la genética o adquiridas en el metabolismo basal, que se escapan del control voluntario y están reguladas por diversos mecanismos moleculares y hormonales. Estos mecanismos conllevan un cúmulo excesivo de grasa corporal que afecta la salud.
Por tanto, hay que resaltar que los distintos orígenes de la obesidad determinan el tratamiento más adecuado en cada caso concreto. Las pastillas quemagrasas supuestamente activan el metabolismo basal, pero el problema no siempre es ese, sino que puede haber otra causa. Además, hay que tener en cuenta que la pérdida de grasa corporal pone en marcha unos mecanismos de adaptación metabólica, que hacen que el cuerpo recupere esta grasa como mecanismo de defensa, de supervivencia. Esto se debe a un desequilibrio entre diversas hormonas que regulan el hambre y el bienestar a nivel del cerebro y otras moléculas a nivel del tejido graso o en el intestino.
No hay que olvidar que para perder grasa corporal es necesario un déficit calórico, es decir, para que el cuerpo oxide la grasa hay que ingerir menos de lo que se gasta a lo largo del día o gastar más calorías de las que necesita el cuerpo. Para ello, lo más recomendado es aumentar el ejercicio y comer adecuadamente, tanto es así que los suplementos quemagrasas serían, en todo caso, un refuerzo de los regímenes de adelgazamiento.
Impacto emocional de las pastillas quemagrasas
Hay otro efecto adverso que no es físico, sino psíquico: el impacto emocional que puede tener el consumo de pastillas quemagrasas. En la sociedad actual la gente se está acostumbrando a conseguir las cosas de inmediato y sin esfuerzo, y esto está haciendo que en el campo de la pérdida de peso cada vez haya más productos y dietas milagro. La consecuencia es que quedan relegadas o en un segundo plano todas las recomendaciones de los profesionales sanitarios para el cambio de hábitos.
Además, otro de los problemas viene porque las expectativas con las que se consumen los quemagrasas pueden ser demasiado altas en comparación con lo que se obtiene. Al fin y al cabo, son suplementos que se pagan, con eficacia no apoyada por estudios y sin resultados significativos en la vida real. Pero, al ser tan fácilmente accesibles, muchas personas con obesidad prefieren intentar estos remedios antes de acudir al médico y obtener un diagnóstico adecuado, que conduce a un manejo basado en considerar la obesidad como una enfermedad compleja, crónica y recurrente, que dura toda la vida.

