
En la búsqueda de un modo de alargar la vida y retrasar el envejecimiento, científicos del Imperial College de Londres en colaboración con el Duke-NUS Medical School de Singapur han emprendido una investigación que ha arrojado prometedores resultados. Sus conclusiones, que acaban de ser publicadas en la revista Nature, apuntan que el "apagado" de la proteína interleucina 11 (IL-11) en ratones puede retrasar su fallecimiento hasta un 25 por ciento.
La investigación consistió, por un lado, en comprobar el envejecimiento en ratones genéticamente modificados y que no producían la IL-11 y, por otro, inyectar el anticuerpo en ratones de edad avanzada, que como en el caso de los humanos, producen esa proteína en mayor medida conforme envejecen. En ambos casos, los ratones mejoraron su esperanza de vida pero en el caso de los ratones tratados, envejecieron de forma saludable.
Según informa la institución británica, los investigadores inyectaron en ratones de 75 semanas (el equivalente a 55 años humanos) un anticuerpo capaz de inhibir la producción de esta proteína. Los resultados fueron sorprendentes: los animales aumentaron su vida un 22,4 por ciento en el caso de los machos y un 25 por cien en el caso de las hembras. Si los ratones habitualmente viven 120 semanas, los animales que recibieron el tratamiento murieron a las 155 semanas.
No solo eso: la inyección también disminuyó las muertes por cáncer así como enfermedades metabólicas e inflamatorias asociadas a la edad avanzada. La BBC, citando a los investigadores, señala que los ratones tratados fueron apodados como "abuelas supermodelos", por su aspecto saludable pese a su avanzada edad en comparación con los animales que no recibieron la inyección.
"Los hallazgos son muy emocionantes", comenta al respecto el profesor que lideró el estudio, Stuart Cook, del MRC LMS, que cuenta que los ratones tratados tuvieron menos cáncer y se libraron de síntomas de la vejez como pérdida de masa muscular. "En otras palabras: los ratones viejos que recibieron anti IL11 gozaban de mejor salud".
En cualquier caso aún falta mucho para que comprobar si estos prometedores resultados serían reproducibles también en humanos y qué efectos secundarios acarrearían, aunque en opinión del investigador lo conseguido da alas a futuras investigaciones sobre los efectos de este fármaco en ancianos.
En la actualidad, ya hay estudios en marcha relacionados con el "apagado" de la interleucina 11 con otros fines, como el tratamiento de fibrosis pulmonar. La proteína, fundamental en las primeras fases de la vida para, por ejemplo, soldar los huesos del cráneo, está asociada también al envejecimiento. El equipo autor de la investigación lleva tiempo investigando sobre la IL-11, de la que descubrieron sus efectos inflamatorios, señalando cómo aunque es una proteína fundamental para la correcta formación del cuerpo, a partir de los 55 años el incremento de su producción se asocia a enfermedades y signos relacionados con el envejecimiento como la pérdida de masa muscular, cambios en el metabolismo, fibrosis o inflamación crónica.
El camino a una vejez sin achaques
En declaraciones a la BBC, la profesora Anissa Vidjaja señala que están muy esperanzados de que este hallazgo en ratones pueda tener en el futuro un impacto relevante en la salud humana: "Es un importante paso adelante hacia una mejor comprensión del envejecimiento y acabamos de mostrar en ratones que existe una terapia que puede alargar la vida de una forma saludable".
Como apunta el profesor Cook, la proteína está vinculada a procesos asociados a la edad como la obesidad o la pérdida de pelo, y a enfermedades y fallos orgánicos relacionados con el envejecimiento en todo el cuerpo, "desde la pérdida de vista o audición" a la diabetes. Hoy por hoy, señala, ya hay ensayos clínicos relacionados con la IL-11 vinculados a la fibrosis que sugieren que su uso puede ser seguro.
