El Alzheimer es una enfermedad muy presente en la vida diaria de todas las personas, de hecho, según las estadísticas una de cada dos personas ve de cerca esta enfermedad que ya es considerada como una de las grandes epidemias del siglo XXI. Tanto es así que a diario se diagnostican nuevos casos de esta demencia que tiene unos efectos devastadores y a la que de momento no se le conoce una curación clara. No hay que olvidar que el Alzheimer es la causa de demencia más frecuente en España que pueden llegar a padecer los adultos mayores, una enfermedad que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está presente en un 50-70% de los casos.
Pero, ¿qué es el Alzheimer? Es un trastorno cerebral progresivo e irreversible, que se encarga de ir destruyendo poco a poco la memoria y el resto de habilidades relacionadas con la cognición. Con el paso del tiempo, altera la capacidad de quien lo sufre para poder llevar a cabo incluso las tareas más simples. Diferentes estudios han concluido que los primeros signos del Alzheimer tienen lugar de una forma lenta y de manera casi imperceptible, lo que puede hacer que para el entorno del paciente afectado pueda llegar a ser un tanto complicado percatarse. Pero también hay que destacar que sus efectos se extienden más allá de la pérdida de recuerdos ya que, a medida que la enfermedad avanza, se producen alteraciones en el comportamiento, la personalidad, así como la capacidad para realizar tareas cotidianas.
Cabe señalar que el Alzheimer no solo afecta a quienes lo padecen, sino también a sus seres queridos ya que los pacientes pueden volverse dependientes de cuidadores y enfrentar dificultades para comunicarse, lo que a menudo genera sentimientos de aislamiento. Hay que destacar que el Alzheimer, igual que el resto de condiciones relacionadas con la memoria, comienza con pequeños cambios en la memoria, como olvidar dónde colocaste las llaves o los nombres de las personas cercanas. Mientras la enfermedad sigue su curso, los síntomas se vuelven más graves.
¿Qué se olvida primero si tienes Alzheimer?
La respuesta a esta pregunta no está clara, ya que la enfermedad afecta a cada persona de manera diferente. No obstante, investigaciones recientes sugieren que la memoria semántica puede verse afectada primero, la cual forma parte del conocimiento general, como la capital de España o la fórmula de la ecuación de Albert Einstein. Esta memoria se basa en el lóbulo temporal, que es una de las primeras áreas del cerebro afectadas por el Alzheimer. En cambio, la memoria episódica es la memoria de eventos específicos, como un viaje o una conversación reciente. En este sentido, una persona con esta afección es posible que olvide primeras cosas como recuerdos personales de eventos pasados, lo que se traduce en dificultades para recordar momentos significativos, como las personas que estuvieron en su cumpleaños, la fecha de su graduación o la dirección de su domicilio.
En general, es importante diferenciar entre los olvidos normales asociados con el envejecimiento y los primeros síntomas del Alzheimer. Hay que destacar que, a medida que se envejece, es natural que se experimenten lapsus ocasionales en la memoria, como olvidar donde se han dejado las llaves o el nombre de una persona que se acaba de conocer. Ahora bien, lo que diferencia a la enfermedad es la persistencia y la gravedad de estos olvidos.
Entonces, ¿qué es lo primero que se olvida con el Alzheimer? Una de las primeras áreas que se ve afectada es la memoria a corto plazo, lo que significa que las personas con Alzheimer tienden a olvidar eventos recientes o detalles cotidianos antes de perder recuerdos más antiguos. Por ejemplo, alguien en las primeras etapas de la enfermedad podría olvidar dónde dejó las llaves, qué comió en el desayuno o el nombre de una persona que acaba de conocer. Sin embargo, los recuerdos de la infancia y la juventud suelen permanecer intactos durante más tiempo.
Pero, además de la pérdida de memoria a corto plazo, las personas con Alzheimer también pueden experimentar dificultades para recordar palabras específicas durante una conversación, lo que a menudo resulta en pausas largas o en el uso de descripciones vagas para compensar. Por ejemplo, podrían referirse a un "lápiz" como "eso que usas para escribir". Conforme avanza la enfermedad, la memoria a largo plazo también se deteriora, y los recuerdos más profundos y significativos pueden desvanecerse. Esto incluye olvidar nombres de familiares cercanos, detalles personales importantes e incluso habilidades aprendidas, como leer o cocinar.
Hay que destacar que el impacto del Alzheimer no se limita solo a la memoria sino que también afecta otras funciones cognitivas, como la capacidad de concentración, el juicio y la orientación espacial. Sin embargo, el olvido de eventos recientes y detalles cotidianos es uno de los síntomas más notables en las etapas iniciales.
Principales signos del Alzheimer
- Pérdida de memoria: Uno de los síntomas tempranos y más característicos de la enfermedad son la dificultad para poder recordar información reciente. Las personas con Alzheimer pueden olvidar conversaciones que han tenido recientemente, así como eventos e incluso el nombre de familiares y otras personas de su entorno cercano.
- Cambios en la personalidad: En la personalidad de estas personas puede haber cambios notables, como la pérdida de interés, el aumento de la desconfianza hacia otras personas, el aumento de agresividad, delirios o un aislamiento social.
- Dificultad para mantener la concentración: Aquellos pacientes que tienen esta enfermedad pueden sufrir de problemas para pensar en conceptos abstractos, haciendo que no puedan mantener la concentración.
- Incapacidad de hacer varias tareas: Otra de las características de aquellas personas que padecen Alzheimer son los problemas que estas pueden tener para realizar más de una tarea al mismo tiempo.
- Falta de capacidad para la toma de decisiones: Un signo que se va haciendo más evidente a medida que se desarrolla la enfermedad, se empeora la capacidad para tomar decisiones. Esto se puede traducir en problemas financieros, decisiones de seguridad o en elecciones relacionadas con su propio estilo de vida, entre otros.
- Problemas para seguir una rutina diaria: Con el Alzheimer, los pacientes sufren de complejidades para seguir tareas que supongan un orden de pasos o actividades, ya sea seguir una receta o lavarse los dientes después de la comida, así como vestirse o asearse. De igual forma, pueden extraviar objetos con frecuencia.
- Desorientación en tiempo y espacio: Las personas que padecen esta enfermedad pueden llegar a perder la noción del tiempo y del lugar en el que se encuentran. Esto los puede llevar a perderse incluso en lugares que para ellos son familiares o a no reconocer el día o la hora.
- Cambios en el lenguaje: A medida que se desarrolla la enfermedad se pueden presentar cambios en el lenguaje, dificultando la comunicación. Esto se puede apreciar cuando los afectados tienen problemas para poder encontrar la palabra que quieren usar, para seguir con una conversación o teniendo la tendencia de repetir las mismas preguntas.
- Dificultades en la coordinación motora: Los problemas de coordinación y equilibrio pueden llegar a ser cada vez más evidentes, a medida que va avanzando la enfermedad, lo que incrementa el riesgo de que puedan llegar a producirse caídas.
- Deterioro de la capacidad para reconocer rostros familiares: Las personas con Alzheimer pueden tener dificultades para llegar a reconocer a familiares y amigos cercanos.