"Soy médico y no me he bañado durante ocho años". Esta afirmación pertenece a James Hamblin, un médico y docente especializado en salud pública de la Universidad de Yale. El experto dejó de ducharse hace casi una década con el objetivo de cuestionar las rutinas de higiene.
La rutina de Hamblin se basa en ducharse con agua, evitando cualquier producto de higiene, como el champú, el gel e incluso el desodorante. Según el doctor, cuando comenzó el experimento su cuerpo liberaba un olor corporal más intenso. Ahora que su cuerpo se ha acostumbrado a este cambio, el olor ha desaparecido, según ha relatado en diversas entrevistas.
Aunque resulte sorprendente, según el médico, los productos de higiene alteran el microbioma de la piel, que se regula solo gracias a bacterias que mantienen el equilibrio. Según él, los productos de limpieza corporal eliminan bacterias beneficiosas, afectando a las defensas naturales de la piel. Aunque el doctor no pretende imponer su método, invita a la sociedad a replantearse el concepto de higiene personal.
Todo este planteamiento tan "novedoso" lo recoge en Clean: The New Science of Skin, un libro en el que el doctor pone en duda los estándares actuales de higiene. "Nos lavamos por costumbre, porque es lo que dicta la norma social, no porque lo necesitemos desde un punto de vista médico", expresa el doctor en el libro.
¿Qué opinan los expertos?
Aunque el experimento de Hamblin pueda resultar creíble, debido a sus estudios, la mayoría de expertos desmienten sus afirmaciones. "No creo que una persona pueda estar ocho años sin ducharse", ha dicho la dermatóloga y filóloga Noemi Guillermo a Libertad Digital.
La experta ha explicado cómo parte de su teoría puede ser cierta, ya que dependiendo del oficio o la actividad física que se realice en el día a día se deben llevar unas rutinas de higiene u otras. "Si trabajas en una oficina, una ducha diaria con jabón en las zonas íntimas y axilas es suficiente. Otra cosa es que trabajes en una mina, en una granja o en un taller mecánico; en esos casos, sí necesitas jabón en todo el cuerpo", ha señalado la dermatóloga.
En este sentido, la experta ha explicado que "el resto de la piel no necesita jabón todos los días". Ahora bien, es una cuestión de sentido común: "Ni enjabonarse todo el cuerpo tres veces al día ni nunca enjabonarse en ninguna parte", ha recalcado Guillermo.
En cuanto al tipo de jabón, según la dermatóloga, lo ideal es que haga "poca espuma y no tenga perfume". Noemi Guillermo ha recomendado los geles syndet, productos de limpieza corporal formulados sin detergentes agresivos. "Respetan mejor el manto lipídico de la piel y no dañan el microbioma cutáneo", ha añadido.
Respecto al desodorante, según la experta, "es indispensable, al menos si quieres vivir en sociedad", ha bromeado. En definitiva, "no sé si este médico no sale a la calle, porque si no, no encuentro otra explicación. O vive aislado, o todo lo que ha dicho es mentira", ha expresado.
¿Y el pelo?
La limpieza del cabello, sobre todo en mujeres, ha estado rodeada durante años del mito de que lavarlo con menos frecuencia lo mantiene más limpio y saludable y menos graso. Sin embargo, al igual que la del cuerpo, Guillermo ha señalado que "el pelo debe lavarse cuando esté sucio". Ahora bien, esto varía según el pelo de la persona. Por ello, dependiendo del tipo del cabello se deberá lavar todos los días, si es graso, o con menos frecuencia, si es seco.
"Existe la idea de que lavarse el pelo a diario hace que se caiga más, pero es al revés. Si no lo lavas lo suficiente, se acumula suciedad en los folículos y eso puede hacer que se caiga más", ha afirmado la dermatóloga.