
El último dictamen de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), publicado el 8 de abril, ha detectado CPE (Enterobacterales productoras de carbapenemasa) en la cadena alimentaria en 14 de los 30 países de la Unión Europea y de la Asociación Europea de Libre Comercio desde 2011: Alemania, Austria, Bélgica, Chequia, España, Grecia, Hungría, Italia, Noruega, Países Bajos, Portugal, Rumanía, Suecia y Suiza. La EFSA ha actualizado la evaluación de 2013 y ha analizado datos y estudios disponibles hasta febrero de 2025.
Las CPE son bacterias que generan enzimas capaces de desactivar los antibióticos carbapenémicos, considerados como última línea de defensa contra infecciones graves. Esto supone una seria amenaza para la salud pública, ya que se reducen las opciones de tratamiento eficaces para estas infecciones.
Según el informe, que se nutre de información proporcionada por los países de la Unión Europea y de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), con la colaboración del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), se han detectado CPE principalmente en cerdos, vacas y aves.
Las bacterias más notificadas
La presencia de estas bacterias ha aumentado en la Unión Europea. Las más detectadas han sido Escherichia coli, Enterobacter, Klebsiella y Salmonella, identificadas sobre todo en animales terrestres destinados a la producción alimentaria, como cerdos, vacas y, en menor medida, aves de corral. Estos animales forman parte del sistema de vigilancia rutinaria que se aplica en Europa para controlar la resistencia a los antimicrobianos.
La detección de estas bacterias en la cadena alimentaria implica que podrían llegar a los humanos no solo por contacto hospitalario, sino también a través del consumo de alimentos. Esto reduce las opciones de tratamiento en caso de infección, aumentando la mortalidad asociada a enfermedades bacterianas y dificultando el control de brotes.
El número de casos de bacterias productoras de carbapenemasas ha ido en aumento, especialmente en cerdos, vacas y aves de corral, con picos destacados en los años 2021 y 2023 en varios países europeos. Ante esta tendencia, una decena de Estados miembros de la UE y de la AELC ya han puesto en marcha planes de contingencia para controlar e investigar la propagación de estas bacterias resistentes.
Recomendaciones de la EFSA
Por esta razón, la EFSA ha recomendado ampliar la vigilancia a fuentes alimentarias actualmente no monitorizadas —como productos del mar y vegetales—, así como a otras especies bacterianas, como Klebsiella. A esto se suma la necesidad de mejorar los métodos de detección y desarrollar investigaciones de rastreo y tipificación molecular que permitan identificar con mayor precisión las vías de transmisión, incluida la posible propagación a través de los trabajadores o los piensos.
Además, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha instado a centrar los esfuerzos científicos en diseñar estudios específicos que ayuden a comprender cómo se diseminan estas bacterias a lo largo de la cadena alimentaria
De cara al futuro, la EFSA continuará apoyando a los Estados miembros y a los países de la AELC en la investigación y generación de nuevos datos sobre la aparición y propagación de las bacterias productoras de carbapenemasas, teniendo en cuenta la variabilidad genética presente en diferentes países y especies animales. El dictamen actualizado, que incluirá los hallazgos más recientes, se publicará en el año 2027.


