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El error común del verano que puede agravar las hemorroides

Expertos en proctología explican cómo el verano influye en su aparición y qué pautas ayudan a prevenirlas.

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Las hemorroides pueden resultar especialmente molestas durante los meses de verano debido a una combinación de factores que afectan directamente al sistema digestivo y a la zona perianal. Así lo advierten especialistas en cirugía general y proctología, que señalan el calor, la sudoración, la deshidratación y los cambios en la dieta y el estilo de vida como elementos que agravan los síntomas más comunes: dolor, escozor e inflamación.

"En verano se pierde más agua por el sudor. Si no se compensa con una buena hidratación, las heces se vuelven más duras y favorecen el estreñimiento, un factor clave en la aparición o empeoramiento de las hemorroides", explica el doctor José Ceballos, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo en el Hospital Universitario Vithas Las Palmas.

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Irritación por calor y ropa ajustada

El incremento de la sudoración en la zona perianal, sumado a la fricción de la ropa ajustada o sintética, favorece la aparición de irritaciones en una zona ya inflamada. Por eso, los expertos insisten en mantener la zona seca, evitar tejidos sintéticos y optar por prendas holgadas y transpirables, especialmente durante las horas de más calor.

Este tipo de molestias, aunque frecuentes, se intensifican en personas con hemorroides internas o externas, ya que el roce o la humedad prolongada pueden causar más inflamación y picor. El calor también puede alterar el tránsito intestinal, provocando episodios de diarrea o estreñimiento, ambas condiciones que influyen directamente en el agravamiento del cuadro hemorroidal.

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Dieta baja en fibra y sedentarismo: una combinación de riesgo

Otro de los factores que puede empeorar los síntomas es el cambio en la alimentación. Las comidas rápidas, el consumo de alcohol y la reducción de alimentos ricos en fibra —como frutas, verduras o cereales integrales— pueden provocar un tránsito intestinal más lento, lo que favorece el esfuerzo defecatorio y agrava los síntomas.

Además, el sedentarismo asociado a las vacaciones —largos desplazamientos, más horas sentado o tumbado— dificulta el funcionamiento regular del aparato digestivo. "Hay que evitar permanecer mucho tiempo sentado y establecer un horario regular para ir al baño, evitando esfuerzos prolongados", aconseja Carlos Emparan, jefe de Cirugía General en Quirónsalud Vitoria.

Opciones de tratamiento: del baño de asiento al láser

Para aliviar los síntomas, los especialistas recomiendan baños de asiento con agua templada o fresca, una hidratación constante, y el uso moderado de laxantes naturales si es necesario. También pueden aplicarse tratamientos tópicos específicos o recurrir, en consulta, a técnicas como la esclerosis, utilizada también en el tratamiento de varices.

En hemorroides internas de grado 1 y 2, estas medidas suelen ser eficaces. Sin embargo, en grados más avanzados —3 y 4— puede ser necesario optar por cirugía. En ese sentido, Ceballos destaca el uso de hemorroidoplastia con láser diodo, una técnica ambulatoria que, según afirma, reduce el tiempo de recuperación a unos cinco días y evita la extirpación o sutura del tejido.

Para casos muy avanzados, también existen técnicas como el grapado circular, que puede combinarse con el láser en casos de hemorroides externas persistentes.

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