
El virus del Nilo Occidental (VNO) es un patógeno transmitido principalmente por mosquitos del género Culex, que previamente se han alimentado de aves infectadas. En los seres humanos, la mayoría de los casos son asintomáticos, pero en un pequeño porcentaje puede provocar enfermedades graves que afectan al sistema nervioso central, según las autoridades sanitarias.
Origen y expansión internacional
Identificado por primera vez en 1937 en la cuenca del río Nilo, en Uganda, el virus se ha extendido desde entonces por África, Oriente Medio, Europa, Asia y América. En España, se detectó por primera vez en animales en 2003, pero no fue hasta 2020 cuando se confirmaron los primeros casos humanos, concentrados en Andalucía y vinculados a la circulación previa del virus en aves y caballos.
Síntomas y formas de la enfermedad
En ocho de cada diez personas infectadas, la enfermedad no presenta síntomas. Cuando aparecen, suelen ser cuadros leves similares a la gripe, con fiebre moderada, dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares o erupciones cutáneas. En menos del 1% de los casos, especialmente en personas mayores o con el sistema inmunitario debilitado, la infección puede derivar en complicaciones neurológicas como meningitis, encefalitis o mielitis, que requieren atención médica urgente y pueden dejar secuelas permanentes.
Vías de transmisión y papel de los humanos
El virus se mantiene en la naturaleza mediante un ciclo entre mosquitos y aves. Las personas y otros mamíferos, como los caballos, actúan como huéspedes accidentales y no transmiten la enfermedad a otros mosquitos, por lo que no participan en la cadena de contagio.
Prevención y control
Actualmente no existe una vacuna para uso humano, por lo que la prevención se basa en evitar la proliferación de mosquitos y reducir el riesgo de picaduras. Las recomendaciones incluyen eliminar el agua estancada en la que puedan reproducirse, mantener piscinas y estanques limpios o tratados, usar repelentes autorizados, vestir ropa clara que cubra brazos y piernas, e instalar mosquiteras en ventanas y puertas.
En las zonas donde se detecta circulación del virus, se intensifica la vigilancia en mosquitos, aves, caballos y personas para detectar posibles brotes y aplicar medidas de control de forma inmediata.



