
El recuento de espermatozoides en hombres occidentales ha caído más del 50 % desde 1973. Hoy, casi la mitad de los casos de infertilidad en parejas se debe a factores masculinos. Pero no todo está perdido: según la doctora Ana Fabregat, del Instituto Bernabeu, mejorar la calidad seminal es posible con cambios en el estilo de vida.
Adiós al tabaco, hola a la fertilidad
El tabaco es uno de los grandes enemigos de la fertilidad masculina. Su metabolito, la cotinina, llega hasta los testículos y daña las células germinales, según la doctora. Consecuencias:
- Menor concentración de espermatozoides.
- Disminuye la movilidad.
- Favorece la aparición de anomalías.
Lo positivo es que dejar de fumar puede revertir buena parte de estos daños en tres meses, lo que dura un ciclo completo de espermatogénesis.
Dieta mediterránea: un aliado clave
La alimentación también marca la diferencia. Una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, pescado azul, frutos secos y aceite de oliva ayuda a mantener un peso saludable y a mejorar la movilidad y la morfología espermática. En cambio, los ultraprocesados, azúcares y grasas saturadas favorecen la inflamación y el estrés oxidativo, enemigos de la fertilidad.
Sustancias y hábitos que empeoran la situación
Además del tabaco, hay otros factores que dañan la calidad seminal:
- Alcohol en exceso, que reduce la testosterona.
- Cannabis y anabolizantes, que bajan el volumen y concentración del semen.
- Algunos fármacos como antihipertensivos o psicotrópicos, que afectan tanto a la función sexual como a las hormonas.
Cuidado con el calor y la tecnología
El esperma necesita temperaturas más bajas que el resto del cuerpo. Por eso, conviene evitar:
- Saunas y baños calientes frecuentes.
- Portátiles sobre las piernas.
- Ropa interior ajustada.
Además, incluso la radiación de dispositivos electrónicos podría influir, aunque los estudios aún no son concluyentes.
Ejercicio, sueño y control del estrés
El deporte moderado es beneficioso, pero el entrenamiento extremo puede alterar el equilibrio hormonal y dañar la fertilidad. Además, dormir menos de seis horas reduce los niveles de testosterona, y el estrés crónico afecta al sistema hormonal que regula la producción de esperma. Técnicas como la meditación o la terapia psicológica pueden ser un apoyo ya que "reducir el estrés no solo mejora la calidad de vida, también podría ayudar a mejorar el semen", según la doctora.

