La INCIBE advierte de los riesgos del sexting: qué es, consecuencias y cómo proteger tu privacidad

Con el avance de las tecnologías y su revolución, se ha alcanzado un desarrollo tecnológico en el que, gracias en parte a la facilidad para la creación y difusión de imágenes, han surgido nuevos hábitos de conducta que, en muchos casos, tienen consecuencias lesivas.

El término "sexting" proviene de la unión de las palabras "sex" y "texting" para referirse al envío de contenidos eróticos o pornográficos a través de teléfonos móviles. En un principio, estas prácticas se llevaban a cabo mediante mensajes SMS, pero con la evolución de los teléfonos móviles se pasó a las fotografías y, posteriormente, a los vídeos.

Por lo tanto, el sexting se refiere al envío de imágenes o vídeos de carácter sexual, con mayor o menor carga erótica, entre personas que lo realizan de forma voluntaria y consentida, como parte de su actividad sexual.

El problema de esta tendencia es que comienza a convertirse en una peligrosa moda entre los más jóvenes. Este hábito comenzó a desarrollarse en 2005, principalmente entre jóvenes de países anglosajones, pero esta práctica se ha extendido por todo el mundo.

Por ejemplo, en un estudio realizado en Estados Unidos, el 15% de menores entre 12 y 18 años admitieron haber llevado a cabo esta conducta. Esta tendencia ha ido incrementándose, no sólo entre adolescentes, sino también entre adultos. Por lo tanto, esta práctica, que se está volviendo tan habitual como peligrosa, conlleva el riesgo de perder el control de las imágenes una vez que caen en manos de un tercero, quien puede hacer con ellas lo que desee.

Motivos por los que se puede hacer sexting

Los motivos por los que las personas pueden sentirse tentadas a estas prácticas son los siguientes:

• La presión social: En muchas ocasiones, las ganas de encajar en un entorno cada vez más sexualizado, donde la pornografía y los contenidos eróticos son prácticas habituales que dejan de parecer extrañas o peligrosas.
• La discreción en la recepción del mensaje: La confianza en que la persona destinataria mantendrá la privacidad del contenido.
• El desconocimiento técnico: Creer que enviar este contenido de móvil a móvil no conlleva peligro de que se reproduzca en otros medios, sin considerar posibles filtraciones o la pérdida de control sobre los archivos.
• La incapacidad para percibir el riesgo: Falta de consciencia sobre las consecuencias futuras que estas acciones pueden tener en la vida personal.

Riesgos a los que te expones con el sexting

• La persona que reciba la imagen o vídeo puede compartirlo sin tu consentimiento, de forma intencionada, para herirte, vengarse, chantajearte o simplemente por diversión.
• También podría compartirlo o mostrarlo por error debido a la ausencia de medidas de seguridad en sus dispositivos, como no utilizar métodos de bloqueo o cifrado de la información.
• Tu privacidad, como consecuencia, quedaría comprometida, con efectos negativos en tu vida personal, familiar y profesional.
• Además, podrías sufrir daños emocionales, ser acosado/a o incluso extorsionado/a.

Reflexión antes de practicar sexting

Antes de llevar a cabo estas prácticas, deberíamos hacernos las siguientes preguntas:

• ¿La otra persona podría llegar a compartir el contenido en algún momento? ¿Y si dejamos de ser novios o amigos?
• ¿Podría arrepentirme una vez enviada la foto o vídeo? ¿Puedo recuperar el contenido?
• ¿Hay alguna repercusión legal al practicar sexting? ¿Qué ocurre si reenvío contenido comprometido de otras personas?

Si ya lo he hecho, ¿qué debo hacer?

Mantener la calma y apoyarte en las personas de tu confianza sin temer al "qué dirán". Puedes solicitar ayuda al INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) llamando al 017 o escribiendo a su WhatsApp (900 11 61 17). Asimismo, deberías denunciar los hechos con pruebas ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.