Por qué el 6G va a cambiarlo todo
¿Salir sin el móvil? Imposible. Pero pronto no hará falta llevarlo: el 6G conectará todo, en todo momento, sin que tengamos que pensarlo
El otro día se me olvidó el móvil al salir de casa. Me di cuenta de ello cuando llevaba ya unos cien metros andando, pero iba con prisas a una reunión y decidí no volver a por él. Mientras cruzaba las calles del Barrio de Salamanca de Madrid, plagadas de gente en comercios, bares y oficinas, me sentía fuera de la realidad. Con la sensación de que no existía, que era un espectro ultradimensional al que nadie podía ver. Sin el móvil, nadie podía contactar conmigo, yo tampoco podía recibir ningún mensaje. ¿Y si se había cancelado la reunión? ¿Y si me había llegado un cargo sospechoso del banco? ¿Y si algún tonto había grabado un meme que no me podía perder? Bueno, seamos sinceros. Esto último no es cierto, pero tampoco lo es nada de lo anterior: no me dejé el móvil en casa. Como bien sabe el lector, eso es imposible en nuestra sociedad. Antes te olvidas de ponerte la ropa interior que del móvil.
Del 5G al 6G: Una nueva era
Y es que nuestra sociedad está ya construida sobre el pilar fundamental de las telecomunicaciones. En los últimos años, hemos asistido al despliegue progresivo del 5G, a sus velocidades de conexión y su bajo tiempo de respuesta, y esto ha permitido el desarrollo de un sinfín de aplicaciones en áreas como el transporte, la medicina y prácticamente cualquier actividad. Sin embargo, lo que está por venir promete superar con creces todas las expectativas.
La sexta generación de redes móviles, conocida como 6G, todavía se encuentra en fase de desarrollo, pero una cosa está clara: su impacto será tan profundo que cambiará no solo la forma en que utilizamos la tecnología, sino también cómo vivimos, trabajamos e interactuamos con nuestro entorno. Una de las principales innovaciones del 6G radica en su capacidad para integrar la inteligencia artificial directamente en la red. Esta característica permitirá categorizar y gestionar contenidos de forma automática, contextual y en tiempo real. ¿Qué significa esto? Que la red no se limitará a transmitir datos de manera más veloz, sino que podrá comprender la naturaleza de los datos que procesa y el contexto en el que se generan. Por ejemplo, si una persona utiliza unas gafas de realidad aumentada mientras pasea por la ciudad, la red será capaz de priorizar la información más relevante —como el estado del tráfico, puntos de interés o servicios cercanos— y filtrar otros contenidos menos pertinentes. Este avance abrirá la puerta a experiencias más personalizadas y adaptadas a cada situación, para que los datos prescindibles se transmitan en segundo plano y dejen paso a la información relevante, para que se transmita en tiempo real.
Esta inteligencia de red del 6G también representa un paso decisivo para consolidar una Internet de las Cosas verdaderamente inteligente. Con el 6G será posible conectar miles de millones de dispositivos en una misma zona sin saturar la red. Desde electrodomésticos y sensores urbanos hasta vehículos autónomos, dispositivos médicos y sensores en nuestro cuerpo y prendas de vestir ("wearables"), todos podrán comunicarse entre sí de manera constante, rápida y fiable. Las ciudades inteligentes, la medicina personalizada en tiempo real y la logística autónoma dejarán de ser conceptos futuristas para convertirse en realidades cotidianas que transformarán la forma en que gestionamos la vida urbana y rural.
Realidad virtual en expansión
Además, el 6G será la base tecnológica que permitirá el desarrollo de entornos virtuales y experiencias de realidad aumentada de un modo mucho más completo. Las experiencias inmersivas, los espacios colaborativos en el metaverso y las aulas o lugares de trabajo basados en hologramas interactivos serán posibles técnicamente gracias al 6G, como describo en mi último libro "Un mundo virtual".
Según los últimos informes técnicos, el 6G comenzará a usarse comercialmente hacia el año 2030. Sin embargo, los primeros estándares y las pruebas de laboratorio ya están en marcha. Así, progresivamente, iremos adentrándonos en una sociedad donde cada vez se difumine más lo físico y lo virtual, donde el 6G será el "sistema nervioso" que coordinará y comunicará todo. Así, no solo transformará la manera en que nos conectamos, sino que habilitará un ecosistema digital enraizado e inseparable del mundo físico.
Quizás dentro de muy pocos años, comenzar un artículo con "el otro día se me olvidó el móvil al salir de casa" no tenga ningún sentido, pues ni tendremos ya móviles ni a nadie se le ocurrirá nunca salir de casa.
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