
China vuelve a poner en alerta al sector tecnológico y militar con la presentación de un microdron del tamaño de un mosquito, ideado para misiones secretas de vigilancia y recopilación de datos en entornos donde los aparatos convencionales serían fácilmente detectados.
El artefacto, desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa (NUDT), fue presentado en un reportaje del canal militar CCTV 7, donde el joven investigador Liang Hexiang lo mostró sostenido entre dos dedos. "Es un robot con forma de mosquito. Este tipo de drones biónicos en miniatura son especialmente adecuados para labores de inteligencia, reconocimiento y operaciones especiales", explicó ante las cámaras mientras el prototipo se movía con sus dos pequeñas alas translúcidas y tres patas finísimas.
La idea de que un insecto artificial pueda colarse en un despacho o un domicilio sin levantar sospechas no es nueva. De hecho, Estados Unidos ya presentó hace más de una década su "RoboBee", un modelo similar creado en Harvard con fines medioambientales y agrícolas. Sin embargo, los expertos coinciden en que la versión china no solo es más pequeña, sino también más avanzada en funcionalidad real.
Un reto de ingeniería extrema
Construir un dispositivo con cámaras, micrófonos, sistema de navegación, antenas de comunicación y una batería en un cuerpo del tamaño de una uña ha sido, según los ingenieros, el principal desafío. "El mayor escollo ha sido el sistema de alimentación. Necesitamos que la batería sea diminuta pero con capacidad suficiente para permitir vuelos que duren más de unos minutos", reconocen los responsables del proyecto.
Por ahora, la autonomía sigue siendo la gran limitación: su uso prolongado requeriría recargas frecuentes y un operador cercano encargado de recuperar la información. Aun así, la capacidad de este mosquito robótico para moverse sigilosamente en interiores y su potencial para captar imágenes o conversaciones lo convierten en un desarrollo inquietante.
Investigadores internacionales ya han mostrado su preocupación. El especialista de la Universidad de Georgetown, Sam Bresnik, advirtió que estos minidrones podrían ser empleados "para rastrear individuos, grabar conversaciones privadas o mapear zonas sensibles donde otros sistemas no pueden entrar". En la misma línea, Timothy Heath, experto en defensa, señaló que, más allá del espionaje estatal, aparatos así podrían acabar en manos de organizaciones criminales para robar datos o vulnerar la seguridad de empresas estratégicas.
Una carrera global por los drones minúsculos
Pese a que Estados Unidos y Francia también han mostrado prototipos similares, la presentación oficial del dron-mosquito chino sugiere que el gigante asiático avanza con paso firme en la miniaturización robótica aplicada a la inteligencia militar. La elección de hacerlo público, en lugar de mantenerlo en secreto, podría responder a una estrategia de disuasión y de prestigio tecnológico en el ámbito internacional.
El informe de CCTV confirma que junto a este microdron, la NUDT trabaja en otros proyectos como un robot humanoide, dentro de una apuesta ambiciosa por dominar el campo de la robótica militar avanzada. Por ahora, la imagen del diminuto insecto volador resume un mensaje claro: el futuro de la vigilancia no solo será autónomo e inteligente, también casi invisible.

