Quedarse sin batería o sin datos en el momento más inoportuno es un temor común entre los usuarios de smartphones. De hecho, según Talker Research, el 65% de los españoles siente ansiedad cuando la batería baja demasiado fuera de casa, y a nivel global este miedo afecta a casi 4 de cada 10 personas.
El operador español Finetwork ha desmentido algunas creencias populares y confirmado otras para que podamos optimizar el uso de nuestros móviles sin caer en falsos trucos.
¿Sirve bajar el brillo o cerrar apps para ahorrar batería?
Reducir el brillo de la pantalla, especialmente en dispositivos con panel OLED, es una de las formas más efectivas de alargar la autonomía. También el modo oscuro ayuda, siempre que la pantalla sea de este tipo.
En cambio, cerrar constantemente aplicaciones en segundo plano o apagar el WiFi cuando no lo usamos puede ser contraproducente: el teléfono gasta más energía al reabrirlas o al buscar redes.
¿Cargar el móvil toda la noche lo estropea?
En los dispositivos modernos, la respuesta es no. A diferencia de los móviles antiguos, que podían sufrir desgaste si permanecían horas conectados al cargador tras alcanzar el 100 %, las baterías actuales, fabricadas con tecnología de ion de litio, incorporan sistemas inteligentes que interrumpen automáticamente el suministro de energía una vez completada la carga.
Este sistema, conocido como gestión de carga adaptativa, mantiene la batería en un rango seguro y evita el sobrecalentamiento, dos de los factores que más acortaban su vida útil en el pasado. Incluso algunas marcas han ido un paso más allá, implementando algoritmos que "aprenden" la rutina del usuario para ralentizar la carga y alcanzar el 100 % justo antes de que el teléfono vaya a usarse, reduciendo así el tiempo que la batería pasa completamente cargada.
Eso sí, aunque cargar el móvil toda la noche ya no supone un riesgo directo, los fabricantes siguen recomendando no exponer el dispositivo a altas temperaturas mientras está enchufado y, si es posible, usar cargadores oficiales o certificados para garantizar la seguridad y el rendimiento a largo plazo.
¿Baja resolución y WiFi pública ayudan a ahorrar datos?
Poner una Baja resolución y WiFi pública ayudan a ahorrar datos, en parte. Reducir la calidad de reproducción de los vídeos, por ejemplo, pasar de 1080p a 480p, puede disminuir drásticamente el consumo de datos móviles, algo especialmente útil para quienes tienen tarifas limitadas. Y conectarse a una red WiFi en lugar de usar datos móviles también ayuda… aunque no todas las WiFi son iguales.
En el caso de las redes públicas, como las que encontramos en cafeterías, aeropuertos o centros comerciales, el ahorro de datos viene acompañado de un riesgo: los ciberataques. Al no estar cifradas o requerir contraseñas seguras, estos puntos de acceso pueden ser aprovechados por terceros para interceptar información, por lo que se recomienda usarlas solo para tareas básicas y, de ser posible, con una conexión VPN.
En cuanto a otras creencias populares, hay que aclarar que el modo avión no ahorra datos: simplemente corta el acceso a internet, así que no podrás consumir, pero tampoco utilizar la conexión. Y sobre desactivar el 5G, el impacto real es mínimo. El consumo de datos depende más de nuestras actividades, como reproducir vídeos o descargar archivos pesados, que de la tecnología de red que utilicemos.
Consejos que sí funcionan
Para prolongar la batería: bajar brillo, activar el modo ahorro de energía y limitar las actualizaciones automáticas. Para reducir el consumo de datos: desactivar la reproducción automática de vídeos y priorizar conexiones WiFi seguras.