Un mismo mes de agosto de hace 15 años, durante la celebración de Gamescom 2010, Razer presentó su primer teclado mecánico. El Razer BlackWidow, anunciado como "el primer teclado mecánico diseñado para gaming" no fue solo la puesta de largo de un nuevo periférico, con el tiempo hasta ayudó a impulsar una categoría específica. Desde entonces muchos jugadores que utilizaban teclados de ofimática con membrana, menos adecuados para videojuegos y, en especial, para el juego competitivo cambiaron el significado del periférico.
El principio del camino
En 2010, Razer introdujo un producto concebido para priorizar velocidad, precisión y fiabilidad en cada pulsación, con el objetivo de mejorar el control y la consistencia en partida. Antes del BlackWidow (2010), los switches mecánicos se veían sobre todo en entornos profesionales y de oficina que demandaban alta fiabilidad (estaciones de trabajo, teclados para mecanógrafos, programadores o escritores).
Su popularidad en los 80 y 90 se apoyó en durabilidad, precisión y comodidad, pero el mercado masivo migró a la membrana por coste y menor ruido. A inicios de los 2000 quedaron como nicho para entusiastas e industria, sin presencia clara en gaming… hasta que Razer los orientó al rendimiento competitivo con el BlackWidow original y, más adelante, diseñó y patentó un switch mecánico propio pensado para uso en juego.
Cada año una nueva frontera
Desde 2010, la línea avanzó de forma continuada. Un año después llegó el Ultimate Stealth, primer paso hacia una reducción del sonido sin sacrificar el tacto mecánico. Indicaba que la serie se ajustaría a preferencias distintas. En 2012 y 2013, Razer añadió anti-ghosting avanzado e introdujo Synapse 2.0 con perfiles en la nube, abriendo la puerta a una personalización práctica. En paralelo nació el Tournament Edition (TKL): un formato para torneos y escritorios reducidos, donde cada centímetro cuenta.
En 2014 se consolidó el cambio de switches (Green, con clic sonoro; Orange, más silencioso) y Chroma, con iluminación RGB por tecla. La combinación de hardware propio y configuración luminosa influyó en cómo se percibe el teclado tanto por tacto como por presentación visual. La evolución siguió. En 2018 llegó el BlackWidow Elite, con rueda multimedia y reposamuñecas imantados, mejoras de comodidad para sesiones largas y creación de contenido.
Conectividad y personalización
Ya en 2020, la familia dio el salto al inalámbrico con BlackWidow V3 y, sobre todo, V3 Pro, que incorporó HyperSpeed (2,4 GHz) y Bluetooth, reduciendo cableado, pero en 2021, el BlackWidow V3 Mini HyperSpeed adoptó un formato 65% e inalámbrico, útil para zonas de juego con espacio contenido sin renunciar a prestaciones.
El 2023 trajo nuevos modelos, en especial BlackWidow V4 75% y BlackWidow V4 Pro, con hot-swap de switches, amortiguación acústica interna y estabilizadores prelubricados, ampliando opciones de personalización y sonido. Se añadió una hilera de macros dedicadas y el Command Dial para accesos y ajustes rápidos. Algunos modelos alcanzan hasta 8.000 Hz de polling rate, orientados a escenarios que priorizan tiempos de respuesta muy bajos.
En 2025, la serie incorporó ediciones como "Phantom Green" —estética translúcida que muestra parte de la estructura interna— y opciones Barebones, con chasis pensados para usuarios que quieren ensamblar o modificar el teclado con componentes propios. Es una referencia directa a la escena de teclados personalizados.
¿Por qué se mantiene vigente?
Actualizaciones continuas. En quince años, la serie ha integrado switches propios, iluminación configurable, modos inalámbricos, formatos compactos y modelos personalizables en hardware y software (Razer Synapse).
Atención al juego competitivo. La oferta en TKL y 65%, la latencia contenida con altas tasas de sondeo, la fila extra de macros y el Command Dial responden a peticiones de velocidad operativa, ergonomía y control preciso. A día de hoy, los BlackWidow siguen estando diseñados para jugar, crear y competir.
Ecosistema y uso público. Su presencia en esports y streaming ha incrementado la visibilidad del producto, sin cambiar su orientación: teclado mecánico configurable con opciones para distintos perfiles y espacios.
El presente importa tanto como el pasado
Quince años después del lanzamiento en Gamescom (agosto de 2010), BlackWidow es una familia con varias rutas: modelos listos para usar y opciones con personalización avanzada (sonido, tacto y distribución). Desde quien busca una sensación mecánica clásica hasta quien prioriza conectividad inalámbrica, macros o formatos compactos, la gama reúne alternativas dentro del mismo ecosistema de software y accesorios.