Colabora

Descubre Keeper: el nuevo proyecto de Double Fine que cambia las reglas a cada movimiento

Una aventura onírica donde la luz abre caminos y cada tramo sorprende con algo nuevo

Double Fine

Desde los cuarteles generales de Double Fine nos vuelven a sorprender con una propuesta poco convencional. Su próximo juego, 'Keeper', llegará en octubre a Xbox Series X|S, PC (Steam y Microsoft Store) y Xbox Cloud Gaming, y lo hará además incluido en Game Pass desde el primer día. En realidad, lo que plantea su formato no es una historia al uso, sino una experiencia sensorial. Aquí no hay voces ni textos que nos digan qué hacer; apenas unos pocos avisos de control. Todo lo demás se entiende observando, probando y dejándose llevar por la atmósfera.

El pequeño Twig y un faro que cobra vida

La aventura arranca con Twig, un pequeño pájaro que huye con su bandada de una amenaza llamada The Wither, un enjambre púrpura que devora cuanto toca. En plena huida, nuestro ligero protagonista choca contra un faro y, al encender su baliza, consigue ahuyentar la oscuridad. Lo inesperado llega cuando el faro cobra vida y, poco a poco, aprende a caminar.

El formato convierte esa situación en pura comedia. Al principio, el faro apenas puede moverse, tropieza con coches abandonados o se estampa contra casas en ruinas, hasta que empieza a correr con más soltura. No hay objetivos marcados en pantalla ni indicadores insistentes, solo una sensación de que el camino continúa montaña arriba. Esa es una de sus características más llamativas, puesto que 'Keeper' no es un juego de combate, sino de exploración y puzles.

El faro puede usar su luz para transformar el entorno: hacer florecer plantas, alterar el comportamiento de criaturas o guiar a Twig para manipular objetos. Con el tiempo, esa baliza se carga para provocar efectos más grandes, como despejar obstáculos o alejar amenazas. Es un conjunto limitado de habilidades, pero las posibilidades se multiplican porque cada situación propone un uso diferente, y el aprendizaje llega experimentando, no leyendo instrucciones.

La historia deja entrever variedad de situaciones, ya que la luz permite viajar entre pasado, presente y futuro, y Twig cambia de forma en cada época, de huevo en el pasado (ideal como peso) y algo distinto en el futuro, con nuevos usos. Resolver estos rompecabezas implica alternar tiempos, activar maquinaria y atravesar templos hasta reparar el artefacto.

Una historia fragmentada

Aquí cada nueva zona funciona como una especie de laboratorio de ideas. Entramos, observamos, probamos, y tras unos minutos llega el inevitable "ajá". En las primeras horas hay de todo, desde tormentas que complican la travesía, descensos a profundidades oscuras, secciones donde la gravedad se da la vuelta y pistas ambientales que dejan caer fragmentos de historia. Todo sin una sola línea de diálogo, pero con una relación creciente entre el faro y Twig, expresada a través de gestos y animaciones.

Con 'Keeper', Double Fine no quiere que domines sistemas, quiere que los descubras en cada tramo cambiante y con cada recurso que reinventa, y lo que ahora parece una mecánica estable pronto se transforma en otra cosa. Incluso la demo deja caer un giro importante que se reserva para el juego completo. El 17 de octubre veremos hasta dónde llega esta aventura.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario