
Ensalzado o denostado, no existe término medio cuando el que habla es Slavoj Zizek. No es de extrañar, teniendo en cuenta sus maneras de estrella del rock y sus discursos encendidos que acercan la filosofía a públicos más jóvenes gracias, principalmente, a sus constantes referencias a la cultura popular. Su prestigio, pese a sus detractores, se ha consolidado en los últimos años, en los que ha llegado a ser considerado uno de los pensadores vivos más relevantes del mundo. Siguiendo esa línea, el Círculo de Bellas Artes de Madrid le entregó ayer su Medalla de Oro, durante la charla que dio delante de una concurrida audiencia: Ernst Lubitsch: Cinismo, humor y compromiso.
El tema pareció, sin embargo, una mera excusa para que el esloveno se soltase a hablar de cualquier cosa menos del propio Lubitsch. Mayo del 68, feminismo, antifascismo… La actualidad política fue analizada por el filósofo y psicoanalista, que no dudó en regalar titulares. "La objetualización de la mujer que hace el feminismo es uno de los grandes logros de la liberación sexual", o, "Macron era el candidato antifascista, y eso desechó cualquier crítica que pudiese hacérsele" fueron algunas de sus frases más destacadas.
