
El pasado 16 de junio fue un día muy triste para el mundo del arte ya que ese día falleció uno de los mejores dibujantes de la historia, Tim Sale. El estadounidense nos dejó con apenas 66 años y al igual que nos pasó con figuras como la de Carlos Pacheco, la marcha de Tim nos dejó un vacío tremendo a los fans de este maravilloso mundo. Eso sí, lo bueno de los artistas es que su obra nunca se olvida y hoy traemos aquí una de las obras de arte que el bueno de Tim nos dejó como legado.
Panini reedita, esta vez en formato Must Have (debes tener), un indispensable para los amantes de las viñetas. Hablamos del Hulk Gris de Sale y Jeph Loeb, una pareja que al dibujo y al guion dejaron, entre otras muchas cosas, una serie de cuatro colores en la que está englobado este tomo de Hulk. Tenemos Hulk Gris, Spiderman Azul, Daredevil amarillo y Capitán América Blanco. Todos ellos con una historia de los orígenes de cada personaje, siempre desde el maravilloso punto de vista de los creadores del mítico ‘Batman El Largo Halloween’.

Estas obras, que iremos trayendo próximamente a este sección, son perfectas para todo tipo de público. Como historia de origen puede llamar la atención de los más nuevos del lugar y como reformulación de las ideas ya conocidas también sirve para los fans acérrimos de cada personaje. Es un combo. Un win win en todos los sentidos, sobre todo porque el gran guion de Loeb está acompañado de un dibujo de Sale que ya es leyenda del mundo de las viñetas. Su estilo es de aquellos que se reconocen con solo un vistazo. Con una pasada. Una viñeta y sabes que es Sale. No necesitas más. Y no todo el mundo puede decir lo mismo. Tim sí podía hacerlo. Es su sello. Su impronta en este mundo y por supuesto, un servidor le da las gracias.
Antes de continuar con la reseña y meternos de lleno en el gris y en el verde de Hulk, vamos con el apartado técnico: guion de Jeph Loeb, dibujo de Tim Sale, contiene Hulk: Gray 1-6, 160 páginas, editorial Panini, cartoné tapa dura y un precio de 20 euros.
Vamos con la reseña
Bruce Banner puesto bajo el microscópio
Lo primero que nos vamos a encontrar a nivel de guion en este Hulk es la visita de un prófugo de la justicia, el mismísimo Bruce Banner, a su psiquiatra. Ojo, psiquiatra y amigo. A partir de esa visita nocturna arranca una conversación en la que el propio Bruce irá desvelando, poco a poco, por qué ha visitado al doctor esa noche y qué eventos de su pasado le han llevado hasta el momento actual. Como hemos dicho antes estamos ante una historia de orígenes, la cual nos llevará de la mano de Loeb a la primera noche de Bruce como Hulk. Veremos su transformación tras recibir el impacto de la bomba gamma, conoceremos su odio profundo por el general Ross, su amistad con Rick Jones y su amor por la hija del militar, Betty Ross, pero sobre todo nos vamos a meter de lleno en el terreno más psicológico del personaje. Loeb te va llevando por todos los eventos que suceden esa noche a través del sufrimiento de Bruce y también a través de las dudas de un Hulk que quiere alejarse de la palabra que todo el mundo le llama: "Monstruo".

La historia, como ocurre siempre con Loeb, tiene el ritmo perfecto para disfrutar a velocidad de crucero de esta historia de alrededor de 160 páginas. Todos los personajes tienen su papel destacado y aunque sea Hulk el que se lleva todos los focos, Loeb siempre logra que los secundarios alcancen un desarrollo pleno a través de la historia. Cuando la acabes sabrás perfectamente por qué Ross odia a Hulk, Betty amaba a Bruce y Rick admira a ambos. Y Loeb hace todo eso con una simpleza aplastante. Es capaz de moldearte la personalidad de todos los ‘actores y actrices’ de la ‘película’ dándole pequeños espacios en cada momento importante. A veces, gracias a Tim Sale, ni siquiera necesita palabras. Lo explica con un simple abrir y cerrar de ojos o con una mirada de soslayo. Ese es parte de su secreto, la fluidez narrativa tan limpia que ofrece en sus obras ya sean estas más o menos elaboradas.
Por supuesto destaca por encima de otra cosa la relación de Hulk con los Ross. El odio al general es latente y recíproco durante las seis grapas que contiene este tomo, sin embargo, me gustaría decantarme más por su historia de amor, tipo la Bella y la Bestia, con la fallecida Betty Ross. Sí, así es. Betty Ross llevaba fallecida varios años en los cómics por aquella época y durante la historia, Bruce va narrando cómo fueron esos primeros momentos junto a ella cuando apareció por primera vez nuestro monstruoso y verdoso amigo. Perdón, grisáceo amigo. Es una carta de amor de un Banner destrozado por su dualidad y su melancolía, algo que Loeb exprime con una gran sensibilidad.

Loeb pone todo en la mesa para el comensal a nivel de guion y es ahí cuando Tim Sale termina de redondearlo todo con una cena de gourmet en el dibujo. En primer lugar su estilo es inconfundible. Precioso en idea y ejecución. Con Splash Page de museo y momentos de grandiosidad de Hulk en los que Tim logró llenar toda la página con la presencia del coloso. ¿Por qué el color gris? Ya contamos en su día lo que pasó con el cambio de color de Hulk, concretamente lo hicimos en la reseña de la Biblioteca Marvel del personaje, y aquí le viene como anillo al dedo ese uso del gris en el cuerpo y el verde en los ojos, tanto de Bruce como del propio Hulk. Eso sin olvidar los momentos de Banner con su psiquiatra, donde se juega ese verde junto al blanco y negro de las escenas. Una genialidad por parte de Tim que os muestro en estos dos ejemplos:


Solo son dos ejemplos, aunque podría poner 100. Todo made in Sale. Todo maravilloso. El color, casi siempre unido a escenas nocturnas termina por rematar una faena más que firmaron juntos estos dos genios de los cómics.
Conclusión: indispensable para todo tipo de público. Siempre lo recomiendo. Si un cómic viene bajo el sello y la firma de Loeb y Sale, raro es que no acabe con una nota de sobresaliente o matrícula de honor. Son cantos de amor al cómic, a fin de cuentas. Si gustan, disfruten de la lectura.

