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Harry G. Frankfurt, el filósofo de "la mierda de toro", muere a los 94 años

Verdad, libertad y amor. Abordó los más grandes temas no solo de la filosofía, sino de cualquier vida humana.

Verdad, libertad y amor. Abordó los más grandes temas no solo de la filosofía, sino de cualquier vida humana.
El filósofo Harry G. Frankfurt | Wikipedia

¿Cómo traducir al español "bullshit"? Los angloparlantes la suelen usar como en español "gilipolleces", "mamandurrias", "mentira cochina" o "blablablá". Más técnicamente se suele traducir como "habladuría" o "charlatanería".

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Literalmente sería "mierda de toro". Harry G. Frankfurt, filósofo recientemente fallecido (1929-16 de julio de 2023), escribió un breve panfleto titulado On bullshit que en español no se tradujo el título añadiendo una coletilla, On bullshit: sobre la manipulación de la verdad. Se convirtió en best seller en 2005, aunque en realidad había sido escrito en 1986.

En el contexto filosófico en el que lo escribió Frankfurt habría que traducirlo más bien como "sofisterías", lo que retrotrae el término a los inventores del concepto, algunos sofistas al estilo de Sócrates. En realidad, Frankfurt no se refiere a la manipulación de la verdad, sino a algo más interesante filosóficamente: el desprecio absoluto al mismo concepto de verdad, a declarar como inútil cualquier pretensión de establecer un criterio de demarcación entre la verdad, la falsedad y la mentira.

"La esencia del bullshit es que a la persona que lo produce no le importa si lo que dice es verdad o mentira. No se dedica a transmitir información ni a engañar a la gente. Se dedica a manipular opiniones, actitudes y sentimientos, y dirá lo que crea que será eficaz en ese sentido, independientemente de que sea verdad o mentira".

Del mismo modo que Lenin le espetó a Fernando de los Ríos que para qué servía la libertad, un "bullshiter" plantearía que para qué sirve la verdad. Normalmente, por cierto, los leninistas y los "bullshiters" suelen identificarse. Últimamente se ha puesto de moda filosófica el planteamiento de Frankfurt en relación al concepto de posverdad, con ilustres manifestaciones del desprecio olímpico por cualquier atisbo de que la verdad sea relevante en las figuras de Donald Trump y Pedro Sánchez. No es que Trump y Sánchez sean unos mentirosos, sino que viven en una realidad paralela en la que solo importa la virtualidad de la ficción. Son como aquel personaje de Matrix que pedía no solo escapar de la dura realidad verdadera para vivir en la ilusión virtual producida por la máquina, sino no acordarse de que tal distinción existía. Trump y Sánchez son a la verdad y la mentira lo que un vampiro a la vida y la muerte: simplemente no cabe aplicarles dichas categorías como al común de los mortales.

La voluntad nos define como humanos

Frankfurt, profesor en Princeton, Yale, Rockefeller y Ohio, se dedicaba fundamentalmente a filosofía moral, la filosofía de la mente y la acción, y el racionalismo del siglo XVII. Ante de la verdad su principal interés fue en la libertad entendida como libre albedrío. Schopenhauer había establecido que podemos querer lo que hacer o no, pero no podemos querer lo que queremos. Para investigar el tema del libre albedrío Frankfurt planteó, un habitual método filosófico, varios casos enrevesados en los que se establecería que alguien es responsable de lo que hace aunque haya sido obligado a hacer un acto inmoral en contra de su propia voluntad. Y es que la voluntad es para Frankfurt, como lo era para Schopenhauer y Nietzsche, lo que nos define como humanos, más que la razón o el lenguaje. Es la voluntad el núcleo irradiante de la libertad, la responsabilidad, la identidad personal y esa cosa llamada "el sentido de la vida". Ahora bien, Frankfurt, contra Schopenhauer, sí creía que es posible que una persona no quiera querer lo que de hecho quiere, y que llega a cambiar lo que quiere para querer otra cosa que estima mejor.

Junto a la verdad y la libertad, el tercer foco del interés filosófico de Frankfurt fue el amor en su libro Las razones del amor. Verdad, libertad y amor, los más grandes temas no solo de la filosofía, sino de cualquier vida humana, y que hacen que la obra de Frankfurt sea tan recomendable en estos días en los que incluso hay quien pretende que dejamos de comer vaca y toro para que comamos bullshit.

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