Superhéroes, género bélico, historias basadas en hechos reales, mangas, seres mitológicos, terror, thrillers... Hemos traído de todo a esta sección de cómics de Libertad Digital, pero quizá nos faltaba una historia que hablase de la vida en sí, sin mayores artificios. Una historia cuya normalidad fuese lo que le hace destacar por encima de cualquier otra cosa. Un relato que, siendo verano, nos recuerde lo importante que es el verbo "vivir" y la palabra "familia" en este contexto tan habitual en el género humano. Eso es lo que vamos a encontrar en Los buenos veranos, el cómic de Jordi Lafebre y Zidrou que, con seis volúmenes, se ha convertido en un clásico de este género ‘slice of life’.
En este tomo que nos trae Norma Editorial están recopilados los seis volúmenes que relatan la historia vacacional de la familia Faldérault. Dando saltos en el tiempo entre años y décadas, Lafebre y Zidrou nos mostrarán la vida cotidiana de esta particular y numerosa familia que todos los años coge su coche y se lanza a la carretera para disfrutar del verano.
Vamos primero con el apartado técnico: guion de Zidrou, dibujo de Jordi Lafebre, cartoné tapa dura, editorial Norma, contiene los seis volúmenes de la colección, 344 páginas, tamaño de 23,5 x 31 y un precio de 49 euros.
Un cómic para disfrutar en muchas fases de tu vida
Como bien he dicho anteriormente, estos buenos veranos nos unirán para siempre a los Faldérault, una familia belga a la que acompañaremos en sus vacaciones durante varias fases de su vida. Esto nos permitirá, no solo conocer qué ocurrió en cada uno de esos veranos, cada uno correspondiente a un volumen, sino también para ver la evolución de todos los miembros de la familia. Desde los más pequeños hasta los más viejos de la familia, pasando por supuesto por el padre y la madre. Todos ellos con los consiguientes cambios a nivel vital que supone el paso del tiempo. Incluso, debido a su importancia, deberíamos hablar del coche en el que viajan, Don Bermellón, que será un personaje más a tener en cuenta.
Lo bueno del guion de Zidrou es que además de ser un canto a la vida es perfectamente recomendable para todas las edades ya que veremos la evolución de cada uno de los miembros de la familia pasando por la niñez, infancia, adolescencia, madurez y vejez. Es lo que más me ha gustado del cómic durante la lectura de este tomo, que abarca una cantidad de matices y registros contextualizados en la edad de cada uno de los protagonistas. Cada personaje tendrá un arco de evolución constante y como pasa en la vida real, el paso del tiempo y de los hechos unirá al lector con esta familia hasta hacerla una más de su círculo. Empatía y cariño, son dos palabras que siempre estarán unidas a esta historia.
En este caso Norma Editorial ha decidido ordenar cronológicamente los seis volúmenes, por lo que podremos seguir en orden dicha evolución de la familia. Para muchos es un acierto, pero para los más puristas quizá lo mejor habría sido dejar el orden primario que los autores eligieron. Independientemente de esos matices, la obra se disfruta en ambas versiones. Y si alguien compra este tomo y quiere seguir el orden original, solo tiene que buscarlo e ir saltando de volumen en volumen para seguirlo.
El guion, maravilloso y bien cuidado de Zidrou, incluye todo los elementos propios de una familia y de unas vacaciones. Habrá momentos de amor, tristeza, drama, diversión, conflictos familiares, estrés, discusiones, miedos, inseguridades, alegrías, decepciones... todo lo que habitualmente vive una familia numerosa en una situación como esta.
Como detalle comentar que hay bastante de metacómic en esta historia ya que el padre de familia es dibujante de tebeos y hasta que él no acaba su trabajo, la familia no puede iniciar sus vacaciones. Un dibujante de cómics dentro de un cómic. Un detalle más para valorar el gran trabajo narrativo y vital de una obra en la que cada una de las vacaciones de la familia Faldérault estará llena de fallos e inconvenientes, pero que siempre acabará con los valores familiares y el amor de todos ellos superando cualquier adversidad. Lafebre está imperial al dibujo y basa su éxito en una sencillez y un entintado limpio y preciso que te hará empatizar y sentir cada momento que vive la familia.
Os dejo varios ejemplos del dibujo:
Por último quiero destacar que es un cómic para toda la vida. ¿Qué quiero decir con esto? Que te lo podrás leer a cualquier edad y sentirlo de manera diferente según vayas cambiando y evolucionando en lo personal.
Conclusión: si buscas algo diferente y quieres salirte de la ficción para irte a algo más cotidiano y humano, Los buenos veranos te hará reír y llorar a partes iguales. Una historia maravillosa llena de vida con un dibujo espectacular del artista español Jordi Lafebre. Más que recomendable y más en verano. Si gustan, disfruten de la lectura.