
El martes pasado, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, hizo gala de la compra, por 7,2 millones de euros, de la Casa Gomis de El Prat de Llobregat, en Barcelona, para convertirla en un centro cultural público. Es un inmueble de Antoni Bonet Castellana, figura de la arquitectura racionalista y del Movimiento Moderno, construido en 1957 a partir de un encargo de la familia Gomis-Bertrand. Contaba con la protección de Bien Cultural de Interés Nacional.
Este desembolso tan importante de Cultura para salvar esta propiedad catalana contrasta con su postura sobre Velintonia, la casa del Premio Nobel Vicente Aleixandre, la cual había dejado desamparada hasta que ha saltado a los medios el agravio comparativo. Había renunciado a participar en las dos subastas judiciales (en enero y julio de 2024) que se abrieron por este inmueble. Desde la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre han tachado los hechos de "lamentables".
Los familiares herederos han fijado un precio de salida de 4.561.750 euros, aunque se admitían pujas por un mínimo del 70% de esta cifra, esto es, 3.193.225 euros. "No criticamos la inversión por la Casa Gomis, pero queremos resaltar que no puede haber privilegios especiales. No solo es bochornoso que el Ministerio de Cultura no haya pujado, sino que no se haya interesado y haya despreciado ostensiblemente lo que significa esa casa y el legado de Vicente Aleixandre", asegura su portavoz, Alejandro Sanz, a Libertad Digital.
El ministro de Sumar ha enviado una carta al consejero de Cultura de Madrid, Mariano de Paco, en la que comunica "la disponibilidad" de Cultura "para retomar un diálogo que permita la adquisición conjunta". A pesar de no haber pujado, ahora asegura que "siempre ha sido voluntad de este Ministerio colaborar en la protección de Velintonia". Alude incluso a que había mantenido conversaciones discretas con las administraciones madrileñas, que lo han desmentido.
"Urtasun desprecia la casa y lo que representa Aleixandre"
La vivienda, ubicada en el número 3 de la calle Vicente Aleixandre, en el barrio de Vallehermoso del distrito de Chamberí, fue construida en 1930 y fue el centro de encuentro de la Generación del 27. Es una edificación de 630 metros cuadrados distribuidos en tres plantas sobre una parcela de casi ochocientos metros cuadrados. "Urtasun se olvida de uno de nuestros más universales representantes. Está injustificado que se gaste todo ese dinero en Casa Gomis, que puede tener un valor arquitectónico importante, sin duda, pero se olvida del incalculable valor histórico que tiene Velintonia. Merece dignidad", insiste el portavoz de Amigos de Vicente Aleixandre. "Lo único que ha hecho Urtasun es despreciar la casa y lo que representa Aleixandre. Los legados no solo son los escritos, sino también los espacios de vida y creación. Tengo la certeza, y esto es una opinión personal, de que si Velintonia estuviera en una provincia catalana, ya se habría salvado", añade.
Alejandro Sanz insiste en que actos así "definen la política de actuación del Ministerio de Cultura" que "parece proteger solo lo que le interesa políticamente, al igual que cuando cita a poetas como Miguel Hernández o Lorca solo es para una utilización política e ideológica". "A los poetas hay que respetarlos siempre", reitera.
Sanz critica el "mutismo" del Ministerio de Cultura con el Nobel: "Siempre fue un defensor de la democracia y la libertad. Velintonia acogió a todo tipo de amigos con todo tipo de ideas. Estuvieron Damaso Alonso o Gerardo Diego, que eran conservadores, y a Pablo Neruda y Miguel Hernández, radicalmente opuestos. Les unía la poesía y eso los políticos no lo entienden. En el 125 aniversario del nacimiento de Aleixandre, en 2023, el Ministerio de Cultura no hizo ninguna mención. Es una triste historia que parece no tener fin por la incompetencia de nuestros gobernantes".
En ruinas
Velintonia lleva abandonada desde que en 1986 muriera Conchita, la hermana de Vicente y actualmente muestra un aspecto ruinoso, con parte de la cubierta hundida y con grandes humedades. Desde la Asociación de Amigos de Aleixandre consideran que el Ayuntamiento de Madrid, que dirige, José Luis Martínez Almeida, debe obligar a los herederos a acometer las importantes obras de rehabilitación que necesita el inmueble.
Desde la Asociación, demandan, además, que la vivienda sea declarada Bien de Interés Cultural en lugar de Bien de Interés Patrimonial, que en sus palabras, "no sirve para nada".