
Según la RAE, la única forma reconocida y aceptada en la lengua culta es "monstruo". El término proviene del latín monstrum y hace referencia, en su acepción principal, a un ser fantástico que provoca espanto. Por extensión, también puede aplicarse a personas de aspecto muy feo, individuos crueles o, en sentido positivo, a alguien que destaca de forma extraordinaria por su talento o capacidad.
Formas como "mostro", aunque se han documentado en el pasado, se consideran variantes antiguas y hoy en desuso. Por su parte, "monstro" se considera directamente incorrecta desde el punto de vista ortográfico y no debe usarse en ningún contexto.
#RAEconsultas «Monstro» y «mostro» son variantes antiguas de «monstruo», única forma vigente en el español culto actual (del latín «monstrum», con influjo de «monstruoso»). Son antietimológicas y nunca han sido válidas en español grafías con diptongo inicial *«moun-».
— RAE (@RAEinforma) May 17, 2019
Desde la institución académica también aclaran que nunca han sido válidas formas como "mounstruo" o "mounstro", con diptongo inicial. Estas grafías, aunque frecuentes por influencia de la pronunciación popular o por error de analogía con otras palabras como "mounstruoso", no tienen cabida en el español normativo.
En resumen:
- Monstruo: única forma válida.
- Mostro: forma antigua, en desuso.
- Monstro: incorrecta.
- Mounstruo: error ortográfico.
Por tanto, si en algún momento necesitas nombrar a un ser temible, a alguien con una habilidad fuera de lo común, o incluso a un personaje de ficción, no lo dudes: la única forma correcta en español es "monstruo".

