Una huella dactilar neandertal de hace 42.000 años, eje de la nueva exposición del Museo de Segovia
La muestra Tras las huellas de los neandertales exhibe por primera vez el canto de granito con pigmento rojo hallado en el Abrigo de San Lázaro.
El Museo de Segovia acoge desde este martes y hasta el próximo 30 de octubre la exposición Tras las huellas de los neandertales, que presenta públicamente un hallazgo arqueológico inédito: un canto rodado con una huella dactilar de un neandertal, considerada la más antigua documentada hasta la fecha. La pieza fue descubierta en 2022 en el yacimiento segoviano del Abrigo de San Lázaro, y su estudio ha sido liderado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid.
Un testimonio directo
El objeto central de la exposición es un canto de leucogranito con restos de pigmento ocre rojo, sobre el que se ha identificado una huella dactilar atribuida a un varón adulto neandertal. La marca fue certificada mediante técnicas forenses por la Unidad Central de Identificación de la Policía Científica, lo que ha permitido confirmar su autenticidad con los mismos protocolos aplicados a investigaciones policiales actuales.
El hallazgo se enmarca en un estrato arqueológico del Paleolítico Medio, con una cronología estimada entre 43.000 y 42.000 años, asociado a las industrias musterianas típicas de las ocupaciones neandertales. Según los investigadores, el uso intencionado del pigmento rojo y la posible selección del canto por su forma evocadora de un rostro (pareidolia facial) apuntan a un comportamiento simbólico complejo por parte de estos homínidos.
Aportaciones al conocimiento del arte neandertal
La huella hallada en el canto rodado puede constituir, según los especialistas, el ejemplo más antiguo conocido de arte mobiliar con pigmento atribuido a neandertales. En este sentido, el descubrimiento refuerza la hipótesis de que estos grupos humanos desarrollaron manifestaciones simbólicas previas o paralelas a las del Homo sapiens.
La exposición también incluye piezas líticas y restos de fauna hallados tanto en el Abrigo de San Lázaro como en el vecino Abrigo del Molino, en el valle del río Eresma. Ambos enclaves arqueológicos ofrecen una ventana excepcional a la vida cotidiana de los neandertales en la Meseta Central durante el Paleolítico Medio.
Colaboración institucional y científica
El acto de inauguración ha contado con la presencia de la directora general de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León, Inmaculada Martínez, la delegada territorial en Segovia, Raquel Alonso, y representantes del Ayuntamiento y la Diputación Provincial. También han asistido los comisarios de la muestra y codirectores del proyecto, los arqueólogos David Álvarez Alonso y María de Andrés Herrero, junto al director del museo, Santiago Martínez.
Durante la presentación, se ha destacado la relevancia del hallazgo no solo para el patrimonio regional, sino también para el ámbito internacional, ya que representa una evidencia directa del contacto físico de un neandertal con un objeto modificado por motivos simbólicos.
Investigación con respaldo universitario y forense
La investigación ha sido desarrollada en el marco de un proyecto del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid. El análisis de la huella ha contado con el respaldo técnico de la Policía Científica, que ha confirmado que la impresión dactilar fue generada cuando el pigmento aún estaba fresco.
La muestra explica que la aplicación del ocre rojo podría haber funcionado como un marcador visual, y la elección del soporte habría estado influida por su morfología, que evocaría un rostro humano. Este tipo de interacción entre forma, color y percepción sensorial se considera una manifestación de pensamiento simbólico.
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