
Aunque a menudo se utilizan como sinónimos, "conciencia" y "consciencia" no significan exactamente lo mismo. Según la Real Academia Española (RAE), ambas son formas válidas del sustantivo que alude a la percepción o conocimiento de la realidad, pero conviene distinguir sus matices de uso.
"Conciencia" es la forma más común y preferida en la lengua culta, especialmente cuando se hace referencia a la capacidad de juzgar moralmente una acción: "Mi conciencia no está tranquila" o "Actuó con plena conciencia de lo que hacía". Se trata de un término con fuerte carga ética, vinculado a lo correcto o incorrecto.
#RAEconsultas Las dos formas, «consciencia» y «conciencia», son válidas con el sentido de 'facultad de percibir y relacionarse con la realidad exterior'.
— RAE (@RAEinforma) May 23, 2018
Por su parte, "consciencia" se refiere de manera más amplia a la capacidad de una persona para percibir su entorno o a sí misma. Es habitual en contextos médicos o filosóficos: "El paciente recuperó la consciencia" o "El dolor agudo le devolvió la consciencia de su cuerpo".
La única forma correcta es "consciente", no conciente
En cuanto al adjetivo, no hay lugar a duda: la única forma correcta es "consciente", no conciente. Así, lo adecuado es decir: "Estoy consciente de la realidad con la que me enfrento".
En resumen: "conciencia" y "consciencia" pueden usarse como sinónimos en muchos casos, pero la RAE recomienda "conciencia" como forma preferente, especialmente en el lenguaje moral y cotidiano.

