Un equipo multidisciplinario ha analizado una escena de la Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel en el siglo XVI y podría haber identificado en ella una representación temprana del cáncer de mama. Tras una minuciosa observación, investigadores de historia del arte, medicina, genética y patología coinciden en que una mujer en el fresco El Diluvio muestra signos consistentes con esta enfermedad.
Miguel Ángel Buonarroti comenzó a pintar la bóveda de la Capilla Sixtina en 1508, y El Diluvio fue una de las primeras escenas completadas. La obra representa el relato bíblico en el que Dios, molesto con la corrupción de la humanidad, decide castigarla enviando una gran inundación que duraría 40 días y 40 noches. Solo Noé y su familia, junto a una pareja de cada especie animal, lograrían sobrevivir siguiendo las instrucciones divinas y construyendo un arca.
En el fresco, se observa la embarcación sobrecargada y escenas de desesperación con personas tratando de salvarse. Entre las figuras pintadas, hay mujeres con el pecho descubierto, un detalle que en el arte suele representar la feminidad y la maternidad. Sin embargo, una de estas figuras femeninas parece presentar un detalle peculiar en su pecho derecho, que ha llamado la atención de los investigadores.
¿Fue intención o coincidencia?
Según un estudio titulado "¿Miguel Ángel pintó a una joven adulta con cáncer de mama en El Diluvio (Capilla Sixtina, Roma)?", publicado en la revista The Breast, la imagen podría simbolizar la mortalidad y la fragilidad de la vida, temas recurrentes en el Renacimiento y en la obra de Miguel Ángel. Los expertos sostienen que ciertos detalles en el pecho de esta figura femenina se asemejan a las características visibles de un cáncer de mama avanzado. Este posible diagnóstico pictórico se basa en el proceso de icono-diagnóstico, que implica el análisis detallado de signos de enfermedades en el arte.
Los especialistas han descrito que el seno izquierdo de la mujer muestra características comunes, mientras que el derecho presenta anomalías significativas: un pezón retraído, deformaciones en la areola y un bulto notable hacia la axila. La asimetría y los cambios en la textura de la piel también refuerzan la sospecha de una patología mamaria.
La comparación con otras enfermedades
El equipo también analizó otras enfermedades que podrían haber ocasionado los signos observados, descartando opciones como la tuberculosis mamaria y la mastitis puerperal. La tuberculosis, común en el Renacimiento, puede afectar los senos a través de la sangre o los vasos linfáticos, pero no muestra el mismo patrón que el cáncer. La mastitis puerperal, una inflamación mamaria asociada con la lactancia, también fue considerada poco probable debido a la falta de signos de lactancia en la figura y la afectación parcial de la mama.
Los investigadores señalaron otras condiciones que ocasionalmente comparten los síntomas del cáncer de mama, como los traumatismos o las enfermedades inflamatorias crónicas como la mastitis lúpica y la sarcoidosis. Sin embargo, estas patologías presentan signos específicos que no se observan en el fresco. Finalmente, concluyeron que el cáncer es la hipótesis más coherente con los detalles de la imagen.
El significado simbólico
Según los expertos, la posible representación de un cáncer de mama en el fresco puede estar cargada de simbolismo religioso y moral. En el contexto del Renacimiento, el arte no solo tenía una función decorativa, sino que se utilizaba para transmitir mensajes éticos y teológicos. El cáncer de mama, una enfermedad mortal en esa época, podría simbolizar el inevitable desacierto de la vida y el castigo divino, alineándose con la temática de juicio y muerte que se encuentra en el libro del Génesis.
La figura femenina en cuestión realiza un gesto significativo al señalar el suelo con el índice de su mano derecha, lo que podría interpretarse como una alusión a la frase bíblica "polvo eres y al polvo volverás", del Génesis 3:19. Esta postura, combinada con los signos de la enfermedad, añadiría un mensaje de advertencia sobre la fragilidad humana y el poder de la voluntad divina.
Las limitaciones del análisis
Aunque hoy en día el cáncer de mama afecta principalmente a mujeres mayores de 50 años, en el siglo XVI la esperanza de vida era significativamente más corta, situándose alrededor de los 35 años. Los investigadores subrayan que este factor podría haber influido en la frecuencia y en las características de la enfermedad en aquella época, por lo que no resulta imposible que Miguel Ángel incluyera a una joven adulta con signos de cáncer.
Para comprobar la fidelidad de los detalles, los investigadores compararon el fresco original con fotografías anteriores a las restauraciones, constatando que la forma de los senos en la figura femenina no ha cambiado sustancialmente. Esta observación respalda la idea de que Miguel Ángel representó intencionadamente las anomalías mamarias, quizás con la intención de reflejar un símbolo de castigo o una referencia a la mortalidad y la fragilidad humana.
Este estudio invita a considerar que el cáncer de mama pudo haber sido un tema representado en el arte renacentista de forma simbólica. El análisis de El Diluvio en la Capilla Sixtina no solo abre una nueva perspectiva sobre la obra de Miguel Ángel, sino que plantea preguntas sobre el uso del arte como medio para reflejar la condición humana y sus enfermedades.