Es un cuadro menudo - 17 centímetros de diámetro- pintado en 1626 por el artista flamenco Pieter Brueghel el Joven, y ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza para los investigadores durante los últimos 50 años, desde que fuera robado del polaco Museo Nacional de Gdansk en 1974.
Arthur Brand, un experto en arte, conocido como Indiana Jones por la gran cantidad de pinturas robadas que ha podido recuperar, ha sido el artífice de este rescate. Mujer cargando brasas "ha sido localizada en Países Bajos y pronto será devuelta a Polonia".
"Este cuadro de Brueghel, que figura en la lista de los más buscados de Polonia, fue robado en 1974 del Museo Nacional de Gdansk, probablemente por los Servicios Secretos. Incluso un testigo fue asesinado", ha confirmado Brand. El hijo del célebre artista Pieter Brueghel el Viejo había creado seis versiones de la obra, lo que dificultaba aún más seguir la pista de la sustraída.
Robo y asesinato
El robo fue de película. El 24 de abril de 1974, un empleado de la pinacoteca de Gdansk golpeó accidentalmente el marco de la obra mientras limpiaba, haciendo que cayera de la pared. Cuando el conservador del museo revisó los daños, se percató de que no contenía la obra original, sino una fotografía del cuadro recortada de una revista. Un oficial de aduanas habló con la policía y confesó que el cuadro ya había salido del país. No llegó a declarar porque fue asesinado, quemado vivo. Según Brand, la investigación policial sobre la muerte de este agente fue asumida por el servicio secreto polaco que, en esa época estaba "involucrado en robos de arte a gran escala" en Europa del Este.
Durante cinco décadas, se perdió la pista de la obra. Hasta que hace un año, la pintura del flamenco fue expuesta en el Museo de Gouda sin ser conscientes de que era un cuadro robado. "Hice una investigación exhaustiva en archivos y en la base de datos de arte robado de Interpol y llegué a la conclusión de que la pintura es la misma", explicó el Indiana Jones del arte.
Formaba parte de una colección privada y su propietario ha asegurado que su padre compró la obra a un comerciante de arte. La policía neerlandesa trata ahora de desentrañar qué pasó los años anteriores.
La pintura del siglo XVII, en la que vemos a una campesina portando un cubo de agua y unas tenazas con carbón, hace referencia a un proverbio neerlandés que aconseja "no fiarse nunca de alguien que lleve agua en una mano y fuego en la otra".