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Santiago Navajas

Los Goya, entre el PSOE y ETA

Se sabe cuál va a ser el tema político de la gala viendo la agenda electoral del PSOE. Cuando está el PP en el poder es fácil, leña al mono conservador que es de goma y no rechista.

Se sabe cuál va a ser el tema político de la gala viendo la agenda electoral del PSOE. Cuando está el PP en el poder es fácil, leña al mono conservador que es de goma y no rechista.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como si una estrella de cine se tratase, rodeado de cámaras. | David Alonso Rincón

Una vez más, los cineastas españoles hicieron la gala de los Goya con el carnet del PSOE en la boca. Aunque reivindicaron la diversidad, no hay otro grupo de profesionales menos diverso ideológicamente en España. Ni más predecible. Se sabe cuál va a ser el tema político de la gala viendo la agenda electoral del PSOE. Cuando está el PP en el poder es fácil, leña al mono conservador que es de goma y no rechista. Pero cuando están los socialistas en el gobierno tienen que hacer encaje de bolillos porque les van las subvenciones y los contratos en ello.

Aunque estaba de cuerpo presente Pedro Sánchez, en su salsa como galán estereotipado de una película de los 40, no hubo ni una alusión al último gran escándalo del ministerio de Igualdad, la rebaja de penas a cientos de violadores. Ni una palabra de recriminación con el presidente, ni una señal de solidaridad con las víctimas humilladas y aterrorizadas. Imaginen la que hubiesen armado los femisocialistas si llega a pasar con un gobierno de la derecha… Entonces, ¿contra quién dirigieron sus inevitables dardos políticos y sus recurrentes soflamas de justicia social los cineastas españoles durante la gala de los Goya?

Estaban Feijóo y Juanma Moreno Bonilla, pero son dos conservadores domesticados que saltan al ritmo que marcan los socialistas respecto a la ideología de género, el apartheid lingüístico nacionalista y lo que haga falta para que nadie les puede acusar de no ser "moderados", es decir, socialdemócratas visados por el IBEX-35. Realmente, en la izquierda solo se teme a una persona, la única que desafía ideológicamente el paradigma socialista. Encima, mujer. No hay nada que deteste más la habitual femisocialista que una femiliberal, ya que refuta tanto en la teoría y la práctica el discurso victimista, paternalista y autoritario que constituye el ADN del feminismo de izquierdas.

Por ello, la gala estuvo salpicada de mensajes subliminales contra Isabel Díaz Ayuso a cuenta del apoyo a la sanidad pública. No es casualidad que al día siguiente a la gala estuviese convocada en Madrid una manifestación a favor de la sanidad pública. Por si había algún despistado, Jordi Évole, que pinta en los Goya como un narcotraficante mexicano en la entrega del Nobel de la Paz, les recordó a todos que pasaría lista al día siguiente en la Cibeles. Como si hiciera falta recordárselo a los Javier Bardem, Almodóvar y cía., que claman a favor de la pública mientras se refugian en la privada.

El colmo de la infamia fue ver a los cineastas haciéndose fotos con Fermín Muguruza, el que fue cantante de Kortatu y autor de la canción filoetarra "Sarri, Sarri" en la que se celebra la huida de prisión de dos etarras. Los fotógrafos del photocall se la cantaron a capella al ahora director de cine con espontánea complicidad. Como diría Scorsese, uno de los suyos. En pleno centro de Sevilla, a unos metros de donde ETA asesinó al matrimonio Jiménez Becerril, hubo sevillanos, progresistas y concienciados, que aplaudieron al cineasta. Como nos ha explicado Félix Bolaños, la Memoria Histórica es selectiva y solo recuerda a los de una parte. El locutor de RTVE tuvo tiempo de hacer un comentario lamentando la muerte de Franco en la cama, a propósito del Goya a mejor película hispanoamericana a la argentina 1985, pero ni una alusión a los asesinados por ETA aprovechando que estaba nominada Black is Beltza: Ainhoa.

Lástima que no le dieran el Goya a Fermín Muguruza. Habría sido revelador ver a la plana mayor del cine español cantando "Sarri, Sarri". Sarri (Joseba Sarrionaindia) es un escritor condenado por pertenencia a banda armada que se escapó de prisión, escondido tras un concierto de Imanol Larzabal. Larzabal también había sido etarra, pero ETA lo sentenció a muerte tras abandonar la violencia y denunciar la vileza de sus excompañeros. Sarri se exilió a Cuba con los camaradas marxista-leninistas y Larzabal se exilió a Alicante protegido por la Guardia Civil. El escritor-etarra huyendo de los jueces y el cantante-antietarra huyendo de los camaradas de Sarri y Muguruza. En la película de Muguruza los atentados de ETA se describen como un "conflicto armado dentro de un contexto represivo". Sería impensable que una película nazi se propusiera a ser premiada, ya fuese dirigida por Leni Riefenstahl resucitada. Pero que en Sevilla Muguruza sea jaleado y aplaudido cerca de donde ETA asesinó se vende como "concordia".

Quién mejor estuvo en la gala cinematográfica de los Goya fueron dos franceses. Juliette Binoche estuvo a la par elegante y sencilla, simpática y emocionante. Su homenaje a Carlos Saura, tarareando la canción de Jeanette al final de Cría cuervos, fue un prodigio de talento, sentido y sensibilidad. Denis Menochet, el actor protagonista de As Bestas, cumplió con profesionalidad el trance de expresarse en español móvil en mano. Ambos, sin alharacas, ristras de parientes, ni reivindicaciones más o menos explícitas para seguir manteniendo el chiringuito del cine español, que, de vez en cuando, es capaz de producir una gran película como As bestas.

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