
John Carpenter es uno de los maestros del cine de terror. Todavía en activo en su faceta de músico, Prohibido contar ovejas retrocedió a dos de sus títulos más apreciados pero, a la vez, en cierto modo menos conocidos. Y decimos dos, porque el tercero de ellos, La Cosa, pese a ser un fracaso de taquilla en el momento de su estreno, 1982, ya goza de un estatus de culto popular.
Respecto a las otras dos de esta trilogía del fin del mundo de Carpenter, En la boca del miedo (1994) y El príncipe de las tinieblas (1987), el asunto (o la cosa) cambia. Porque ambas fueron igualmente ignoradas en el momento de su estreno, las dos son títulos muy apreciados por el fan del cine de terror, pero a la vez no se han instituido en icono cinematográfico como aquella.
En todo caso, ambas completan la trilogia final de Carpenter, en la que el director norteamericano abordó, de distinta manera, el fin de todas las cosas, el Apocalipsis: ya sea como una entidad venida de otro mundo, como la llegada del Anticristo o bien como una ranura a otra realidad por la que penetran esos seres innombrables de los que tanto habló y escribió el no menos mítico Lovecraft.
En el programa de las madrugadas de esRadio conducido por Felipe Couselo y Alma Espinosa, Prohibido contar ovejas, Juanma González relató algunas vicisitudes y características de estas películas, ayudándose de "entrañables" audios y escenas. No dudes en hacer click en el play para escuchar la sección completa del programa donde, en definitiva, te explicamos qué tienen en común estas tres películas aparentemente independientes pero, al fin y al cabo, salidas de la misma mente pensante... o la misma boca del miedo.

