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Klaus Härö estrena 'Never Alone': "No deberíamos usar el término genocidio a la ligera, el Holocausto no tiene parangón"

El director finlandés estrena Never Alone, una historia sobre el Holocausto en Finlandia, donde un hombre se enfrentó al sistema para salvar vidas.

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Entrevista a Klaus Härö por 'Never Alone'
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Klaus Härö, uno de los directores más reconocidos del cine nórdico, presenta Never Alone, una película que rescata un episodio poco conocido del Holocausto. "Yo crecí en Finlandia con la noción, la idea, de que incluso en Finlandia, cuando luchamos contra la Unión Soviética junto a Alemania, nunca habíamos deportado judíos" señala en una entrevista en esCine de esRadio

El cineasta descubrió más tarde que "no deportamos nuestros propios judíos, pero deportamos a otras personas que venían como refugiados" Ese hallazgo le marcó profundamente: "Esa idea de que nosotros formamos parte del Holocausto no me podía abandonar".

Never Alone sitúa su acción en Helsinki, 1942. Mientras Finlandia mantiene una peligrosa alianza con la Alemania nazi, Abraham Stiller, un empresario judío, arriesga su vida para impedir que los servicios de seguridad finlandeses entreguen en secreto a refugiados judíos a la Gestapo.

Responsabilidad individual y peso de la culpa

La película explora el dilema moral de su protagonista, un hombre que desafía al sistema con el riesgo de perderlo todo. "Lo que a mí me ha conmocionado con Abraham Stiller – el protagonista– es que él hizo lo que pudo, logró ayudar a muchas personas, pero también sufría de culpabilidad". Para Härö, este tipo de personajes encarnan una verdad universal: "Lo vemos como un héroe, pero él mismo se veía como un fracasado. Eso para mí es muy conmovedor".

El director explica que quiso mostrar cómo los regímenes totalitarios operan gradualmente, erosionando la conciencia colectiva: "Cuando no empiezas por lo grande, pero poquito a poquito, la gente se va acostumbrando a una idea, diciendo ‘bueno, a lo mejor tiene que ser así’, y luego se va aumentando esa presión".

El peso de la historia y la mirada artística

Härö, que tardó casi veinte años en sacar adelante este proyecto, eligió un enfoque visual particular: "El presente está en blanco y negro, y el pasado en color, porque es una historia sobre recuerdos que nos vuelven". Además, subraya la importancia de las leyes como barrera frente al horror: "Cuando la gente aprende que las leyes no se aplican, eso tiene un efecto enorme sobre los demás".

El rodaje de las escenas en Laponia, finalmente filmadas en Estonia, refleja el contraste entre la belleza de los paisajes y el horror vivido: "Los refugiados judíos sí sufrían", asegura en el programa de radio.

Una lección sobre el Holocausto

Aunque no es judío, Härö reconoce que el proyecto le permitió adentrarse en otra tradición: "Hacer esa película ha sido para mí una posibilidad única para poder entrar en otra cultura que yo no conocía muy bien antes".

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El cineasta también alerta sobre el uso indiscriminado de ciertas palabras: "En cuanto al Holocausto no deberíamos utilizar ese término a la ligera". Y añade con solemnidad: "La escala de la destrucción industrial de seres humanos en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial sigue siendo algo sin paralelos en la historia".

Pincha en el audio para escuchar la entrevista completa en donde habla además de cómo hay que revisar la ley de puntos de cara a la financiación que premia a las mujeres.

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