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ESTRENOS DE CINE

'Dangerous Animals', cuando el asesino no es el tiburón

Dangerous Animals es una película de terror australiana estrenada ya en cines españoles.

Dangerous Animals es una película de terror australiana estrenada ya en cines españoles.
Dangerous Animals | Archivo

En el momento de escribir estas líneas el film de terror Weapons triunfa en todo el mundo, y analistas cinematográficos corren a certificar que el género está -ya saben- lejos de estar muerto. Pocos meses antes, lo mismo ocurrió con Sinners, del mismo estudio -lo que provocó el clamor por filmes de presupuesto medio que no sean franquicia- y hace escasas semanas, con la secuela Destino Final. Lazos de Sangre, dando lugar a sesudas reflexiones sobre la capacidad de reinvención de este cine. Ahora es el turno de soltar buenas palabras ante la gran tapada dentro de ese panorama de éxito. Porque Dangerous Animals, película que a tenor de su tráiler mezcla la "sharksploitation" con el "psycho-thriller", pese a su excelente recepción probablemente no obtenga la taquilla o laureles de la crítica, pero sí los del aficionado e, incluso si me apuran, el espectador medio que poco sabe de los números de unas y otras.

Y eso que la película Sean Byrne también tiene su sorpresa. Porque más que la clásica serie B de tiburones Dangerous Animals guarda parecidos razonables con Psicosis, sí, pero también El fotógrafo del pánico o el olvidado culto texano de Tobe Hooper Trampa mortal. Bien es cierto que como todo título australiano, hay una crudeza y fealdad que aproximan el film al torture-porn, pero si es una muestra de tal subgénero, Dangerous Animals debe ser la más elegante de todas ellas dado el contundente, pero a la vez contenido, uso del gore. Los escualos son más bien un elemento de la naturaleza, ese escenario grandioso puramente australiano que,y así se revela a través del villano interpretado por Jai Courtney (Escuadrón Suicida, La Jungla. Un buen día para morir), aquí adopta ramificaciones de cierta espiritualidad. Dicho de otro modo: Dangerous Animals no es una película de tiburones como Psicosis tampoco era una película de moteles.

Como en Heretic, otro thriller con un psicópata que captura mujeres, Dangerous Animals se apoya en una memorable y divertida interpretación, aqui la de Courtney, un asesino en serie cuyo método resulta muy particular: él captura turistas en su barco, particularmente mujeres, para ofrecerlas a los tiburones. El malo es aquí el alma de la función, pero el director es consciente en todo momento de que su pelicula, convincente y tensa en todo momento, significa "algo". Hay un juego entre el trío de personajes principales que asume desde el principio la condición heroica de la supuesta scream-queen para, sin vender todo el pescado -con perdón- ni tampoco un desenlace previsible, reflexionar de manera sucinta sobre la condición masculina. En Dangerous Animals los dos hombres que se disputan a la supuesta damisela en apuros se debaten entre la enorme y terrible responsabilidad de representar al héroe o el de misántropo psicópata que aspira a ejercer el poder sobre ellas, sin llegar ninguno de ellos a cubrir el expediente del cliché de depredador masculino.

Lo que cuenta, en todo caso, es un buen ejercicio de cine de terror con un excelente villano (Courtney da el do de pecho tras algunos intentos infructuosos en la gran industria), una buena protagonista (Hassie Harrison, de la serie Yellowstone) y una excelente dirección que impone un ritmo constante. Dangerous Animals es, en cierto modo, una película que asume sus limitaciones y por eso mismo vende la experiencia más visual, directa y también honesta del género esta temporada.

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