
El número cuatro se identifica en el sistema de numeración romana como ‘IV’, este tipo de numeración utiliza letras mayúsculas para representar todos sus valores numéricos. No obstante, no siempre se representa de la misma manera. De hecho, si uno se fija existen algunos relojes con numeración romana, donde el cuatro se presenta como ’IIII’ en lugar de ’IV’, como establece la norma.
Esta peculiaridad no se limita a relojes de pulsera o de pared, sino que también se observa en algunos tan emblemáticos como el de la conocida Puerta del Sol de Madrid, desde donde cada 31 de diciembre se despide el año con las campanadas. Pero, aunque algunos puedan pensar que se trata de errores aislados cometidos por relojeros descuidados, la realidad es algún motivo hay detrás de ello.
No hay que olvidar que el sistema de numeración romano procede del que utilizaban los etruscos, una civilización que se asentó en el centro de la península itálica entre el siglo VIII y el III a.C. Estos emplearon el método aditivo para su sistema de numeración, es decir, que II más II era IIII y V más I, VI. Cuando pasó cierto tiempo, decidieron utilizar el método sustractivo, en el cual el número anterior resta al siguiente, por esa razón, IV es cuatro.
Entonces, si se cambió del aditivo al sustractivo, ¿Por qué en algunos sitios todavía se lee el IIII? Hay diferentes teorías. Una de ellas es que el motivo es puramente estético, es decir, el IIII es simétrico y queda más bonito en los relojes. Hay que destacar que el hecho de utilizar la forma "IIII" en lugar de "IV" crea un equilibrio visual en el reloj, ya que mantiene la simetría en la disposición de los números. En un reloj, la disposición regular de los numerales es crucial para mantener la armonía estética y facilitar la lectura del tiempo. La estética y la armonía eran consideraciones importantes en el diseño y la construcción de monumentos en la Roma antigua, y estas prácticas se transmitieron a través del tiempo.
Otras explicaciones relacionadas con la simetría creen que el uso del ‘IIII’ podría tener su origen en la siguiente explicación. El símbolo I es el único que aparece representado en las primeras cuatro horas de un reloj, el V se muestra en las siguientes cuatro horas y, finalmente, el X aparece en las últimas cuatro. Esta simetría se rompería si se utilizara el IV.
Teorías de carácter monárquico
Otra de las teorías que se dan como más creíbles está relacionada con la realeza. Según cuenta la historia, en el siglo XIV, concretamente en el año 1370, el rey Carlos V de Francia encargó un reloj para la torre del Palacio Real de Francia al relojero Henry de Vick. Este reloj que iría en dicha torre de palacio, conocido como el Palais de la Cité o La Conciergerie terminaría por sentar precedente fruto de una equivocación. El relojero dispuso el cuatro de manera correcta, pero Carlos V le recriminó que así no se escribía el número. El artesano lo desmintió, a lo que se dice que Carlos V respondió enfadado que el rey nunca se equivoca. Por consiguiente, el reloj tomaría la numeración de ‘IIII’ y, actualmente, este reloj continúa colocado en la torre del Palacio Real de Francia.
Otra teoría, aunque cuenta con menos adeptos es que un relojero suizo realizó un reloj a petición de su rey, pero que cayó en la equivocación de representar erróneamente el número cuatro como ‘IIII’ en vez de como ‘IV’. Tal error le costó muy caro, tanto como su vida, pues el monarca mandó ejecutar al relojero como condena por su desliz. Esto no sentó nada bien en el gremio, por lo que, a modo de protesta y también para homenajear al ejecutado, los compañeros de profesión tomaron la iniciativa y empezaron a usar el ‘IIII’ en vez del ‘IV’ a la hora de fabricar nuevos relojes.
Teorías supersticiosas
Se decía que el número ‘IV’ tiene su origen en las dos primeras letras del dios romano Júpiter, es decir, IVPITER en latín. Por lo tanto, usar esta enumeración podría llegar a tener connotaciones de blasfemia, por lo que se optó por usar el ‘IIII’.
No obstante, lejos de todas estas teorías, algunos han llegado a apuntar que este uso puede ser por mera comodidad, pues el ‘IV’ puede llegar a ser más complicado de leer debido a su posición en la esfera del reloj, o para evitar confusiones, ya que podría haber confusión entre el número ‘IV’ y el ‘VI’ pues ambos se encuentran boca abajo.

