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Miguel Platón

La carta que 'El País' se ha negado a publicar en un lamentable ejercicio de sectarismo

Es una falta de respeto a sus propios lectores, que tienen derecho a una información veraz que requiere fuentes contrastadas. El libro se presenta este martes 20 de febrero.

Es una falta de respeto a sus propios lectores, que tienen derecho a una información veraz que
requiere fuentes contrastadas. El libro se presenta este martes 20 de febrero.
Portada del libro | Actas

Hace dos meses Babelia, el suplemento cultural de El País, publicó una reseña de mi último libro, La represión de la posguerra, firmado por un profesor de la Universidad Complutense y repleto de falsedades. Envié una carta de réplica a la directora del periódico, Pepa Bueno, pero no quiso publicarla, lo que ha sido un lamentable ejercicio de sectarismo y de falta de respeto a sus propios lectores, que tienen derecho a una información veraz que
requiere fuentes contrastadas. Los lectores de Libertad Digital tienen ahora la
oportunidad de conocer la peripecia.

Estimada directora, Babelia publicó antes de ayer un artículo de Gutmaro Gómez Bravo sobre mi libro "La represión de la posguerra", que contiene numerosas inexactitudes y debo por tanto matizar.

No voy a referirme a los juicios de intenciones, muy sesgados, sino únicamente a los hechos:

- No es cierto que la primera resolución de un expediente sea del 10 de septiembre de 1940. La actuación de la sección Asesoría y Justicia del Ministerio del Ejército empezó el 1 de octubre de 1939 y en el libro aparecen miles de casos resueltos antes de septiembre de 1940.

- La documentación del Archivo General Militar de Ávila no está "apenas trabajada", sino no trabajada. Soy el único investigador que la ha estudiado, durante más de cinco años.

- No es cierto que estén "fuera de cómputo" las actuaciones de los consejos de guerra en Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia, Albacete, Ciudad Real, Jaén, Almería y una inexistente "provincia de Elche" que cita Gutmaro Gómez. En realidad los procedimientos en dichas provincias suponen la mayor parte de los expedientes.

- No es cierto que se atribuya el origen de la documentación a una orden de Franco de enero de 1940. Dicha orden no dice nada al respecto.

- No es cierto que el Consejo Supremo de Justicia Militar unificara peticiones de indulto. Ni siquiera las conocía. Las peticiones llegaban a la sección Asesoría y Justicia del ministerio del Ejército.

- No es cierto que desde mayo de 1940 Asesoría y Justicia se encargara de tramitar todas las penas de muerte. La Orden de esa fecha no dice nada al respecto, ni alteró la actividad de la Asesoría.

- No es cierto que la Asesoría enviara las penas de muerte a las Capitanías Generales. Fue exactamente al revés: las Capitanías remitían los expedientes al ministerio del Ejército.

- No es cierto que la Orden de Franco de enero de 1940 acelerase el cumplimiento de las penas de muerte. Nada dice de ello, ni consta en los expedientes.

- No es cierto que el 15 de agosto de 1940 hubiera 10.627 reclusos esperando una ejecución inminente. Entre el 29 de mayo de 1940 y el 30 de agosto de 1944 constan 1.359 ejecuciones.

- No es cierto que la investigación se limite a 15.000 expedientes, sino a un mínimo de 16.000, el grueso de los condenados por hechos cometidos durante la
Guerra Civil.

- No es cierto que la citada Orden centralizara el cumplimiento de las ejecuciones. Lo que hizo fue establecer comisiones provinciales de examen de penas y una comisión central de examen de penas, para revisar de oficio y a la baja las penas de todos los condenados. El número de condenados a muerte que fueron conmutados ascendió a 16.290, según relación nominal del Archivo General Militar de Guadalajara.

- Gutmaro Gómez mezcla ejecuciones durante la guerra con las posteriores y afirma que la historiografía coincide en la cifra de 50.000 ejecutados en la posguerra. No existe tal historiografía, puesto que no se basa en fuentes documentales. Se trata de meras especulaciones que carecen de respaldo. Las únicas investigaciones rigurosas, antes de la mía, han sido las efectuadas por la Generalidad de Cataluña y el Ayuntamiento de Madrid.. Sus cifras –del orden de 3.000 ejecutados– son coherentes con los datos de mi libro, y totalmente incoherentes con las especulaciones de 50.000.

- No es cierto que mi libro reconozca una progresión ascendente de las ejecuciones. Todo lo contrario: de 4.662 entre octubre de 1939 y mayo de 1940 se pasó a 1.359 en los cuatro años siguientes y 481 entre 1944 y 1960.

- Agradezco a Gutmaro Gómez, de todos modos, que no haya efectuado reproche alguno a los datos cualitativos, tan importantes o más que los meramente cuantitativos.

Le ruego disculpas, estimada directora, por la extensión de esta carta, pero entiendo que los lectores tienen derecho a disponer de información veraz.

Atentamente,

Miguel Platón Carnicero

La presentación

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Este martes, 20 de febrero se presenta el libro en El Real Casino de Madrid (calle Alcalá, 15) a las 19:00 horas. Intervendrán el autor, el historiador Pedro Corral y el exministro de Defensa y exembajador de España en Londres, Federico Trillo.

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