Noche de Paz en las trincheras: así fue la espontánea tregua de Navidad que silenció los cañones en 1914
Pese al rechazo de los mandos, las tropas ignoraron las órdenes y pactaron una tregua inspirada en el llamamiento del papa Benedicto XV.
En agosto de 1914, las principales potencias europeas se lanzaron a una guerra donde el ambiente era casi más festivo y optimista que conflictivo. Ambos bandos no contemplaron las dificultades del conflicto y creyeron que no duraría mucho, es más, pensaban que sería una guerra rápida y que en Navidad ya habrían obtenido la victoria… pero no fue así.
La Gran Guerra llevaba meses librándose y se fue convirtiendo en devastadora. Con la primera batalla de Marne fallecieron más de 250 mil personas, y desde mediados de octubre a mediados de noviembre de 1914, con la primera batalla de Ypres (también conocida como batalla de Flandes o de Holanda), fallecieron 200 mil personas. El 7 de diciembre de 1914, el papa Benedicto XV lanzó desde Roma un llamamiento: declarar una tregua navideña pidiendo "que los cañones callen al menos en la noche en que cantaron los ángeles", aunque los líderes políticos y militares de ambos bandos lo ignoraron.
A medida que se acercaba la Navidad de 1914, el ambiente en las trincheras era de extrema dureza. La guerra continuaba, y los soldados, exhaustos y sometidos a condiciones inhumanas, apenas encontraban respiro en medio de la devastación. Sin embargo, en medio de esa desolación, ocurrió algo completamente inesperado que resaltó la humanidad de quienes luchaban en ambos bandos: un milagro de Navidad.
El 24 de diciembre de 1914, desde la llamada Tierra de Nadie —la zona que separaba las trincheras de los aliados y de las Potencias Centrales—, un grupo de soldados alemanes tomó la iniciativa de buscar un momento de paz. De manera espontánea, decidieron salir de sus posiciones, dejar las armas a un lado y dar un paso hacia la reconciliación, aunque solo fuera por una noche. Este gesto espontáneo marcaría el comienzo de la conocida Tregua de Navidad, uno de los episodios más conmovedores de la Primera Guerra Mundial.
En su libro ‘Noche de Paz: La historia de la tregua navideña de la Primera Guerra Mundial’, el historiador Stanley Weintraub comenta que "en cierto sentido, la guerra misma se libraba en el seno de una familia extensa, ya que tanto el káiser Guillermo II de Alemania como el rey Jorge V de Inglaterra eran nietos de la reina Victoria. Más importante aún, las naciones en guerra formaban parte de lo que antaño se conoció como la cristiandad". Algo que no pasó inadvertido para todos aquellos que pasaron la Navidad en el frente.
Para animar a las tropas, el káiser Guillermo II mandó a las tropas árboles de Navidad para adornar, además de comida, botellas de vino y ron. Los británicos, por su parte, recibieron paquetes de chocolates y cigarrillos.
Aquella noche, los alemanes cantaron ‘Stille Nacht, heilige Nacht’ (el célebre villancico ‘Noche de Paz’, que se interpretó por primera vez en 1818). Las tropas británicas dejaron las armas, salieron de sus trincheras, y se unieron a los alemanes mientras cantaban villancicos en inglés, y los franceses con el "Minuit, Chrétiens" de Adolph Adam, creado en 1848. Personas que llevaban meses disparándose y bombardeándose se encontraron cantando, intercambiando felicitaciones y comida, cortes de cabello a cambio de cigarrillos, e incluso partidos de fútbol improvisados. Un monumento conmemorativo en Ploegsteert (Bélgica), con una sencilla cruz y un balón de bronce, es el recuerdo de aquella noche.
La tregua no fue bien recibida por todos los mandos militares, y se mantuvo hasta el día 26 de diciembre. Antes de Año Nuevo, la guerra se reanudó con toda su furia y muchos la calificaron no como una guerra sino como el fin del mundo. En 1915 se emitieron órdenes estrictas para que no se repitiera la Tregua de Navidad, y para ese día se programaron ataques y ofensivas continuas.
Si nos remontamos en el tiempo, la Tregua de Navidad de 1914 no fue la única en la que dos bandos de un conflicto bélico decidieron hacer un alto el fuego. Durante el asedio español por los tercios a la ciudad holandesa de Haarlem en 1573, católicos y protestantes acordaron una tregua de dos días por Navidad. Eso sí, después del periodo de paz acordado, regresó el conflicto. También en Estados Unidos, en plena guerra civil, el 25 de diciembre de 1863, en Rappahannock, hubo una tregua navideña para felicitarse las fiestas e intercambiar comida y tabaco.
La Tregua de Navidad ha inspirado libros, poesías e incluso la película Joyeux Noël de Christian Carion, que refleja la fraternidad y la esperanza en un escenario infernal, que dejaría dieciséis millones de muertos.
La Tregua de Navidad de 1914, aunque representó un instante de paz y humanidad en medio del horror bélico, no supuso el final de la Primera Guerra Mundial, que se prolongaría hasta 1918, dejando tras de sí una Europa devastada, marcada por la destrucción y convirtiéndose en el conflicto más sangriento vivido hasta la fecha, y cuyas secuelas sentaron las bases para un nuevo enfrentamiento de dimensiones aún mayores: tan solo veintiún años después, el continente volvería a ser escenario de otra guerra mundial, cuyas raíces se encontraban en las heridas y tensiones no resueltas tras el conflicto de 1914-1918.
Lo más popular
-
Ayuso responde a las críticas de TVE: felicita la Navidad con un vídeo del concierto de Hakuna en la Puerta del Sol -
Santiago Sánchez: '2025: España sigue sin prosperar' -
La UCO incluye a la ministra Aagesen entre los vinculados a las maniobras de la trama Hidrocarburos -
Lobato no descarta sumarse a Jordi Sevilla y apunta a Sánchez como uno de los responsables de la debacle en Extremadura -
Ortega Smith rescata la hemeroteca de Abascal tras su expulsión de la Ejecutiva de Vox: "El líder coloca a todos"
Ver los comentarios Ocultar los comentarios