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Agapito Maestre

Sobre la marcha. Literatura verité

He aquí la vida de Javier García-Pelayo, un aventurero español nacido en los cincuenta que recorre toda España con gente de entrañable pelaje.

He aquí la vida de Javier García-Pelayo, un aventurero español nacido en los cincuenta que recorre toda España con gente de entrañable pelaje.
Javier García-Pelayo, en su juventud. | Archivo

Javier García-Pelayo tiene una memoria prodigiosa. Cuenta su vida con tantos detalles que nadie puede dudar de su veracidad. Y si aparecen algunas mentiras, que seguro que las hay, ni se notan, porque la voluntad de verdad se sobrepone a todo. Nada ni nadie que haya tenido que ver con él se escapa de su narración. Acontecimientos y personas, lugares y tiempos, vida y supervivencia, nacimientos y muertes, amores y desamores, amistades y enemistades, sueños y realidades, centros de reunión y ámbitos de opinión, bodas y bautizos, músicos y empresarios, hijos y padres, tíos y tías, Jerez de la Frontera y Sevilla, Fuente del Maestre y Madrid, España y Marruecos, carretera y manta, rock and roll y pop, etcétera, etcétera, todo es integrado en un proceso narrativo a la antigua usanza. Escribe como antaño hablaban entre ellos los carpinteros, los mecánicos, los agricultores, las tabaqueras, los marineros… O sea narra.

No hay una puñetera concesión a la ideología. Al engaño. Escribe como antes se narraba. Pocas personas se han cruzado en su camino sin que Javier no les dedique unas líneas. Fuera parte de los nombres de los familiares, he aquí una muestra de nombres de amigos, artistas, allegados y conocidos que salen en estas memorias: don José García-Pelayo Trevilla y doña Francisca Segovia Mora-Figueroa, Elvis Presley, Gonzalo García-Pelayo, Alfonso Guerra, Felipe González, Padre Manuel Alcalá, Padre Sobrino (luego, prepósito de los jesuitas o Papa negro), Silvio, Mane, Pepito Saavedra, Los Gong, los Tormentos, Julio Matito, Antoñito, Gualberto, Smash, Torrebruno, Pepe Palau, The Storm, Triana, Pepe Varela, Hilario Camacho, Burning, Eduardo Bort, Granada, María Jiménez, Azahar, Carlo Puebla y los tradicionales, Quilapayum, Inti-Illimani, Isabel y Ángel Parra, Manuel García-Pelayo, CAI, Alameda, Medina-Azahara, Imán, Califato independiente, Pau Riba, Remedios Amaya, Agatha Lys, Los Secretos, Gato Pérez, Enrique Tierno Galván, The Smiths, Joe Coker, Tina Turner, James Brown, Frank Zappa, The kinks, Ray Davis, Mikel Jakson, Ramoncín, Manzanita y un largo etcétera que deja sin respiración… ¡Cómo para no leerlas! De todos escribe Javier con generosidad y, muy pocas veces, al desgaire. Algunas de las anécdotas que se relatan son hilarantes: Manzanita huyendo de su suegra que lo persigue con un cuchillo de matarife es de peli de Gonzalo. Esos cientos de seres humanos son los primeros integrados en unas memorias para amigos. Delicioso. Es un libro de mesilla de noche.

Son las memorias de un viejo narrador. Repletas de verdad. He aquí un libro ameno, simpático y vital. Nos engancha a la primera. Literatura en estado puro. Da vida a puñados. No importa el estilo. Habla como el pueblo y escribe como Dios le da a entender. O sea llega directo al alma del lector y toca a veces las fibras más sensibles del espíritu de una época. No hay nunca sensiblería. Lo sencillo está a la vista. Decisiva es la tradición donde se inscribe este portentoso relato de la primera parte de la vida de un españolito nacido en los cincuenta del siglo pasado. Que le da a la hierba, le gusta el hippismo, y se busca la vida con lo que más le gusta: vivir en libertad con la música, con el cine o con lo que se ponga por delante.

Sí, este libro tiene una parte de las "aventuras del capitán Alonso Contreras", el gran amigo de Lope de Vega, y la otra de los grandes autores de la picaresca, o sea toda la gran novela del siglo de Oro. Estamos ante un limpio y fresco relato a tumba abierta para abrirse al mundo y coger impulso para su nueva vida. No es una autobiografía al uso para los días de fiesta, sino que son unas memorias de combate para resaltar que la vida merece ser vivida. A tope, claro. He aquí unas genuinas memorias para gente hecha y derecha. Absténganse de leerlas los melindres y gente chusca a la búsqueda de libros para el verano; esto no es una mamarrachada de suplemento literario. Narra y narra como hace décadas yo no había visto narrar. Tiene este Javier García-Pelayo un pico de oro que nadie le hace callar. Son casi 400 páginas de borbotones narrativos. Este librazo es una fuente de agua fresca para quienes están sedientos de literatura para adultos. Sale tanta agua del surtidor que, cuando menos lo pensamos, desborda hasta el narrador.

Por eso, precisamente, digo y reitero que cuenta menos el estilo que el contenido, para descubrir la intrahistoria de un período de la historia la España a través de la autobiografía de un personaje, el menor de un millón de hermanos… Perdón por la hipérbole, pero no es una broma tener 16 hermanos y, además, ser el menor de todos. Por cierto, la narración de la historia de la familia García-Pelayo, que está detrás de este surtidor narrativo, no es cosa que pase desapercibido desde el principio hasta el final. A cada paso nos encontramos con mil sorpresas de esta numerosa familia, divertidas la mayoría de ellas y otras tocadas por la melancolía; valga una que aparece casi al final del libro titulada Milagro, cuenta Javier que, cada dos años, llevaban los hermanos, como una década, reuniéndose con los hijos, y a un par de esas reuniones "vino nuestro tío Manuel García-Pelayo que era, en esos días, el primer presidente del recién creado Tribunal Constitucional (…). Había estado exiliado y lo conocíamos poco (…). Me dio su tarjeta y me invitó a que lo visitará en el tribunal, desaproveché la ocasión de tratarlo más (…). Cuando tío Manuel embargó Rumasa, embargó también a mi tía, María Teresa Rivero y se arruinaron los planes de su sobrino, mi menda, para la recuperación de Galerías Preciado, como ya yo he contado". Fondo y manera de contar están entrelazados. Aquí no se salva nadie de ser retratado al natural…

Javier García-Pelayo, el menor de 16 hermanos, criado con mimo por unas tías y siempre al lado de su amigo Gonzalo García-Pelayo, que casualmente es uno de sus hermanos, narra como nadie los usos y las costumbres, la fe y las creencias, de una sociedad rockera y pop, marginal a veces y cercana siempre, underground y heavy, de Triana y Medina Azahara, de Lole y Manuel, de mestizajes flamencos y pop andaluz, de películas de arte y ensayo e intercambios de parejas… Las memorias de Javier son también la memoria inmemorial de una España llena de vida y en busca de libertades. He aquí un libro alegre sobre los últimos cuarenta años del pasado siglo. Pertenece este libro a la gran narrativa de la picaresca contemporánea. No porque Javier sea un pícaro contemporáneo, que quizá también lo sea, sino porque no deja nada fuera del cuento de una vida de aventurero. De pícaro aventurero. Está lleno de vida. Mínimos son los discursos para justificar conductas y pocas las abstracciones conceptuales para reafirmarse en sus aventuras. Todas ellas conforman una aventura. He aquí la vida de un aventurero español nacido en el inicio de los cincuenta, criado entre Jerez de la Frontera, Fuente del Maestre, Sevilla y Madrid, que recorre toda España con mil grupos musicales de rock, pop y otra gente de ese entrañable pelaje. Fuma yerba y no se priva de nada de lo bueno del hipismo.

Pero, cuidado, nadie se confunda: detrás de este buscavidas, bullanguero y vividor, está un hombre de los pies a la cabeza. Abran, en fin, el libro al azar y ya no pararán de leer.

GARCÍA-PELAYO, J.: Sobre la marcha. Vol. I. Ediciones Atlantis. Serie Gong. Madrid, 2021, 392 páginas.

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