
En la sección Los Libros de Es la Mañana de Federico Andrés Amorós ha recomendado el último libro de un personaje de película: el torero estadounidense Robert Ryan. El autor ha publicado en la editorial andaluza El Paseíllo, dedicada íntegramente a contenido taurino, su autobiografía titulada Capas de olvido. Desde las playas de California a las profundidades del toreo. Tanto él como Federico han aprovechado para hablar de este libro, que "no es el típico libro taurino", a que se está celebrando la Feria de Abril de Sevilla de la que diariamente hacen una crónica en Al Alimón.
En este libro, con prólogo de José Tomás y una introducción del periodista y escritor Paco Aguado, se responde a una pregunta que ha hecho Amorós en voz alta: "¿Puede un yanki como Ryan ser torero?". El propio cronista ha recordado que hubo otros matadores de toros de EEUU como Sidney Franklin y John Fulton, mujeres toreras como Betty Ford y Patricia McCormick y artistas que cantaron la Fiesta como Barnaby Conrad y Orson Welles.
Sobre Robert Ryan ha dicho que "se llama con el mismo nombre de un actor de Grupo Salvaje" y que "nació en Los Ángeles en 1944". Ryan "fue matador de toros en México y en España. Torero, pintor y escritor. Ha publicad varios libros y tiene uno muy importante sobre el toreo de capa que es lo que a él le ha fascinado más siempre. Hoy vive en Madrid". Capas de olvido es "una autobiografía de un personaje muy singular" ya que "era de familia acomodada y nunca toreó por dinero" y "tuvo siempre una sensibilidad artística grande".
"Al toreo le llevó ver la película Torero, de Carlos Velo" y también "el mito de Juan Belmonte", ha asegurado Amorós y ha añadido que "para él, el toreo lo descubrió porque le parece algo cercano al ritual de la misa". También ha señalado sus influencias y ha destacado que en México "lo acogió en su casa Pepe Ortiz, un toreo mexicano gran inventor de suertes de capa". Allí "conoció a toreros históricos como Gaona, Arruza o Cagancho" y en España a los Dominguín y los Lozano.
En el libro "cuenta anécdotas curiosas como cuando debutó en la plaza de México le tocaron en vez de un pasodoble Barras y Estrellas. No le hizo mucha gracia. El quería ser un torero como todos y no quiso cambiarse el nombre". "En España cuando vino en aquel momento no se podía torear sin el carnet sindical de torero y no había un convenio con EEUU para toreros y actuaba con un nombre falso: Luis Miguel Sandino", ha apuntado Amorós.
Robert Ryan "tenía siempre una sensibilidad estética muy grande, identifica el toreo con la mística, la magia, el ensimismamiento". "Este señor tiene un estilo literario muy ambicioso, una prosa poética", ha añadido Amorós que cree que Ryan "siempre buscó la belleza". Por eso ha comentado que "su libro es un festival en recuerdo de las cosas que vivió" y ha asegurado trata sobre la vida de "un personaje muy extraordinario".
