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Entrevista a Ayanta Barilli por su nuevo libro, "Si no amaneciera" (Planeta, 2023). Una novela luminosa de despedidas. "Abordo la pérdida de un ser querido y luego ha pasado lo que ha pasado".

Ayanta Barilli: "Cuando las personas mayores se acercan al final hay un desapego. Empecé a notarlo en mi padre, Fernando Sánchez Dragó"

Entrevista a Ayanta Barilli por su nuevo libro, "Si no amaneciera" (Planeta, 2023). Una novela luminosa de despedidas. "Abordo la pérdida de un ser querido y luego ha pasado lo que ha pasado".

Este mes de octubre, el día 2, Fernando Sánchez Dragó habría cumplido 87 años. Si no fuera por lo que ocurrió irremediablemente el 10 de abril de este 2023 seguiríamos convencidos de que tenía un contrato con la autoridad competente para vivir al menos 150.

El último libro que ha publicado Ayanta Barilli (Finalista del Premio Planeta en 2018) trata de la imposible despedida de una hija de su padre. Trata de la muerte del padre. Trata de la hija que queda. Trata Ayanta, eficacísima, de todas las vidas que pasan por nuestra vida.

La canción de Astrud "La última" habla, con la genialidad del dúo barcelonés, de esas cosas que te suceden por última vez sin que lo sepas. Podría ser el himno del dueto protagonista de Si no amaneciera (Planeta, 2023):

Para cada cosa hay una vez

que es la última…

Así que desde que he tenido esta intuición

ya nada me sucede suficientes veces.

Y cada vez que me repito,

me pregunto: ¿es ésta la última vez que me repito?

Ahora estoy haciendo colección

de absolutamente todo.

Y cada vez que me cepillo,

me pregunto: ¿es ésta la última vez que me cepillo?

Dice Ayanta: "Y cuando llega la última vez no te das cuenta. Cuando llega la última vez entre mi padre y yo no nos damos cuenta. Hay que estar atento de un modo sensible".

Un libro de despedidas rocambolescas

"Abordo la pérdida de un ser querido y luego ha pasado lo que ha pasado", cuenta la novelista. "Cuando las personas mayores se acercan al final hay un desapego, se van yendo antes. Si no, ¿cómo te vas a morir a gusto? Empezaba a notar eso en mi padre hace cuatro años, cuando empecé a escribir esta novela". Y continúa, "cuando empiezo a notar ese desapego me produce una angustia terrible y pienso que esa persona se me va y no puedo hacer para retenerla, no puedo hacer nada porque esto pertenece al misterio en el que estamos todos". Y cuando muere entonces "rezas por volver a tomar ese café que pospusiste por falta de tiempo".

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Si no amaneciera está plagado de guiños a Dragó. "Mi padre y yo teníamos un juego literario muy arriesgado, muy fuerte y muy divertido, muy inspirador". Le transmitió que debía usar el material autobiográfico "como un samurái", "había que escribir lo que no podías escribir, había que matar al padre en un sentido metafórico".

Fernando no pudo ver el libro publicado pero sí leer las galeradas, le llegaron tres semanas antes de morir. "Agradezco a las diosas que lo haya leído", confiesa, porque "me he dado cuenta de que yo escribía para él como lector. Ahora no sé cómo escribir. Se pasará y me compondré pero esas cosas entre él y yo no sé dónde ponerlas".

La epicidad del cine

Ayanta es la autora de las emociones. "Sí, el tipo de literatura que me gusta leer es la que me emociona. Busco un chispazo que me produzca una emoción honda para ir desarrollándola a lo largo de la novela".

Una relato espléndido y divertido, vivísimo que gracias a un intrincado juego de rebobinado y embobinado, "por días me decía este libro está escrito en ti, otros eres gilipollas, en qué lío te has metido, aterrador", recorre en veinticuatro horas cien años de historia de una familia (de Italia a España pasando por la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial o México). "La conservación de la memoria es una de las razones por las que escribo", asegura. "El padre, la madre y abuelos conforman ese juego de espejos que nos definen".

Una novela de cine en muchos sentidos, "porque recordamos el pasado como si fuera una película: en planos cenitales, primeros planos…". Además, cuenta, ha intentado "recuperar las historias del cine y de la literatura de antes, que tienen una epicidad. Lo pequeñito te puede gustar pero lo que me vuelve loca es cuando sube la música de Lo que el viento se llevó. Y eso ahora se da muy poco, estamos en un momento muy minimalista y tenía ganas de escribir algo que pudiera subir, que pudiera llegar a una altura". Algunos de los personajes protagonistas trabajan en aquel cine artesano de serie B, el de los spaghetti western.

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Como en Un mar violeta oscuro la narración gana relieve, gracias al realismo mítico marca Ayanta, presente en las zapatillas rojas, en un partido de fútbol con presencia de espíritus o una escena como la del final de Grease, cuando el coche se eleva al cielo. Y, sobre todo, el elefante "que te aprieta, te impide vivir con confianza pero que también te protege de tantas cosas y que te acompaña al más allá". Le contó Dragó que se trataba de un psicopompo, un animal mitológico inquietante.

Brilla la caracterización de los personajes, masculinos y femeninos. "Los periodistas me preguntan si es una novela femenina. ¿Si una mujer publica una novela tiene que ser femenina? Sé qué quiere decir y no me gusta. Como escritora no soy ni hombre ni mujer. ¿Si soy capaz de escribir la historia de una mujer que vivió en 1860 por qué no voy a ser capaz de escribir en primera persona la de un hombre que vivió hasta nuestros días?"

El padre, Manuel, de Si no amaneciera se pregunta: "¿Qué guarda dentro esta casa de Dios?" Es un homenaje textual al Gárgoris y Habidis de Fernando Sánchez Dragó. Pues eso, Ayanta ¿qué guarda dentro esta casa de Dios? Me contesta sin dudar: "Ahora mi padre lo sabe, nosotras todavía no".

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