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Luis Alberto de Cuenca: "Pedro Sánchez es un auténtico trujamán"

LD entrevista al gran poeta por su último libro, El secreto del Mago (Visor, 2023), por el que ha recibido el XXXIII Premio Jaime Gil de Biedma.

LD entrevista al gran poeta por su último libro, El secreto del Mago (Visor, 2023), por el que ha recibido el XXXIII Premio Jaime Gil de Biedma.
Luis Alberto de Cuenca, posando para Libertad Digital con una máscara. | C.Jordá

Para Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950), Rex Poetarum, Dios es un Mago –con M mayúscula– que con su varita maravillosa "apunta al corazón del mundo / para que la partida se haga más confortable". Su último poemario, El secreto del Mago (Visor, 2023), por el que ha recibido el XXXIII Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, es un desgarro mortal y bellísimo escrito con sangre, angustia y sosegado pánico, pero también su "enésima apuesta en verso, decidida y valiente, por la vida". Doctor en Filología Clásica, académico numerario de la Real Academia de la Historia, exdirector de la Biblioteca Nacional, exsecretario de Estado de Cultura y Cowboy de Medianoche, Luis Alberto reduce la carga trágica de la obra asegurando que "cuatro versos de Valle valen más / que el teatro completo de Voltaire" –a quien adora como narrador– o lamentando, por soleares, que en estos nuevos tiempos "no se dan besos de cine / sin consentimiento previo". LD le entrevista en su magna biblioteca de la calle de Don Ramón de la Cruz, un trasunto del Edén en el que hay, tomo arriba/tomo abajo, 30.000 libros.

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Un momento de la entrevista | C.Jordá

P: ¿Cuándo se dio cuenta de que, al final, solo importan las cosas del principio?

R: Llevo muchos años pensando que lo que vale es lo del principio. Incluso cuando estaba en el principio, ya sabía que era irrepetible, lo mejor de mi vida. Tenía esa especie de premonición.

P: ¿Es un conocimiento al alcance de cualquier mortal?

R: Por supuesto. Luego, cada uno enfoca las cosas de una manera diferente. Tenemos los cerebros distintos. Al final, por mucho que se parezcan las maneras de pensar, somos individuos y, por tanto, somos irrepetibles.

P: ¿Cuántas veces se ha preguntado qué pintamos aquí?

R: Por lo menos, tres o cuatro veces al día. (Risas)

P: ¿Y qué tipo de respuestas ha hallado?

R: Ninguna. Recuerdo siempre el diario de Ionesco, quien decía que lo normal sería que la especie humana se pusiera en fila y, uno detrás de otro, buscara un buen precipicio para ir tirándose alternativamente hacia el abismo.

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El poeta, posando para LD | C.Jordá

P: En "Oración (I)", escribe: "Cuando uno está mal, recurrir a Dios siempre / resulta positivo, aun sabiendo que no / va a hacerte ningún caso, pero eso es lo de menos".

R: Lo pienso. Sea ficción o no, siempre viene bien el tema de dialogar con Dios por medio de la oración.

P: Imagínese que Dios le hace caso…

R: Es lo que digo al final del poema: ¿y si Dios me hace caso? Por ejemplo: vas a un restaurante y hay lotería. Compras un décimo por si cae el Gordo, ¿no? Tienes que cubrirte.

P: O el décimo del trabajo: se compra porque, aunque nunca toca, si llega a tocar y no se tiene, se le queda a uno una cara de imbécil…

R: Es exactamente igual. De hecho, en tu casa y en la mía no toca jamás, tenemos un número absolutamente disparatado (risas).

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El poeta, en su bliblioteca | C.Jordá

P: ¿Por qué lo compara con un Mago?

R: Porque es el mago por excelencia, el mago que es capaz de crear un universo que existe de verdad o si es un engaño de nuestros sentidos, como creían los filósofos no empiristas del XVII/XVIII. Es el prestidigitador máximo. Por tanto, tiene que ir con mayúscula, como Dios manda.

P: El secreto del Mago es un poemario que sangra y, a la vez, su "enésima apuesta en verso, decidida y valiente, por la vida". Porque hay sangre y porque hay muerte, hay vida, ¿no?

R: Creo que donde hay muerte hay vida. Es absurdo negarse a celebrar, en el sentido negativo de la palabra, la muerte, por ejemplo, de los amigos íntimos. No hay más remedio que continuar. No soy de los que dicen: "¡No voy nunca a un tanatorio! ¡No voy nunca a un cementerio porque me deprime!". No, no me deprime nada. Además, me gustan los cementerios. Me dan paz.

P: ¿Quiénes son José Manuel Mariño Gallego y José Luis Chousa?

R: José Manuel Mariño Gallego es el padre de mi mujer, Alicia Mariño. Murió a los 94/95 años en perfecto estado de cabeza, leyendo como un animal. Tenía Derecho, Filosofía y Letras, fue un abogado muy conocido en Cáceres, y luego daba clases de Latín por gusto. Era un tío estupendo. Luego, José Luis Chousa fue mi más antiguo amigo. Era vecino mío, el hijo de la portera de casa. Estaba continuamente en mi casa o yo en la suya. Fuimos inseparables durante toda nuestra vida, hasta que se murió. El día 8 de enero fue el aniversario de su nacimiento. Él nació en el 49 y yo en el 50 en diciembre, nos llevábamos dos años, prácticamente, y era un tío maravilloso. Ver cómo se van los demás es una prueba de que sigues vivo; si te vas tú, ya no ves nada.

P: ¿La poesía es un antiácido contra la muerte?

R: Todo el arte, toda la cultura, la música, la filosofía, la literatura, la pintura, la escultura, el cine, el cómic, todos son antídotos contra la muerte. Son antídotos muy relativos, no te vas a dejar de morir, pero ocupan muchísimo la mente y te ayudan brutalmente a seguir vivo y a estar entusiasmado con la vida. De hecho, el libro que saco ahora en la colección "Letras Hispánicas" de Cátedra, que incluirá Sin miedo ni esperanza, La vida en llamas, Cuaderno de vacaciones y El reino blanco, refleja cómo la literatura y los clásicos me han ayudado en los momentos oscuros.

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Detalle de la colección de memoriabilia del poeta | C.Jordá

P: ¿Usted teme a la parca?

R: Todo el mundo teme a la parca. Lo que pasa es que lo llevo bien. De hecho, en algún poema dialogo con ella y todo. El que dice que no teme a la parca miente.

P: O es un suicida.

R: O es un suicida. No deja de ser una enfermedad que tiene alguna gente, como quien tiene amigdalitis.

P: ¿Y cómo se imagina el otro mundo?

R: Muy distinto de este, desgraciadamente (risas). Lo divertido sería que fuera una continuación de este mundo a lo grande. Debe ser algo metafísico. Como la poesía metafísica del silencio o de la contemplación divina. Son temas maravillosos, pero me parecen más aburridos.

P: "Da miedo ser feliz. El amor, a la larga, / degenera en dolor. Protégeme, Dios mío". ¡Qué miedo más hermoso! ¡Qué dolor tan necesario!

R: Totalmente. Hay que decir una cosa. El verso de Borges que está debajo de ese verso mío decía: "Es el amor. Tendré que ocultarme o huir". La gente piensa que Borges fue incapaz de amar, pero yo estoy convencido de que se enamoró muchas veces y muy intensamente. Me gusta mucho ese poema, que desapareció en la edición posterior a la primera de El oro de los tigres. Sospecho que porque a María Kodama no le parecía oportuno que Borges evocara amores distintos al suyo.

P: "Ahora, en estos nuevos tiempos, / no se dan besos de cine / sin consentimiento previo".

R: Eso es una cachondada. Tú la entiendes bien porque eres poeta y poeta festivo, como mi bisabuelo y como yo en el fondo. Festivo en el sentido humorístico, digamos. En el libro hay mucho poema tristón…

P: Pero, como cantaba Cohen, hay grietas por las que pasa la luz.

R: ¡Qué bonito eso de Cohen! Tú admiras mucho a Dylan, pero…

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Entrevistador y entrevistado, durante la conversación | C.Jordá

P: ¡También a Cohen!

R: ¿…no crees que tendrían que haberle dado el Nobel a él? Es más escritor, tiene unos poemarios extraordinarios.

P: El otro día releí El Libro de la Misericordia, que es una colección de salmos.

R: A todo esto: los salmos son la leche. Siempre me he refugiado en la lectura de los salmos. Entre otras cosas, porque nací un 29 de diciembre, que es la festividad del Santo Rey David. Lo hicieron santo al rey David, que era un tío impresionante. ¡Cómo fue capaz de escribir esa maravilla de los salmos! Por cierto, yo escribo "psalmo" porque Borges lo recomendaba.

P: A propósito de los versos festivos de antes, ¿llegará el día en el que, para dar un beso, será necesario rellenar un formulario?

R: Ya ha llegado, prácticamente. Hay mucho idiota en el país. Eso es acabar con todo lo que significa de interesante, desde el punto de vista estético, en la relación entre los sexos.

P: Y, para finalizar, ¿qué tipo de mago es Pedro Sánchez?

R: Un mago bastante mágico en el sentido de que maneja bien las cartas. Sánchez es un auténtico… ¿Cómo se decía en el Siglo de Oro? ¡Trujamán! Estoy de acuerdo con Arturo Pérez-Reverte: es un tipo verdaderamente listo a la hora de mantenerse en el poder.

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