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El valor del sosiego en un mundo tremendamente fugaz

La filósofa Teresa Langle de Paz publica Un instante de verdad, un ensayo con trazas poéticas sobre el mundo actual.

La filósofa Teresa Langle de Paz publica Un instante de verdad, un ensayo con trazas poéticas sobre el mundo actual.
La tranquilidad de la naturaleza. | Pixabay/CC/malubeng
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Teresa Langle de Paz, doctora en Filosofía y en Estudios Hispánicos por la Universidad de Brown en Estados Unidos, ha volcado sus inquietudes sobre la fugacidad de nuestra sociedad en Un instante de verdad. Un ensayo sobre el sosiego (Ático de los libros), una suceción de breves reflexiones que invitan al lector a descubir "los destellos de libertad" de la vida. "Vivir con serenidad implica aprender a reconocerlos. Para ello, lo primero es frenar nuestro paso, tomar aire y dejar que el sosiego nos invada y nos muestre las fugaces maravillas del acontecer".

La autora reconoce que, tras publicar poesía, libros académicos y ensayos de otra índole, la escritura de Un instante de verdad le ha conducido a un "lugar muy placentero" en el que reflexiona, incluso, sobre "la propia capacidad del lenguaje para explicar esos momentos de revelación y de verdad". "Son instantes en los que encontramos claves de la vida y de la conexión con otros seres humanos y que nos llevan a construir en lugar de destruir", explica a Libertad Digital. El ensayo desborda lenguaje poético porque, según afirma, "hay momentos en los que la reflexión no es suficiente y estalla un lenguaje más metafórico".

"Y el amor solo sabemos que es amor a través de un poso dulce o amargo que su rastro histórico va dejando mientras lo estamos sintiendo". (Pág.151).

Langle de Paz invita a "vivir el instante": "consiste, para empezar, en aprender a estar en alerta con uno mismo, a tener mejor autoconciencia de lo que somos y sentimos, de lo que hacemos, de cómo percibimos a otros seres. En segundo lugar, significa desarrollar la percepción frente a lo que domina nuestro mundo en la cultura occidental, el raciocinio. Le estamos dando un valor casi exclusivo, casi dominante, al raciocinio y eso nos hace perdernos. Nos pasan por delante muchas cosas que podríamos percibir de otras formas, a través de las emociones, los afectos, las energías, conceptos menos tangibles. Si desarrollamos esta percepción, fomentamos el sosiego -de ahí el subtitulo del libro- parando para percibir en más profundidad y con mayor claridad. En el día a día, ocurren muchas cosas que no vemos, que nos pasan por las narices y se nos pasan".

"Dicen que las tragedias son el origen de alguna obras maestras de la literatura universal. Y, sin embargo, el alma debe estar serena para poder alumbrar el mundo oscuro de los interiores, y el ojo negro que mira sin poder reconocerlo. O imaginar esas otras realidades que quisiéramos abrir como enormes puertas a todo lo que sobrevive con nosotros muriendo. (Pág. 100).

La autora no propone "cambiar nuestra forma de vida" porque escribe "desde tradiciones de pensamiento occidentales". "En nuestras sociedades, dominadas por una vertiginosa fugacidad de las cosas, hay una paradoja enorme. El ser humano siempre busca por instinto asideros, anclas y permanencia. Sin embargo, vivimos en un mundo en el que todo pasa, nada queda, es fugaz. Esto provoca una desazón tremenda, un terreno fértil para los totalitarismos. Nos ciega cada vez más y nos dispersa. Tenemos que recuperar la esencia de la plenitud de la vida. Hay que ser conscientes de esa dicotomía y desarrollar otras formas de experimentar el mundo y la vida humana de una manera más sosegada, más primaria".

En este ensayo, en el que nos encontraremos continuas citas y referencias a otros autores, caben reflexiones sobre el cosmos, el lenguaje, la rutina o la muerte: "Cuando llega ese momento, tenemos que volver a aceptar algo que hemos estado negando, y de lo que hemos estado huyendo: que todo se reduce a un instante. Y que ese instante es la nada y es el todo". (Pág.122).

A pesar de que a lo largo de los capítulos subyace una crítica social, Teresa Langle de Paz se siente "plenamente optimista". "Hay un ámbito incontrolable de la experiencia humana donde se expresa una libertad que no se puede reprimir ni controlar. Es una libertad primaria en la que las personas se rebelan, consciente o inconscientemente, a pesar de las tiranías, represiones y horrores. Pienso que ahí se gestan las fuerzas en movimiento opuestas a la represión y eso mueve el mundo. Están en la cotidianidad de nuestras vidas y eso es lo que me obsesiona".

La autora nos muestra cómo soñamos con llegar a Ítaca y se nos olvida percibir las motas del aire que pueden mostrarnos nuevas rutas. "A Ítaca estás siempre llegando. Cada leve instante de alivio o resiliencia, de cada ser humano en cualquier lugar, es Ítaca". (Pág. 207).

La pérdida de peso de las Humanidades

En su experiencia como profesora, Langle de Paz lamenta la pérdida de peso de las Humanidades en la educación reglada. "Cada vez son más necesarias. Están perdiendo fuelle porque hay una cortedad de miras impresionante en las personas que tienen la capacidad de decisión. No solo ocurre en nuestro país, sino en general en todo el mundo. Hay una tendencia a sistematizar todo y estamos perdiendo la capacidad de pensar. Las Humanidades son un instrumento de pensamiento".

En la actualidad, la escritora es directora general de la Fundación Mujeres por África: "Generalizando, me sorprende cómo, a pesar de que muchas de ellas tienen vidas muy duras, tienen esa capacidad de percepción y esa libertad de espíritu mal llamada resiliencia. Es una capacidad de vida, una libertad incontrolable por las tiranías del mundo y las injusticias".

Teresa Langle de Paz. Un instante de verdad. Ático de los libros, 2024. ISBN: 978-84-19703-44-6. Páginas: 272. PVP: 14,94 €

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