
Tras cinco novelas que han cautivado a miles de lectores, la inspectora Elena Blanco, el icónico personaje creado por los tres autores detrás del seudónimo Carmen Mola, se despide definitivamente con El Clan. Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez, los escritores que componen el fenómeno literario, han contado cómo ha sido cerrar el ciclo de esta saga en una entrevista concedida a Alma Espinosa en el programa Prohibido contar ovejas de esRadio.
A lo largo de la conversación, reconocen que ha sido "duro" y "complicado" despedirse del personaje, cuya construcción ha roto los esquemas dentro del género de las novelas negras. También hablan sobre la controversia que generó el descubrimiento de que Carmen Mola no era una escritora en singular, sino un equipo de tres hombres.
Sobre esto último, aunque hoy en día es un secreto a voces, los autores reconocen que en eventos importantes como la Feria del Libro o Sant Jordi, sigue habiendo algún lector que "nos mira como unos impostores" y se acerca a las firmas de libros preguntando "¿dónde está la autora?". Entre risas, admiten que a veces "tienes ganas de decirle: pero usted, señora, ¿dónde ha estado metida?".
La creación del pseudónimo fue, según ellos, una decisión espontánea y "tonta", tomada en apenas "un minuto", y que jamás imaginaron que tendría el impacto que finalmente ha tenido. Al principio, lejos de ser un trampolín promocional, reconocen que el pseudónimo era un "problema" a nivel promocional, ya que no había una autora real que pudiera presentarse en entrevistas. "Nos da bastante vergüenza porque nos gustaría que fuera algo poético de un poema del siglo XII", comentan entre más risas.
Elena Blanco: una figura feminista y empoderada con una "herida poderosa"
Desde su aparición en La novia gitana, Elena Blanco demostró ser una mujer compleja, llena de matices y contradicciones, una apuesta "decididamente feminista", reconocen los autores, en un mundo mayoritariamente dominado por personajes masculinos. Blanco es jefa de la BAC, una unidad especializada en resolver crímenes de alta complejidad, y se enfrenta en su primer caso a un asesino que usa gusanos para acabar con sus víctimas.
Pero lo que realmente define al personaje es su dolor más íntimo: la desaparición de su hijo. Esa herida no cicatrizada es lo que le otorga una "fragilidad" que contrasta con su carácter empoderado. "Es una mujer empoderada, muy buena policía, que tiene sexo cuando le da la gana, que bebe y que canta en un karaoke", describen. Esa fragilidad pasa a menudo desapercibida para los lectores, pese a ser "una herida muy poderosa" que la distingue del resto de personajes y que marca la línea de sus actuaciones, añaden.
Acaba Elena Blanco, pero no Carmen Mola
Tras cinco novelas, Carmen Mola reconoce que ha llegado el momento de poner fin a la historia de Elena Blanco. Pese a ser complicado, lo hacen "conscientes" de que todo tiene su tiempo y siempre es mejor decir adiós al personaje cuando el interés de los lectores sigue en su punto álgido, que alargar la saga hasta "cansarlos en la séptima u octava novela".
La creación de Elena Blanco fue, desde el principio, una apuesta revolucionaria dentro de la novela negra. "Queríamos cerrar la historia. Que cinco novelas dibujaran ese arco. Una de las grandes apuestas que hicimos fue elegir el perfil de Elena: un personaje que, tradicionalmente, en la literatura de este género solía ser un hombre. La transformamos en mujer y, además, una mujer madura, en la cincuentena, con una vida hecha".
A pesar del adiós a Elena Blanco, Carmen Mola, como pseudónimo y proyecto literario, no llega a su fin. Los autores dejan claro ante los micrófonos de esRadio que con el cierre de la saga "acaba Elena Blanco, pero no Carmen Mola".


