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Don Álvaro de Luna, el bastardo de poco linaje que llegó a "rey sin corona"

El escritor Fernando Nadal novela la vida de la mano derecha de don Juan II de Castilla en La daga del rey.

El escritor Fernando Nadal novela la vida de la mano derecha de don Juan II de Castilla en La daga del rey.
'Álvaro de Luna, condestable y favorito del rey Juan II de Castilla', de Eduardo Cano | Museo del Prado
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En junio de 1453, Don Álvaro de Luna, un bastardo de poco linaje que llegó a ser la mano derecha de don Juan II de Castilla, el padre de Isabel La Católica, fue decapitado en la Plaza Mayor de Valladolid. Se había mantenido tres décadas en el poder, un hecho extraordinario "en un periodo tan convulso como el siglo XV castellano", ejerciendo, además "una influencia sin precedentes" sobre el monarca. El periodista y escritor Fernando Nadal (Mahón, 1958), ha novelado su historia en La daga del rey (Esfera de los libros): "Anticipa el posterior proyecto de centralización monárquica que culminarían los Reyes Católicos, convirtiéndole en una figura clave para entender la evolución política que condujo a la España moderna".

En esta novela caben lealtades, traiciones, amores y ambiciones sobre este personaje caído en el olvido. "Resultan verdaderamente notables su habilidad política para sortear intrigas cortesanas, su lealtad inquebrantable al monarca y su astucia para neutralizar a sus enemigos, principalmente la alta nobleza", destaca Nadal.

De Luna fue criado por su tío, el Arzobispo de Toledo, monseñor Pedro de Luna, que le proporcionó una formación "determinante para su futuro político". "Aprendió no solo las letras, sino también los complejos códigos de comportamiento cortesano, la diplomacia y las sutilezas del poder. Esta educación refinada le permitió después destacar en la corte de Castilla, donde su ingenio, cultura y maneras elegantes llamaron la atención del joven rey don Juan II", explica el autor a Libertad Digital. Esta conexión familiar le permitió, sostiene Nadal, acceder a círculos de poder que de otro modo le habrían estado vedados. Pasó de paje del príncipe heredero a ser el auténtico gobernante de Castilla.

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Fernando Nadal, escritor.

Fernando Nadal ha dibujado a Don Álvaro "como un hombre de extraordinaria inteligencia política y notable carisma personal" y "una astucia y perspicacia excepcionales para navegar en las complejas aguas de la política cortesana". "Al mismo tiempo, los testimonios históricos sugieren que era un hombre de gran determinación y dureza cuando era necesario. No dudó en eliminar a sus enemigos políticos cuando representaban una amenaza, lo que revela un lado pragmático y, en ocasiones, implacable", añade Nadal.

Monarca sin corona

Fue un "monarca sin corona". Dirigía la política exterior, manejaba la hacienda real, distribuía cargos, comandaba los ejércitos y tomaba las decisiones más importantes del reino, defiende el autor. "La debilidad de carácter del rey, más interesado en actividades cinegéticas que en gobernar, dejó un vacío que De Luna ocupó hábilmente". Y no por ello dejó de ser leal a Juan II: "De Luna nunca pretendió suplantar al rey, sino gobernar a través de él, manteniendo siempre la apariencia de actuar por mandato real".

Su principal aportación histórica reside en la cohesión lograda: "En un momento en que las grandes casas nobiliarias amenazaban con fragmentar el reino, De Luna defendió consistentemente la autoridad real como principio unificador". Logró "una estabilidad institucional durante un periodo particularmente convulso".

Caída en desgracia

Su caída en desgracia fue de una crueldad digna de la Castilla medieval. Le decapitaron y expusieron su cabeza seccionada en lo alto de una viga de madera para escarnio público. El rey, a quien había salvado de numerosas conjuras, fue quien firmó la sentencia de muerte.

La historia ha tratado a don Álvaro de Luna de manera bastante "contradictoria". "Se le presentó frecuentemente como un manipulador ambicioso que había usurpado el poder real. Sin embargo, la historiografía moderna ha reevaluado su papel histórico de manera más equilibrada, reconociendo su importancia en la defensa de la autoridad monárquica y su contribución a la construcción del estado moderno en Castilla", defiende el escritor.

De su etapa podemos extraer varias lecciones útiles para la actualidad, sostiene Nadal. "Su historia nos recuerda cómo la ambición desmedida y la acumulación excesiva de poder suelen generar resistencias que, tarde o temprano, terminan por derribar incluso a las figuras aparentemente más inexpugnables", opina.

Fernando Nadal. La daga del rey. Editorial La esfera de los libros, 2025. ISBN: 978-84-1384-991-1 . Páginas: 336 Precio: 22,90€

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