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La Bomba de Tiempo, la mejor banda de percusión de Argentina, trae su bacanal a España

La Bomba actuará el 6 de junio en Málaga; el 7, en Barcelona, el 8, en Valencia, y el 9, en Madrid. LD entrevista a tres integrantes del grupo.

Kilómetro Cero: La Bomba de Tiempo de Buenos Aires llega a España

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La Bomba actuará el 6 de junio en Málaga; el 7, en Barcelona, el 8, en Valencia, y el 9, en Madrid. LD entrevista a tres integrantes del grupo.
La Bomba de Tiempo, en concierto. | Fotografía cedida por Marina Belinco

Atraviesa el peregrino la avenida Corrientes, alcanza el Mercado del Abasto, camina dos minutos por la calle Jean Jaures y llega al Ciudad Cultural Konex, un hervidero cultural de la Ciudad de Buenos Aires donde, ininterrumpidamente, desde hace dieciocho años, los lunes se travisten de fin de semana gracias a La Bomba de Tiempo, un ejército dionisíaco de percusionistas que congrega en sus conciertos a un millar de personas que se deja llevar por ritmos festivos, ancestrales, mágicos. La banda, que ha compartido escenario con, entre otros, Coldplay, Jorge Drexler, Julieta Venegas, Calle 13 o Jarabe de Palo, y que teloneó a Carlos Santana en el Dubai Jazz Festival, girará por Europa en junio y, en España, celebrará cuatro conciertos: el 6, en Málaga, en la Sala Trinchera; el 7, en Barcelona, en Paral.lel 62; el 8, en Valencia, en la Sala Rock City, y el 9, en Madrid, en Changó Club. Con esta percha, LD ha entrevistado a tres de sus miembros: los directores Gabriel Spiller y Juampi Francisconi, y Luciano Larocca, que toca la güira, el yembé y el surdo, que, como nos explica, "es un instrumento súper grave proveniente de la percusión brasileña".

P: ¿Cuándo y cómo arranca esta aventura?

Luciano Larocca (LL): La Bomba de Tiempo surge en 2006, con una idea de Santiago Vázquez de desarrollar en Argentina algo similar a lo que ocurría en Salvador de Bahía con la percusión, que es un evento absolutamente central en la vida de la ciudad. Sumado a esto, él venía trabajando hacía un tiempo con la improvisación dirigida por señas que había investigado en Estados Unidos. Allí venían trabajando muchos músicos contemporáneos un lenguaje para conducir improvisaciones. Santiago pudo adaptar este lenguaje a la percusión y así fue que comenzamos unos ensayos en su casa para pulir el lenguaje y luego, casi inmediatamente comenzamos a hacer ensayos abiertos en mayo en Ciudad Cultural Konex, donde el público presente enseguida entendió el mensaje, era música para bailar.

Gabriel Spiller (GS): El grupo se formó hace dieciocho años con una convocatoria de Santiago Vazquez y comenzó con ensayos abiertos que a las pocas semanas eran ya un show multitudinario. La, en ese momento, rara idea de tocar los días lunes fue debido a que todos los músicos teníamos otros proyectos y poco tiempo libre, funcionó finalmente como un disparador en la ciudad de un espacio de baile y reunión completamente nuevos.

P: ¿Cuándo se incorporaron a La Bomba?

LL: Desde el segundo ensayo me incorporé a la banda. Me llamó Santiago, estaban necesitando gente que toque yembé, yo en ese momento algo tocaba y me sumé, aunque luego, en los ensayos, sentí que ese instrumento ya estaba representado por una multitud de instrumentos de cuero y me sumé al siguiente ensayo con una guancha, que es un instrumento de la familia del güiro que se toca en la música afroboliviana. Una música, por cierto, ¡que justo había viajado a conocer el verano anterior a nuestros encuentros!

GS: Yo estoy desde el primer día y solo saber quiénes iban a ser mis compañeros, gente muy talentosa y de áreas musicales muy diversas, fue suficiente para convencerme de estar aquí.

Juampi Francisconi (JF): Integro La Bomba de Tiempo desde sus inicios. Nunca dudé en sumarme al proyecto. Siempre admiré a cada uno de mis compañeros de grupo, incluso antes de trabajar juntos.

P: ¿Sabrían decirme cuál es el ingrediente mágico del grupo, su fórmula de la Coca Cola?

LL: Creo que La Bomba, al igual que la música electrónica, tiene estructuras abiertas. Entonces, puede trabajar sobre el clímax del público y entender cuándo hacer estallar la música. Esa estructura abierta también produce algo muy lindo en la gente: se apodera del proceso creativo y del desarrollo de la música, sintiéndose parte vital de la llegada a ese clímax. Es hermoso ver cuando eso sucede y la sensación de que todos somos uno.

JF: La Bomba toca la fibra más primaria de todos nosotros: la vibración, el movimiento, la danza… Ahí comienza el ritual y la magia bomba.

P: Nunca imaginé ir a una especie de rave un lunes. La fiesta es tremenda…

GS: Se da algo tribal: tocamos y, como ancestralmente sucede con la percusión, los cuerpos responden. Además, el hecho de que sea una improvisación organizada por señas permite al grupo ir aprovechando en tiempo real lo que el público devuelve o sugiere.

P: Y, para acabar, ¿qué atisban en el futuro de la banda?

LL: Estamos muy enfocados en abrir nuevos públicos con dos estrategias muy potentes: girar, o sea, poner el cuerpo en presentaciones alrededor del mundo, y grabar música con invitados de todo tipo. La Bomba, por su particularidad de ser percusión instrumental, puede ser combinada con casi cualquier música.

GS: Queremos fortalecer cosas que ya están, seguir explorando nuevas músicas y pensando otras formas de hacer el show en vivo, y, además, seguir grabando: ahora estamos conectando con música electrónica que escuchamos en Berlín, y luego en vistas hay una idea de un disco de folclore.

JF: Este es un momento muy especial para nosotros: dieciocho años ininterrumpidos de trabajo es algo hermoso e impensado. Seguimos construyendo nuestro futuro artístico día a día, con mucho amor y entrega.

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