
La situación en el sur de Líbano continúa complicándose día a día. Las operaciones sobre el terreno que están llevando a cabo las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) para acabar con la estructura de los terroristas de Hezbolá parece que están afectando a la misión de cascos azules que las Naciones Unidas tienen en la zona desde el año 2006. Una misión que ha sido ratificada y prorrogada a principios de septiembre con el visto bueno de Líbano e Israel.
La misión de cascos azules en Líbano, denominada por sus siglas como FINUL, ha denunciado en los últimos días varios ataques intencionados a sus posiciones por parte del Ejército israelí, un hecho que ha provocado un cruce de declaraciones entre el Gobierno de Israel y la propia Naciones Unidas. La ONU recuerda que los cascos azules no se pueden tocar e Israel pide ahora la salida de esos cascos azules de la zona, algo inviable en medio del conflicto.
El último de los ataques se produjo la madrugada del domingo, cuando dos carros de combate Merkava de las IDF, que daban cobertura a tres pelotones terrestres, destruyeron la puerta principal del puesto de Ramyah, en el área de Bint Jbeil (bajo control irlandés), y se colaron en la instalación para exigir que se cortase el suministro eléctrico que iluminaba la base. Permanecieron por la fuerza en la instalación durante 45 minutos.
Un par de horas después, según un comunicado del despliegue militar de las Naciones Unidas, una quincena de cascos azules de esa base resultaron heridos tras haber inhalado el humo procedente de un pequeño bombardeo unos 100 metros al norte de la posición de la base. El uso de las máscaras antigás no impidió que tuvieron irritaciones cutáneas y reacciones gastrointestinales.
El jueves pasado, según las denuncias de la misión de la ONU, un carro de combate Merkava de las IDF disparó contra una de las torres de observación del cuartel general de la FINUL en Naqoura, hiriendo de diferente gravedad a dos cascos azules de Indonesia. En esa base es donde realiza su trabajo el general al mando de toda la misión, que en estos momentos es el general español Aroldo Lázaro Sáenz.
Ese mismo día, los cascos azules también denunciaron un ataque israelí contra el puesto de vigilancia 1-31 en Labbouneh (área bajo control de Italia), alcanzando la entrada del búnker donde se refugian los militares de la misión de la ONU, dañando vehículos y sistemas de comunicaciones. Se observó un sistema aéreo no tripulado (UAV) israelí sobre el puesto de los cascos azules.
Un día antes, la misión denunció que soldados israelíes habían disparado intencionadamente contra el puesto UNP 1-32A, en Ras al-Nagoura (también en área bajo control italiano), un puesto que ha sido utilizado para realizar reuniones tripartitas entre representantes de las Naciones Unidas, Líbano e Israel.

