En línea con otros países europeos, Alemania se está tomando muy en serio la posibilidad de un ataque ruso a la OTAN en los próximos años. Al Plan de Operación de la Bundeswehr, que como se conoció hace unos días incluye directrices para las empresas en caso de conflicto, se suma ahora otro plan para proteger a la población civil centrado en multiplicar los búnkers y refugios disponibles. Según informó este martes la prensa local, el Gobierno federal y los länder comenzaron a trabajar en un documento sobre cómo mejorar la red de refugios el pasado verano, basándose en otro aprobado en 2023 que acordaba la toma de medidas para proteger a la población en caso de un hipotético ataque.
En Alemania, existirían un total de 2000 refugios públicos pero sólo estarían listos para ser utilizados unos 579, datos que el diario contrasta con la preparación de países como Finlandia y Suiza. La situación habría llevado al gobierno federal a estar trabajando ya en la mejora de la red de refugios, dice el diario citando fuentes gubernamentales.
Entre los objetivos, estaría cuantificar cuántos refugios existen en Alemania incluyendo estaciones de metro, aparcamientos o sótanos particulares. Son precisamente estos últimos en los que se centra la estrategia: el Gobierno quiere animar a los ciudadanos a "crear" sus propios refugios y se estaría trabajando en un conjunto de recomendaciones elaboradas por Interior, Protección Civil y otras entidades para indicar qué mejoras estructurales pueden hacerse para proteger una estancia de una casa, una habitación interior sin ventanas o preferiblemente un sótano.
El plan también contempla hacer pública una red de refugios para que cualquier ciudadano que esté fuera de su casa sepa dónde protegerse cuando lo necesite, un mapa del que ya disponen países como Suecia o Finlandia. El documento señala no obstante que en caso de ataque es preferible optar por sótanos acondicionados y no grandes búnkeres públicos, recordando que las armas de precisión actuales contra objetivos concretos apenas dan unos minutos de margen para buscar protección.
En cualquier caso, la estrategia señala que los refugios públicos en sitios como parkings, grandes almacenes, búnkeres ya existentes o túneles podrían utilizarse por personas a las que la alarma sorprenda lejos de su casa mientras que se instruiría a los ciudadanos a crear en sus viviendas estancias seguras y facilitaría ayuda económica a quien la necesite.
Aún no hay fecha para el lanzamiento de esta campaña pero se está trabajando "intensamente" en ello, señalan las fuentes, al tiempo que se insiste en que los servicios secretos alemanes y la Bundeswehr ven posible un ataque de Rusia contra la OTAN en pocos años. Así lo advirtió hace un mes el presidente del servicio alemán de inteligencia, Bruno Kahl, en una comparecencia en el Bundestag en la que avisó de que Vladimir Putin está cruzando líneas rojas "a un nivel desconocido hasta ahora", "retando" a Occidente, hasta el punto de que un ataque militar no es descartable en unos años. Apuntó que en su ipinión, "como tarde a finales de esta década Rusia estará en disposición de intentar un ataque contra la OTAN".
Las fases de un ataque ruso
En cuanto a las posibilidades de escalada con Rusia en los próximos años, el Informe sobre análisis de riesgos para la población civil presentado en 2023 y centrado en buena parte en Rusia apuntó a cuatro posibles fases de un hipotético conflicto:
1-Ataques híbridos, entre los que cita campañas de desinformación, sabotajes, espionaje, ciberataques y atentados, todo ello con el objetivo de influir en la población y desatar inseguridad e incertidumbre.
2-Despliegue militar de Rusia en la frontera oriental de la OTAN que forzaría a un despliegue de la OTAN dificultado por el aumento de los sabotajes, cometidos de forma cada vez más abierta.
3-Ataque a las fronteras de la OTAN, con ataques selectivos también en territorio alemán mientras se mantiene la guerra híbrida y se produce la destrucción de satélites civiles y militares.
4-Entrada de tropas enemigas en territorio alemán con combates por tierra, mar y aire, y escalada global del conflicto.