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Los 6.250 millones en el limbo de Defensa, ¿qué pasa con el programa para sustituir los cazas Harrier y F18 Hornet?

El departamento de Robles lanzó el programa de 2023. Desde entonces nada se ha sabido. El F35 es el gran candidato, pero para Defensa es "innombrable"

La ministra Robles durante la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid. | LD/Agencias

El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó sus últimos presupuestos en el año 2023. El Ministerio de Defensa recibió una partida para ese año de 12.300 millones de euros, lo que suponía un aumento del 25 por ciento respecto a 2022, pero una cifra muy lejana a los compromisos que se adquirieron en la OTAN para llegar al 2 por ciento del PIB. Aun así, supuso una bocana de aire fresco para unos presupuestos que llevaban famélicos década y media.

Casi 5.000 millones iban destinados a pagar los Programas Especiales de Modernización (PEM), los proyectos de armamento clave sobre los que pivotarán las Fuerzas Armadas españolas del futuro. Ahora mismo, según los últimos datos de Defensa, hay 24 PEM en marcha y suponen unos compromisos de pago de 38.134 millones. La cuenta total es aún más amplia. En total, hay 56 programas de modernización que suponen 43.000 millones de inversión a largo plazo.

Estos PEM están encuadrado en un apartado especial de los presupuestos del Ministerio de Defensa llamado "programas 122.B". Y en ese apartado apareció en 2023 por primera vez un programa denominado "avión sustituto del AV-8B y C-15M-2ª fase" que tenía asignado un monto económico de 90 millones de euros. El AV-8B es el caza Harrier de la Armada. El C-15M es el código de los F18 Hornet del Ejército del Aire y el Espacio.

En el Libro Verde del proyecto de presupuestos, dentro del anexo que desglosa las inversiones reales y programación plurianual de la Secretaría de Estado de Defensa, se explicaba que el programa comenzaría en 2023 y terminaría en 2028, situando el coste total del mismo de 6.250 millones de euros, desglosando las cuantías económicas que se iban a pagar en los años 2023, 2024, 2025 y 2026.

Así, según lo que quedó reflejado en el documento, en 2023 se pagarían 90 millones de euros y en los años 2024, 2025 y 2026 se pagaría la misma cifra: 559 millones de euros cada año. Quedarían pendientes de pago, según la cuantía total del programa, un total de 4.483 millones de euros, que se deberían afrontar entre los años 2027 y 2028, salvo reprogramación posterior, en la que se podría alargar los años para pagar las aeronaves.

La situación actual es que los cazas Harrier de la Armada están llegando al final de su vida operativa. España es el único país que los mantiene operativos, prolongando su servicio más años de lo previsto inicialmente, aunque también es verdad que se ha venido beneficiando de las piezas utilizables que han ido dejando los países que lo tenían en activo y que lo han ido sustituyendo por los cazas F35B (Estados Unidos, Reino Unido o Italia).

El Ejército del Aire está en proceso de sustitución de los F18. Para las unidades más antiguas, que están en Canarias, se lanzó el programa Halcón I (20 cazas Eurofighter tranche 4). Después, para sustituir a parte de los que sirven en la Península, en el Ala 12 (Torrejón de Ardoz, Madrid) y en el Ala 15 (Zaragoza), se lanzó el programa Halcón II (25 cazas Eurofighter tranche 4). Pero aún quedarían una treintena de F18 por sustituir en la Península.

En el mercado internacional sólo hay un único caza de aterrizaje y despegue tanto vertical como convencional. Se trata del F35B de la empresa estadounidense Lockheed Martin. Es el único modelo que se puede adquirir para sustituir a los Harrier y conservar un ala embarcada en la Armada. Es precisamente el modelo por el que se han decantado el resto de países que tenían Harrier operativos en sus marinas.

Las opciones para sustituir al F18 Hornet son mucho mayores. Así lo dijo el propio Jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA), general del Aire Francisco Braco, durante un desayuno con periodistas en su Cuartel General el pasado mes de diciembre. Dijo entonces que no sólo se contemplaba la opción del F35A e indicó que en otros países como Francia o Corea del Sur se diseñan y fabrican cazas que podrían ser una opción.

También es cierto que el F35A es el único avión de quinta generación probado en la actualidad. El surcoreano KF-21 Boramae, que alcanzaría este nivel, no está todavía operativo, es todavía un caza en desarrollo. El Rafale francés es un caza de 4ª generación avanzada o 4++, con prestaciones parecidas a las del Eurofighter Typhoon, por lo que no permitiría al Ejército del Aire y el Espacio dar un salto tecnológico cualitativo.

La familia de cazas F35 de Lockheed Martin se presenta así como la mejor alternativa para este programa. Es la única opción para que la Armada mantenga su ala embarcada y la opción que más gusta y a la que ha aspirado desde hace años el Ejército del Aire. Es la familia de cazas por la que se ha decantado la gran mayoría de fuerzas aéreas de los países de la OTAN y de la Unión Europea.

Sin embargo, el Ministerio de Defensa de Margarita Robles prefiere no hablar de los cazas F35. Ni con los medios de comunicación ni en el Congreso de los Diputados. Si algún parlamentario de la oposición pregunta directamente por este tema en sus comparecencias suelen obviar la pregunta, como si nunca hubiese existido. Es la razón por la que desde hace años se califica al F35 con ironía como "el innombrable".

Mientras tanto, los 6.350 millones comprometidos a presente y futuro para este programa se encuentran en el limbo de la inversión. Mientras no se decida algo relativo a este programa queda todo en el aire. Y hace tiempo que se debió haber elegido porque el tiempo va en contra tanto de la Armada como del Ejército del Aire.

Defensa ha vendido la inversión en armamento, en parte, como inversión en empleo de calidad en España, algo que es real, pero su insistencia ha sido tal que ahora le resulta muy complicado explicar a la opinión pública y a sus socios de extrema izquierda antimilitarista que se va a invertir un importante monto de dinero en unos sistemas de armas que no son españoles, ni se fabrican en España ni dejarían prácticamente dinero en nuestro país.

Aunque es cierto que no todo está en contra en estos momentos. El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene cruzados a los países europeos de la OTAN que menos invierten en Defensa. España es una de las ovejas más negras del rebaño. Es posible que un contrato con la estadounidense Lockheed Martin por valor de 6.250 millones euros a cambio de cazas F35 pueda amansar a la fiera.

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