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La Armada, sin su buque insignia: el Juan Carlos I entra en el astillero de Navantia y estará seis meses en dique seco

Se cambiará el sistema de propulsión de la embarcación. Se aprovechará el parón para modernizar otros sistemas del buque.

Se cambiará el sistema de propulsión de la embarcación. Se aprovechará el parón para modernizar otros sistemas del buque.
El BPE Juan Carlos I de la Armada en el astillero de Navantia en Puerto Real (Cádiz). | Navantia

La Armada española se queda temporalmente sin el BPE L-61 Juan Carlos I, el buque insignia de su flota y el único portaaeronaves que tiene en servicio. El objetivo principal es sustituir el sistema de propulsión, uno de los fundamentales para la navegación, que nunca ha funcionado como estaba previsto y ha dado algunos problemas en los últimos años. Se aprovecha el parón, además, para modernizar otros sistemas de la embarcación.

Se trata de una parada programa, tal y como avanzó Libertad Digital el pasado mes de mayo, y el tiempo estimado se prolongará durante unos seis meses, aproximadamente. El buque ha entrado este jueves por la mañana en el astillero de Navantia en Puerto Real, en la provincia de Cádiz, donde se van a realizar los trabajos, según ha explicado la propia empresa pública en un comunicado.

El núcleo de esta modernización es la sustitución de los sistemas de propulsión azimutales, conocidos popularmente como PODs, fabricados por la compañía suiza ABB (Asea Brown Boveri). Estos propulsores permiten una gran maniobrabilidad y eficiencia energética, por lo que su renovación es crucial. Su sustitución implica complejas operaciones a lo largo del casco de la embarcación.

Navantia ha detallado que entre las operaciones que se deben realizar en el Juan Carlos I se incluyen tres grandes cesáreas para extraer e instalar los nuevos sistemas, así como la construcción de nuevos bloques estructurales de acero que sirvan como base para los nuevos PODs, lo que representa un reto técnico considerable tanto por su escala como por la precisión que requiere.

Otro componente clave del proceso es el reconexionado del cableado eléctrico vinculado al sistema de propulsión. Se manipularán más de 66 kilómetros de cables, de los cuales 40 kilómetros serán nuevos. Esta actualización incluye también una nueva versión del Sistema Integrado de Control de Plataforma (SICP), que coordina los principales sistemas del buque y que ahora incorporará funcionalidades adaptadas a los nuevos propulsores y equipos auxiliares.

Además del cambio de los PODs, la modernización contempla otras mejoras importantes. Se renovará por completo el sistema de ventilación y climatización (HVAC), lo que mejorará las condiciones internas de habitabilidad y operatividad. También se hará el mantenimiento integral de los grupos diésel del barco mediante un procedimiento denominado W7, que implica una revisión profunda para asegurar su fiabilidad y rendimiento operativo.

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